¡Aguante si te acuerdas del circo mediático argentino! Resulta que otro aliado cercano de Javier Milei, el diputado José Luis Espert, tuvo que renunciar a su candidatura por unas movidas turbias con un empresario ligado al narcotráfico. ¡Uy, qué sal! Esto sí que pinta para un buen brete político, má’ porque Milei ya anda con poca cuerda floja en el Congreso.
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, Espert recibió unos $200.000 de Federico “Fred” Machado, un tipo que está bajo arresto domiciliario en el sur del país, acusado por los yanquis de facilitar vuelos para mover droga a Estados Unidos. ¿Y quién es Fred Machado? Pues resulta que tiene pinta de ser bastante más que un simple businessman, y eso le ha metido una carga tremenda a Espert y a todo el entorno libertario.
Al principio, Espert juraba y perjuraba que no sabía nada de los negocios turbios de Machado. Dijo que era una consultoría honesta, nada más. Pero luego, en una entrevista con Radio Mitre, se le vino abajo el castillo de naipes y se echó unas cuantas lágrimas. ¡Qué pena ajena! Todo esto mientras Milei sale a defender a capa y espada a su ex compañero, diciendo que le están haciendo una “operación siniestra”. ¡Un quilombo!
La verdad, la cosa está fea. Milei ya venía arrastrando varios golpes. Primero, el Congreso le revocó dos vetos; luego, perdieron una elección clave en la provincia; y encima, salió a la luz el tema de la criptomoneda que se desplomó y las acusaciones de corrupción contra su hermana, Karina. Parece que este asunto de Espert es la gota que derramó el vaso. ¡Qué torta!
Ahora, las encuestas muestran que la confianza en el gobierno está por los suelos. Según la Universidad Torcuato Di Tella, cayó un 8% en septiembre. Y una encuesta de Zuban Córdoba revela que más del 60% de los argentinos desaprueban la gestión de Milei y creen que el país va por mal camino. A este ritmo, parece que Milei se está yendo al traste, y la economía también.
Desde afuera, algunos intentan darle oxígeno. Por ejemplo, el nuevo embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, prometió inversiones millonarias, pero bueno, ya sabemos cómo son esas promesas... ¡A ver si esta vez cumplen! Mientras tanto, la incertidumbre sigue latente y los mercados andan nerviosos como espaldas de perro.
El caso Espert es un claro ejemplo de cómo la política argentina puede ser un juego sucio y despiadado. Las acusaciones vuelan, los rumores se propagan y la verdad se vuelve difícil de encontrar. En fin, un clásico del panorama político nacional. Uno se pregunta si todo esto es parte de una estrategia opositora para debilitar a Milei o si simplemente es producto de la corrupción endémica que azota al país. ¿Será que en Argentina nunca vamos a cambiar?
Con todo este drama, uno no sabe dónde meterse. A pesar de las promesas de cambio y las ideas revolucionarias, la realidad es que el país sigue atascado en los mismos problemas de siempre. ¿Creen ustedes que la salida de Espert marcará un antes y un después en la carrera política de Milei, o es solo un tropiezo más en un camino lleno de obstáculos? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quero saber qué piensan mis compas!
Para refrescarle la memoria a los que andan distraídos, Espert recibió unos $200.000 de Federico “Fred” Machado, un tipo que está bajo arresto domiciliario en el sur del país, acusado por los yanquis de facilitar vuelos para mover droga a Estados Unidos. ¿Y quién es Fred Machado? Pues resulta que tiene pinta de ser bastante más que un simple businessman, y eso le ha metido una carga tremenda a Espert y a todo el entorno libertario.
Al principio, Espert juraba y perjuraba que no sabía nada de los negocios turbios de Machado. Dijo que era una consultoría honesta, nada más. Pero luego, en una entrevista con Radio Mitre, se le vino abajo el castillo de naipes y se echó unas cuantas lágrimas. ¡Qué pena ajena! Todo esto mientras Milei sale a defender a capa y espada a su ex compañero, diciendo que le están haciendo una “operación siniestra”. ¡Un quilombo!
La verdad, la cosa está fea. Milei ya venía arrastrando varios golpes. Primero, el Congreso le revocó dos vetos; luego, perdieron una elección clave en la provincia; y encima, salió a la luz el tema de la criptomoneda que se desplomó y las acusaciones de corrupción contra su hermana, Karina. Parece que este asunto de Espert es la gota que derramó el vaso. ¡Qué torta!
Ahora, las encuestas muestran que la confianza en el gobierno está por los suelos. Según la Universidad Torcuato Di Tella, cayó un 8% en septiembre. Y una encuesta de Zuban Córdoba revela que más del 60% de los argentinos desaprueban la gestión de Milei y creen que el país va por mal camino. A este ritmo, parece que Milei se está yendo al traste, y la economía también.
Desde afuera, algunos intentan darle oxígeno. Por ejemplo, el nuevo embajador de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, prometió inversiones millonarias, pero bueno, ya sabemos cómo son esas promesas... ¡A ver si esta vez cumplen! Mientras tanto, la incertidumbre sigue latente y los mercados andan nerviosos como espaldas de perro.
El caso Espert es un claro ejemplo de cómo la política argentina puede ser un juego sucio y despiadado. Las acusaciones vuelan, los rumores se propagan y la verdad se vuelve difícil de encontrar. En fin, un clásico del panorama político nacional. Uno se pregunta si todo esto es parte de una estrategia opositora para debilitar a Milei o si simplemente es producto de la corrupción endémica que azota al país. ¿Será que en Argentina nunca vamos a cambiar?
Con todo este drama, uno no sabe dónde meterse. A pesar de las promesas de cambio y las ideas revolucionarias, la realidad es que el país sigue atascado en los mismos problemas de siempre. ¿Creen ustedes que la salida de Espert marcará un antes y un después en la carrera política de Milei, o es solo un tropiezo más en un camino lleno de obstáculos? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quero saber qué piensan mis compas!
