¡Ay, Dios mío! Esto sí que cayó de perlas, mi gente. Resulta que Luis Diego Saborío, el exsubdirector de la Dirección General de Aviación Civil, le echó tierra al puesto el lunes pasado, dejando a todos preguntándose qué pasó realmente. Una renuncia sorpresiva, justo después de una auditoría internacional que no pintó muy bien para nuestro cielo... ¡Qué brisa!
Para ponerle un poco de contexto, Saborío llegó a Aviación Civil hace apenas unos meses, en julio, con la promesa de darle un empujón a la seguridad aérea. Pero parece que las cosas no salieron como esperaba. Ahora, la institución se encuentra en una posición delicada, buscando rápidamente un reemplazo temporal mientras definen quién ocupará el puesto de forma definitiva. Un brete pa’ ellos, sin duda.
Según la información que nos llegó, la renuncia de Saborío es totalmente personal y médica, así lo aseguran desde Aviación Civil. Dicen que no hay ninguna relación con la auditoría de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que calificó desfavorablemente nuestra seguridad aérea. Pero vamos, diay, la coincidencia es más que evidente, ¿no creen? Uno no puede dejar de pensar si hubo algo más detrás de esa decisión.
La auditoría de la OACI puso en evidencia varias deficiencias en nuestros sistemas de control y supervisión aérea. Se señaló falta de recursos, capacitación insuficiente y algunos procesos obsoletos. Aunque las autoridades insisten en que estas observaciones son normales y están trabajando para corregirlas, la imagen de Costa Rica como destino turístico seguro se ha visto afectada. Que sal, la verdad.
Ahora bien, la insistencia de Aviación Civil en que la renuncia de Saborío no tiene nada que ver con la auditoría suena un poco sospechosa. Claro, pueden decir misa, pero la gente anda comentando que algo turbio debió pasar. Es evidente que alguien prefirió volar antes de que la situación empeorara, y eso siempre levanta sospechas, chunches.
Lo cierto es que esta renuncia llega en un momento crucial para la aviación nacional. Estamos transitando una época de incertidumbre económica y social, y perder figuras claves en instituciones estratégicas como Aviación Civil no ayuda en nada. El sector turístico, que depende tanto de la conectividad aérea, se siente preocupado por lo que pueda pasar. Es importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y restablezcan la confianza en la seguridad de nuestros cielos.
Y hablando de confianza, resulta que la Dirección General de Aviación Civil agradeció públicamente el 'manejo responsable' de la prensa en este caso. Qué maña, ¿verdad? Como diciendo: ‘No hagan olas, por favor’. Pero nosotros aquí, en Foro de Costa Rica, no nos andamos con rodeos. Vamos a seguir investigando y sacando a relucir toda la información posible, porque el pueblo tiene derecho a saber qué está pasando con su dinero y su seguridad.
Esta situación pinta feísima, y aunque dicen que todo está bajo control, uno no deja de tener preguntas. ¿Será que la auditoría de la OACI reveló algo mucho peor de lo que estamos sabiendo?, ¿O habrá alguna otra razón oculta detrás de la renuncia de Saborío? ¿Creen que las autoridades deberían abrir una investigación interna para aclarar todas estas dudas?
Para ponerle un poco de contexto, Saborío llegó a Aviación Civil hace apenas unos meses, en julio, con la promesa de darle un empujón a la seguridad aérea. Pero parece que las cosas no salieron como esperaba. Ahora, la institución se encuentra en una posición delicada, buscando rápidamente un reemplazo temporal mientras definen quién ocupará el puesto de forma definitiva. Un brete pa’ ellos, sin duda.
Según la información que nos llegó, la renuncia de Saborío es totalmente personal y médica, así lo aseguran desde Aviación Civil. Dicen que no hay ninguna relación con la auditoría de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), que calificó desfavorablemente nuestra seguridad aérea. Pero vamos, diay, la coincidencia es más que evidente, ¿no creen? Uno no puede dejar de pensar si hubo algo más detrás de esa decisión.
La auditoría de la OACI puso en evidencia varias deficiencias en nuestros sistemas de control y supervisión aérea. Se señaló falta de recursos, capacitación insuficiente y algunos procesos obsoletos. Aunque las autoridades insisten en que estas observaciones son normales y están trabajando para corregirlas, la imagen de Costa Rica como destino turístico seguro se ha visto afectada. Que sal, la verdad.
Ahora bien, la insistencia de Aviación Civil en que la renuncia de Saborío no tiene nada que ver con la auditoría suena un poco sospechosa. Claro, pueden decir misa, pero la gente anda comentando que algo turbio debió pasar. Es evidente que alguien prefirió volar antes de que la situación empeorara, y eso siempre levanta sospechas, chunches.
Lo cierto es que esta renuncia llega en un momento crucial para la aviación nacional. Estamos transitando una época de incertidumbre económica y social, y perder figuras claves en instituciones estratégicas como Aviación Civil no ayuda en nada. El sector turístico, que depende tanto de la conectividad aérea, se siente preocupado por lo que pueda pasar. Es importante que las autoridades tomen cartas en el asunto y restablezcan la confianza en la seguridad de nuestros cielos.
Y hablando de confianza, resulta que la Dirección General de Aviación Civil agradeció públicamente el 'manejo responsable' de la prensa en este caso. Qué maña, ¿verdad? Como diciendo: ‘No hagan olas, por favor’. Pero nosotros aquí, en Foro de Costa Rica, no nos andamos con rodeos. Vamos a seguir investigando y sacando a relucir toda la información posible, porque el pueblo tiene derecho a saber qué está pasando con su dinero y su seguridad.
Esta situación pinta feísima, y aunque dicen que todo está bajo control, uno no deja de tener preguntas. ¿Será que la auditoría de la OACI reveló algo mucho peor de lo que estamos sabiendo?, ¿O habrá alguna otra razón oculta detrás de la renuncia de Saborío? ¿Creen que las autoridades deberían abrir una investigación interna para aclarar todas estas dudas?