¡Ay, Dios mío! La movida del transporte público en Costa Rica se puso más caliente que gallina en chipote. Los autobuseros, esos que nos llevan día y noche por toda la geografía nacional, andan preocupadísimos porque dicen que les está cayendo duro la cosa. La demanda bajó, los adultos mayores ahora viajan gratis... y parece que algunos bretes se van al traste.
La Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) y la Cámara Provincial de Autobuseros (Caprobús) le están echando presión al gobierno para que considere darle un respiro económico al sector. Silvia Bolaños, la presidenta de Canatrans, soltó la bomba diciendo que el 45% de la población usa autobús ahorita, pero proyecciones oscuras apuntan a que eso baje hasta el 35% para el 2030. ¡Imagínate la bronca! Eso significa que muchas rutas, unas 100 ya ni siquiera funcionan, y ahí se va el sustento de muchos familias costeñitas.
“Ya hemos ido varias veces a ver si se abre la discusión del subsidio. Sabemos que no es pa’ solucionar la cosa de inmediato, pero con tanta gente dejando de usar el bus, toca pensar en algo pa' que el negocio no se muera,” comentó Bolaños, dejando claro que la urgencia es real. No es pa’ echarle la culpa a nadie, simplemente la realidad nos golpea a todos.
El Consejo de Transporte Público (CTP) no se quedó callado. Reconoció la necesidad de mantener el transporte público a flote, especialmente después de la pandemía que nos sacudió a todos. Están dialogando con las cámaras del transporte, buscando soluciones pa’ evitar que el sistema colapse. Parece que sí quieren meterle mano, pero encontrar el camino correcto es la clave, chunche difícil.
Y no solo ellos. Hasta la Aresep, la encargada de regular los servicios públicos, ha dicho que hay que poner la lupa en un posible subsidio. Inclusive, Incofer, el tren, anda con la misma mosca; dice que si quieren mejorar el servicio, necesitan ayuda económica. Todos parecen estar de acuerdo en que algo hay que hacer, pero la gran pregunta es: ¿cómo?
Un estudio del Lanamme, de la UCR, tiró otra luz sobre el asunto. Según ellos, la falta de apoyo estatal pone en peligro la viabilidad financiera de las autobuseras a largo plazo. Y eso termina afectando a todos nosotros, porque terminamos pagando más caro los pasajes pa' compensar las exenciones a los adultos mayores. ¡Se arma un círculo vicioso, diay!
Ahora, las ideas pa’ financiar este subsidio son variadas. Algunos sugieren ir directamente al Presupuesto Nacional o sacar un crédito fiscal. Otros, más creativos, piensan que el IMAS podría ayudar cubriendo el dinero que dejan de pagar los viejitos en cada ruta. Caprobús, por su lado, propuso un Fondo Nacional de Sostenibilidad del Transporte Público, alimentado por el Presupuesto y el superávit de los cánones del CTP y Aresep. Pero ojo, el CTP rechaza rotundamente esa idea, argumentando que no pueden tocar sus ingresos para otros fines. Ahí vemos que la vaina está complicada.
Al final, la incertidumbre reina. Nadie sabe exactamente cuánto costará el subsidio ni cómo se calculará. Lo cierto es que el sector necesita ayuda urgente para evitar que el transporte público en Costa Rica se vaya al traste. Entonces, mi gente, díganme: ¿Ustedes creen que el gobierno debería implementar un subsidio al transporte público? ¿Cuál sería la mejor manera de financiarlo y asegurar que llegue a quienes realmente lo necesitan?
La Cámara Nacional de Transportes (Canatrans) y la Cámara Provincial de Autobuseros (Caprobús) le están echando presión al gobierno para que considere darle un respiro económico al sector. Silvia Bolaños, la presidenta de Canatrans, soltó la bomba diciendo que el 45% de la población usa autobús ahorita, pero proyecciones oscuras apuntan a que eso baje hasta el 35% para el 2030. ¡Imagínate la bronca! Eso significa que muchas rutas, unas 100 ya ni siquiera funcionan, y ahí se va el sustento de muchos familias costeñitas.
“Ya hemos ido varias veces a ver si se abre la discusión del subsidio. Sabemos que no es pa’ solucionar la cosa de inmediato, pero con tanta gente dejando de usar el bus, toca pensar en algo pa' que el negocio no se muera,” comentó Bolaños, dejando claro que la urgencia es real. No es pa’ echarle la culpa a nadie, simplemente la realidad nos golpea a todos.
El Consejo de Transporte Público (CTP) no se quedó callado. Reconoció la necesidad de mantener el transporte público a flote, especialmente después de la pandemía que nos sacudió a todos. Están dialogando con las cámaras del transporte, buscando soluciones pa’ evitar que el sistema colapse. Parece que sí quieren meterle mano, pero encontrar el camino correcto es la clave, chunche difícil.
Y no solo ellos. Hasta la Aresep, la encargada de regular los servicios públicos, ha dicho que hay que poner la lupa en un posible subsidio. Inclusive, Incofer, el tren, anda con la misma mosca; dice que si quieren mejorar el servicio, necesitan ayuda económica. Todos parecen estar de acuerdo en que algo hay que hacer, pero la gran pregunta es: ¿cómo?
Un estudio del Lanamme, de la UCR, tiró otra luz sobre el asunto. Según ellos, la falta de apoyo estatal pone en peligro la viabilidad financiera de las autobuseras a largo plazo. Y eso termina afectando a todos nosotros, porque terminamos pagando más caro los pasajes pa' compensar las exenciones a los adultos mayores. ¡Se arma un círculo vicioso, diay!
Ahora, las ideas pa’ financiar este subsidio son variadas. Algunos sugieren ir directamente al Presupuesto Nacional o sacar un crédito fiscal. Otros, más creativos, piensan que el IMAS podría ayudar cubriendo el dinero que dejan de pagar los viejitos en cada ruta. Caprobús, por su lado, propuso un Fondo Nacional de Sostenibilidad del Transporte Público, alimentado por el Presupuesto y el superávit de los cánones del CTP y Aresep. Pero ojo, el CTP rechaza rotundamente esa idea, argumentando que no pueden tocar sus ingresos para otros fines. Ahí vemos que la vaina está complicada.
Al final, la incertidumbre reina. Nadie sabe exactamente cuánto costará el subsidio ni cómo se calculará. Lo cierto es que el sector necesita ayuda urgente para evitar que el transporte público en Costa Rica se vaya al traste. Entonces, mi gente, díganme: ¿Ustedes creen que el gobierno debería implementar un subsidio al transporte público? ¿Cuál sería la mejor manera de financiarlo y asegurar que llegue a quienes realmente lo necesitan?