Pues fíjate que la cosa está caliente, mi gente. Después del furor inicial por la coronación de Fátima Bosch como Miss Universo 2025, la cosa no ha parado de subir de tono. Resulta que la muchacha, que representa a México, anda recibiendo un aguante tremendo en redes sociales; insultos, amenazas, ¡de todo, diay!
Todo comenzó cuando se anunció su victoria en Tailandia, y ahí mismo empezó a volar la mosca. Gente echando humo por todos lados, diciendo que hubo favoritismo, que el papá de la reina, don Bernardo Bosch, tiene relaciones prietas con el señor Raúl Rocha, el big boss de Miss Universe Organization. Se dice que hasta le pusieron la lupa al proceso de votación, buscando pruebas de que se influyó a los jueces. ¡Qué vara!
Las especulaciones se dispararon a tal punto que la propia Fátima tuvo que salir al paso en sus redes sociales. Compartió capturas de pantalla de los mensajes más feos que le han mandado, y vaya si había bronca. “Me han dicho cosas horribles, me desean daño... ¿Por qué?, simplemente por ganar?”, exclamó la reina en su publicación.
Pero eso no es todo, mi pana. Antes de la coronación, ya había habido un pequeño bache. El presidente de Miss Grand International, Nawat Itsaragrisil, le soltó una pulla a Fátima llamándola “tonta” durante la grabación de unos videos promocionales. Ese episodio encendió aún más las alarmas sobre cómo tratan a las concursantes y qué pasa tras bambalinas.
Ahora, Fátima está usando su título para levantar la voz contra la violencia digital y el acoso en línea, como debe ser. Dice que no se va a esconder ni pedir permiso para brillar, y que usará su influencia para promover un ambiente más respetuoso en las redes sociales. ¡Es más que justa, la mae!
Este escándalo nos recuerda que los concursos de belleza, aunque parezcan pura pompa y glamour, a menudo vienen cargados de tensiones, intereses económicos y rivalidades políticas. Es como un brete complicado, donde hay mucho más juego de poder del que parece a simple vista.
Y hablando de esto, recordemos que también salió a relucir información comprometedora sobre el propio Raúl Rocha, el presidente de la organización Miss Universe. Al parecer, la fiscalía pide orden de aprehensión en su contra por delitos aún desconocidos. ¡Esto sí que está que arde!
En fin, la historia de Fátima Bosch es un ejemplo de cómo el éxito puede venir acompañado de fuertes críticas y desafíos. Ella ha demostrado valentía al enfrentarse a la adversidad y al defender sus ideales. Pero dime tú, ¿crees que las acusaciones de favoritismo tienen fundamento o es simplemente envidia por parte de las demás candidatas? ¿Deberían reformarse los procesos de selección para evitar este tipo de polémicas?
Todo comenzó cuando se anunció su victoria en Tailandia, y ahí mismo empezó a volar la mosca. Gente echando humo por todos lados, diciendo que hubo favoritismo, que el papá de la reina, don Bernardo Bosch, tiene relaciones prietas con el señor Raúl Rocha, el big boss de Miss Universe Organization. Se dice que hasta le pusieron la lupa al proceso de votación, buscando pruebas de que se influyó a los jueces. ¡Qué vara!
Las especulaciones se dispararon a tal punto que la propia Fátima tuvo que salir al paso en sus redes sociales. Compartió capturas de pantalla de los mensajes más feos que le han mandado, y vaya si había bronca. “Me han dicho cosas horribles, me desean daño... ¿Por qué?, simplemente por ganar?”, exclamó la reina en su publicación.
Pero eso no es todo, mi pana. Antes de la coronación, ya había habido un pequeño bache. El presidente de Miss Grand International, Nawat Itsaragrisil, le soltó una pulla a Fátima llamándola “tonta” durante la grabación de unos videos promocionales. Ese episodio encendió aún más las alarmas sobre cómo tratan a las concursantes y qué pasa tras bambalinas.
Ahora, Fátima está usando su título para levantar la voz contra la violencia digital y el acoso en línea, como debe ser. Dice que no se va a esconder ni pedir permiso para brillar, y que usará su influencia para promover un ambiente más respetuoso en las redes sociales. ¡Es más que justa, la mae!
Este escándalo nos recuerda que los concursos de belleza, aunque parezcan pura pompa y glamour, a menudo vienen cargados de tensiones, intereses económicos y rivalidades políticas. Es como un brete complicado, donde hay mucho más juego de poder del que parece a simple vista.
Y hablando de esto, recordemos que también salió a relucir información comprometedora sobre el propio Raúl Rocha, el presidente de la organización Miss Universe. Al parecer, la fiscalía pide orden de aprehensión en su contra por delitos aún desconocidos. ¡Esto sí que está que arde!
En fin, la historia de Fátima Bosch es un ejemplo de cómo el éxito puede venir acompañado de fuertes críticas y desafíos. Ella ha demostrado valentía al enfrentarse a la adversidad y al defender sus ideales. Pero dime tú, ¿crees que las acusaciones de favoritismo tienen fundamento o es simplemente envidia por parte de las demás candidatas? ¿Deberían reformarse los procesos de selección para evitar este tipo de polémicas?