¡Ay, Dios mío! Esto del Posgrado de Especialidades Médicas de la UCR se puso bien feo. Resulta que andan amenazando a la gente clave, y eso, vamos, es una torta gigante. El Sindicato Nacional de Médicos Especialistas (Siname) ya salió a decir que esto no es nuevo; parece que hay un patrón raro de ataques contra las universidades públicas del país, y eso sí que nos debería estar poniendo alerta a todos los ticos.
El brete, como dicen por ahí, es que alguien quiere manipular los requisitos de admisión al programa. Según Siname, esto va más allá de simples diferencias de opinión; hay presión directa para rebajarles el nivel a los futuros especialistas. Y lo peor es que estos ataques no son nuevos, vienen arrastrándose desde hace varios meses, lo que preocupa mucho a la comunidad universitaria y a todo aquel que le importa la calidad de la educación en nuestro país.
Pero la cosa se pone aún más turbia si empezamos a hurgar un poquito. Al parecer, la diputada María Marta Carballo, del PUSC, anda metiéndose en este tema con declaraciones en la Asamblea Legislativa que, digamos, no son precisamente las más acertadas. Parece que quiere politizar la formación de los médicos especialistas, usando su posición para echar leña al fuego. ¡Diay!, qué ganas de meterse donde no la llaman.
Y para rematar, la diputada tiene un proyecto de ley, el 24.015, que busca prácticamente eliminar el examen de segunda etapa para entrar a las especialidades médicas. Eso significaría quitarle las riendas a las universidades y darle competencias a otra instancia, lo cual muchos consideran un retroceso para la autonomía académica. Una verdadera locura, vamos.
Siname no se quedó callada, claro. Han dicho textualmente que “la violencia nunca será la salida”. Y tienen toda la razón. No podemos permitir que la intimidación y la manipulación política afecten la calidad de nuestra educación superior. Necesitamos diálogo, necesitamos encontrar soluciones juntos, pero sobre todo, necesitamos defender nuestras instituciones y a quienes trabajan por ellas.
En pocas palabras, estamos hablando de un intento, posiblemente orquestado, por debilitar el Programa de Posgrado en Especialidades Médicas (PPEM). Esto no solo afecta a la UCR, sino a todo el sistema de salud de Costa Rica. Porque, seamos honestos, ¿quién va a pagar el pato si bajan los estándares? Nosotros, los pacientes, como siempre. Es una vara muy baja y no podemos permitirlo.
Ahora, entre tanta polémica, me pregunto: ¿por qué tanto interés en modificar los criterios de admisión al posgrado médico? ¿Será realmente para facilitar el acceso a la formación especializada, o hay intereses ocultos detrás de todo esto? Este es un punto crucial que necesita ser investigado a fondo, porque huele a gallina podrida, chunches.
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos compañeros del Foro: ¿creen que la diputada Carballo está actuando correctamente al intentar cambiar estas reglas? ¿Qué medidas deberían tomar las autoridades universitarias y gubernamentales para proteger el PPEM y garantizar la calidad de la formación médica en Costa Rica? ¡Den su opinión, no sean tímidos! A ver qué sale de este brete, porque vamos, esto se antoja interesante y un poco peligroso.
El brete, como dicen por ahí, es que alguien quiere manipular los requisitos de admisión al programa. Según Siname, esto va más allá de simples diferencias de opinión; hay presión directa para rebajarles el nivel a los futuros especialistas. Y lo peor es que estos ataques no son nuevos, vienen arrastrándose desde hace varios meses, lo que preocupa mucho a la comunidad universitaria y a todo aquel que le importa la calidad de la educación en nuestro país.
Pero la cosa se pone aún más turbia si empezamos a hurgar un poquito. Al parecer, la diputada María Marta Carballo, del PUSC, anda metiéndose en este tema con declaraciones en la Asamblea Legislativa que, digamos, no son precisamente las más acertadas. Parece que quiere politizar la formación de los médicos especialistas, usando su posición para echar leña al fuego. ¡Diay!, qué ganas de meterse donde no la llaman.
Y para rematar, la diputada tiene un proyecto de ley, el 24.015, que busca prácticamente eliminar el examen de segunda etapa para entrar a las especialidades médicas. Eso significaría quitarle las riendas a las universidades y darle competencias a otra instancia, lo cual muchos consideran un retroceso para la autonomía académica. Una verdadera locura, vamos.
Siname no se quedó callada, claro. Han dicho textualmente que “la violencia nunca será la salida”. Y tienen toda la razón. No podemos permitir que la intimidación y la manipulación política afecten la calidad de nuestra educación superior. Necesitamos diálogo, necesitamos encontrar soluciones juntos, pero sobre todo, necesitamos defender nuestras instituciones y a quienes trabajan por ellas.
En pocas palabras, estamos hablando de un intento, posiblemente orquestado, por debilitar el Programa de Posgrado en Especialidades Médicas (PPEM). Esto no solo afecta a la UCR, sino a todo el sistema de salud de Costa Rica. Porque, seamos honestos, ¿quién va a pagar el pato si bajan los estándares? Nosotros, los pacientes, como siempre. Es una vara muy baja y no podemos permitirlo.
Ahora, entre tanta polémica, me pregunto: ¿por qué tanto interés en modificar los criterios de admisión al posgrado médico? ¿Será realmente para facilitar el acceso a la formación especializada, o hay intereses ocultos detrás de todo esto? Este es un punto crucial que necesita ser investigado a fondo, porque huele a gallina podrida, chunches.
Entonces, mi pregunta para ustedes, mis queridos compañeros del Foro: ¿creen que la diputada Carballo está actuando correctamente al intentar cambiar estas reglas? ¿Qué medidas deberían tomar las autoridades universitarias y gubernamentales para proteger el PPEM y garantizar la calidad de la formación médica en Costa Rica? ¡Den su opinión, no sean tímidos! A ver qué sale de este brete, porque vamos, esto se antoja interesante y un poco peligroso.