¡Ay, Dios mío! Esto sí que está pesado. Aquí en San Carlos, la tranquilidad se fue a volar por la ventana con el asesinato de un ingeniero en informática en plena luz del día. Un tipo de 34 años, identificado como Don Randall Carvajal, recibió una descarga de plomo en su propia casa, en Garabito de Aguas Zarcas. El pobre sujeto quedó hecho añicos, mánganlo.
Lo que más me revuelve las tripas es que esto no cayó del cielo. Resulta que la vivienda donde pasó lo macabro ya tuvo otro inquilino muerto hace poquito. El expropietario, un señor que Carvajal tomaba casi como padre, apareció flotando en un estanque de tilapias, ¡imagínate qué atrocidad! Se dice que Carvajal le había heredado la casa, lo cual plantea preguntas gachas sobre quién quería tanto quitarle ese terrenito.
Según la información que corre bocaza, el buen Randall era ingeniero informático, tenía propiedades y había vivido en México por años. Regresó hace seis meses, buscando paz y sosiego, aparentemente. Su mamá estaba preocupadísima el fin de semana pasado, porque él no le contestaba y, encima, alguien andaba retirando platas de sus cuentas bancarias. ¡Qué sal! Ya se levantaron las antenitas de todos.
Cuando la mami llegó a la casa, ¡qué espanto! Encontró el cuerpo y avisó a la policía. Pero eso no es todo, papi. Parece que los matones también se llevaron un carro de lujo, un Range Rover valuado en ¡ocho millones de colones! Además, robaron las tarjetas bancarias del difunto. Claramente, esto no se trata de un simple robo; hay algo mucho más turbio detrás de todo este brete.
El jefe de policía de San Carlos, Randall Picado (sí, homónimo), declaró que están investigando todas las líneas. Lo que más les tiene pensativo es esa coincidencia de los dos hombres muertos en la misma casa. Y ni hablar de la relación entre Carvajal y el antiguo dueño... ¿Fue herencia? ¿Una deuda impagada? ¿Un negocio que salió mal? Hay muchas varas por revisar.
Lo que nadie sabe bien es qué hacía Carvajal en ese lugar. Se comenta que el inmueble funcionó como un centro de rehabilitación tiempo atrás, y que ahí formó una amistad especial con el dueño anterior. Algunos dicen que el hombre lo ayudó a enderezar el camino, y lo vio como un hijo. Ahora, ¿ese vínculo afectuoso podría haber tenido algo que ver con su muerte?
El OIJ está trabajando a toda máquina, recogiendo evidencia y entrevistando a personas clave. Remitieron el cuerpo a la morgue para que los forenses determinen la causa exacta de la muerte y si hubo otros signos de violencia aparte de las balas. La zona está consternada, pues nunca habían visto algo así por estos lados. Todo el mundo está preguntándose quién pudo hacerle semejante daño a un vecino trabajador.
Esta maraña de misterios nos deja pensando: ¿será que estamos ante una venganza premeditada relacionada con el pasado de Carvajal, un ajuste de cuentas por algún negocio turbio, o quizás algo completamente inesperado? ¿Ustedes creen que la clave para resolver este caso está en el centro de rehabilitación o en la relación del ingeniero con su benefactor? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el Foro!
Lo que más me revuelve las tripas es que esto no cayó del cielo. Resulta que la vivienda donde pasó lo macabro ya tuvo otro inquilino muerto hace poquito. El expropietario, un señor que Carvajal tomaba casi como padre, apareció flotando en un estanque de tilapias, ¡imagínate qué atrocidad! Se dice que Carvajal le había heredado la casa, lo cual plantea preguntas gachas sobre quién quería tanto quitarle ese terrenito.
Según la información que corre bocaza, el buen Randall era ingeniero informático, tenía propiedades y había vivido en México por años. Regresó hace seis meses, buscando paz y sosiego, aparentemente. Su mamá estaba preocupadísima el fin de semana pasado, porque él no le contestaba y, encima, alguien andaba retirando platas de sus cuentas bancarias. ¡Qué sal! Ya se levantaron las antenitas de todos.
Cuando la mami llegó a la casa, ¡qué espanto! Encontró el cuerpo y avisó a la policía. Pero eso no es todo, papi. Parece que los matones también se llevaron un carro de lujo, un Range Rover valuado en ¡ocho millones de colones! Además, robaron las tarjetas bancarias del difunto. Claramente, esto no se trata de un simple robo; hay algo mucho más turbio detrás de todo este brete.
El jefe de policía de San Carlos, Randall Picado (sí, homónimo), declaró que están investigando todas las líneas. Lo que más les tiene pensativo es esa coincidencia de los dos hombres muertos en la misma casa. Y ni hablar de la relación entre Carvajal y el antiguo dueño... ¿Fue herencia? ¿Una deuda impagada? ¿Un negocio que salió mal? Hay muchas varas por revisar.
Lo que nadie sabe bien es qué hacía Carvajal en ese lugar. Se comenta que el inmueble funcionó como un centro de rehabilitación tiempo atrás, y que ahí formó una amistad especial con el dueño anterior. Algunos dicen que el hombre lo ayudó a enderezar el camino, y lo vio como un hijo. Ahora, ¿ese vínculo afectuoso podría haber tenido algo que ver con su muerte?
El OIJ está trabajando a toda máquina, recogiendo evidencia y entrevistando a personas clave. Remitieron el cuerpo a la morgue para que los forenses determinen la causa exacta de la muerte y si hubo otros signos de violencia aparte de las balas. La zona está consternada, pues nunca habían visto algo así por estos lados. Todo el mundo está preguntándose quién pudo hacerle semejante daño a un vecino trabajador.
Esta maraña de misterios nos deja pensando: ¿será que estamos ante una venganza premeditada relacionada con el pasado de Carvajal, un ajuste de cuentas por algún negocio turbio, o quizás algo completamente inesperado? ¿Ustedes creen que la clave para resolver este caso está en el centro de rehabilitación o en la relación del ingeniero con su benefactor? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el Foro!