¡Ay, Dios mío! La temporada navideña llegó con toda su fuerza, y parece que muchos ticos dejaron sus compras para el último segundo. San José centro amaneció ayer con una marea humana buscando regalos, adornos y comida para celebrar veleras. ¡Parecía el parque de diversiones, pero con un estrés considerable!
Siendo honesta, es clásico. Uno piensa que con tanta publicidad y recordatorios, la gente planea, pero luego llega diciembre y todos se acuerdan a último minuto. Desde mediados de noviembre se veía algo de movimiento, pero la verdadera avalancha llegó estos últimos días. La ‘vara’ es que ahora, a pocos días de la Navidad, todo mundo quiere conseguir lo mejor antes de que se acabe.
Y sí, efectivamente, la Fuerza Pública está presente en cada esquina. Motocicletas zigzagueando entre la multitud, policías a pie patrullando y hasta algunos en bicicleta manteniendo el orden. La verdad, da tranquilidad verlos ahí, porque con tanta gente apretada, cualquier cosita puede pasar. Se les ha visto trabajando duro para evitar cualquier problema, asegurándose de que los comerciantes y compradores puedan hacer sus actividades tranquilamente.
Uno pensaba que esto de la seguridad era exagerado, pero viendo la cantidad de people que hay, me doy cuenta de que es necesaria. Hay mucha gente desesperada por encontrar ese regalo perfecto, y eso a veces lleva a situaciones tensas. Además, el tráfico está que tranca, así que el Tránsito también anda dando vueltas tratando de mantenerlo fluyendo aunque sea un poquito.
En los centros comerciales también se vive la misma escena, pero con aire acondicionado. ¡Ah, qué alivio! Pero igual, las filas son enormes. Uno hace bien en ir con paciencia y listo para esperar su turno. Vi a una señora discutiendo por un muñeco de peluche, ¡qué pena ajena! Parece que el espíritu navideño a veces se nos va a volar por la ventana con tanto apuro.
Muchos pequeños comerciantes ambulantes también aprovecharon para instalarse en las calles, ofreciendo productos a precios más accesibles. Eso ayuda mucho a la gente que busca ahorrar unos colones, aunque hay que estar atento a la calidad. No vaya a ser que te compren una “chunche” que le dure menos que tres idiyas.
La policía municipal también está metiendo mano, vigilando que los vendedores tengan los permisos necesarios y que nadie esté vendiendo cosas ilegales. Lo bueno es que veo que están siendo razonables, entendiendo que estos son tiempos difíciles y que muchos necesitan ganarse la vida. En fin, el ambiente general es de prisa, de expectativa y de cierto estrés, pero también de esperanza y alegría. Que le vamos a hacer, es la Navidad y a todos nos gusta darle ese toque especial a nuestras fiestas familiares.
Entre medio de este jaleo, ¿ustedes creen que la presencia policial excesiva en el centro contribuye realmente a una Navidad más segura, o simplemente crea un ambiente tenso e intimidante? ¡Cuéntenme qué piensan ustedes en los comentarios!
Siendo honesta, es clásico. Uno piensa que con tanta publicidad y recordatorios, la gente planea, pero luego llega diciembre y todos se acuerdan a último minuto. Desde mediados de noviembre se veía algo de movimiento, pero la verdadera avalancha llegó estos últimos días. La ‘vara’ es que ahora, a pocos días de la Navidad, todo mundo quiere conseguir lo mejor antes de que se acabe.
Y sí, efectivamente, la Fuerza Pública está presente en cada esquina. Motocicletas zigzagueando entre la multitud, policías a pie patrullando y hasta algunos en bicicleta manteniendo el orden. La verdad, da tranquilidad verlos ahí, porque con tanta gente apretada, cualquier cosita puede pasar. Se les ha visto trabajando duro para evitar cualquier problema, asegurándose de que los comerciantes y compradores puedan hacer sus actividades tranquilamente.
Uno pensaba que esto de la seguridad era exagerado, pero viendo la cantidad de people que hay, me doy cuenta de que es necesaria. Hay mucha gente desesperada por encontrar ese regalo perfecto, y eso a veces lleva a situaciones tensas. Además, el tráfico está que tranca, así que el Tránsito también anda dando vueltas tratando de mantenerlo fluyendo aunque sea un poquito.
En los centros comerciales también se vive la misma escena, pero con aire acondicionado. ¡Ah, qué alivio! Pero igual, las filas son enormes. Uno hace bien en ir con paciencia y listo para esperar su turno. Vi a una señora discutiendo por un muñeco de peluche, ¡qué pena ajena! Parece que el espíritu navideño a veces se nos va a volar por la ventana con tanto apuro.
Muchos pequeños comerciantes ambulantes también aprovecharon para instalarse en las calles, ofreciendo productos a precios más accesibles. Eso ayuda mucho a la gente que busca ahorrar unos colones, aunque hay que estar atento a la calidad. No vaya a ser que te compren una “chunche” que le dure menos que tres idiyas.
La policía municipal también está metiendo mano, vigilando que los vendedores tengan los permisos necesarios y que nadie esté vendiendo cosas ilegales. Lo bueno es que veo que están siendo razonables, entendiendo que estos son tiempos difíciles y que muchos necesitan ganarse la vida. En fin, el ambiente general es de prisa, de expectativa y de cierto estrés, pero también de esperanza y alegría. Que le vamos a hacer, es la Navidad y a todos nos gusta darle ese toque especial a nuestras fiestas familiares.
Entre medio de este jaleo, ¿ustedes creen que la presencia policial excesiva en el centro contribuye realmente a una Navidad más segura, o simplemente crea un ambiente tenso e intimidante? ¡Cuéntenme qué piensan ustedes en los comentarios!
