¡Aguante, pura vida! Aquí su servidora, lista para darle caña a un tema que nos está dando palazos a todos: el inglés en Costa Rica. Resulta que el EF English Proficiency Index 2025 nos dejó con cara de pocos amigos, ubicándonos en el puesto 55 a nivel mundial. ¡Un despache, vamos! Parece que estamos perdiendo terreno y ampliando la brecha con otros países de la región, mándale.
Lo que realmente está pegando duro es la caída en la población joven, entre 18 y 20 años. Estos mocosos que andaban manejándose con un nivel moderado de inglés, ahora están más cerca del suelo, con una disminución de 54 puntos desde 2022. ¡Qué sal! Pasamos de 502 a 448 puntos. Mientras tanto, los más viejos, los de encima de los 41, sí saben mantener el ritmo e incluso han ganado unos puntitos extra. Qué bueno por ellos, ¡pura gallinota!
Si nos ponemos a analizar la situación regional, pues ahí vemos que seguimos en medio de la tabla. Superamos a algunos vecinos como Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador y México, pero nos comen las huinchas países como Uruguay, Paraguay, El Salvador, Bolivia, Venezuela, Perú y Chile. Nos están dejando atrás, chavón. ¿Dónde quedó la idea de ser el “Switzerland de Centroamérica”? Ya nos pasamos de loca.
Una experta en enseñanza del inglés, Adriana Castro, le dio en el clavo cuando dijo que “Costa Rica sabe leer inglés, pero no logra expresarlo”. Y eso es la verdad, mae. Estamos atascados en una enseñanza teórica que no nos prepara para comunicarnos en la calle, en el mundo real. Tenemos un montón de reglas gramaticales memorizadas, pero cuando hay que mantener una conversación sencilla, ¡se nos va todo al traste!
Y la cosa se pone aún más fea si miramos los resultados de los Colegios Experimentales Bilingües (LEB) y las Secciones Bilingües Español-Inglés (SEBI). Un alarmante 41,5% de los estudiantes presentan un nivel de escritura básico en inglés. ¡Pero qué carga! Esto significa que muchos de estos jóvenes, que supuestamente estaban recibiendo una educación bilingüe de calidad, no pueden ni siquiera redactar un texto sencillo. Me da qué pensar, ¿no?
De hecho, los LEB tienen un mejor desempeño que las SEBI, lo cual sugiere que el modelo educativo integrado podría estar funcionando mejor que las clases específicas de inglés dentro de los colegios regulares. Vemos que los liceos de La Trinidad, Naranjo, Grecia, San Ramón y Pococí son los que están dando mejores frutos. ¡Felicidades a esos educadores que sí le están poniendo empeño! Hay que replicar esas buenas prácticas, ¡porfa!
Ahora bien, analicemos esto con calma. ¿Es culpa de los maestros, del sistema educativo, de los padres, o de los mismos estudiantes? Quizás sea una combinación de todo. Pero lo cierto es que necesitamos una inyección urgente de realidad en la enseñanza del inglés. Basta ya de ejercicios aburridos y exámenes interminables. Necesitamos enfocarnos en la práctica, en la comunicación real, en hacer que aprender inglés sea divertido y útil para nuestros jóvenes. ¡Que no vayan a salir del colegio pensando que el inglés es solo para aprobar un examen!
En fin, colegas, la situación es preocupante, pero no desesperanzadora. Podemos revertir esta tendencia si ponemos todas las cartas sobre la mesa y trabajamos juntos para mejorar la calidad de la enseñanza del inglés en Costa Rica. Pero me pregunto, ¿cree usted que es posible recuperar el tiempo perdido y volver a colocar a nuestro país en una posición competitiva en el ámbito internacional del inglés, o ya estamos demasiado lejos de la vuelta?
Lo que realmente está pegando duro es la caída en la población joven, entre 18 y 20 años. Estos mocosos que andaban manejándose con un nivel moderado de inglés, ahora están más cerca del suelo, con una disminución de 54 puntos desde 2022. ¡Qué sal! Pasamos de 502 a 448 puntos. Mientras tanto, los más viejos, los de encima de los 41, sí saben mantener el ritmo e incluso han ganado unos puntitos extra. Qué bueno por ellos, ¡pura gallinota!
Si nos ponemos a analizar la situación regional, pues ahí vemos que seguimos en medio de la tabla. Superamos a algunos vecinos como Panamá, Brasil, Colombia, Ecuador y México, pero nos comen las huinchas países como Uruguay, Paraguay, El Salvador, Bolivia, Venezuela, Perú y Chile. Nos están dejando atrás, chavón. ¿Dónde quedó la idea de ser el “Switzerland de Centroamérica”? Ya nos pasamos de loca.
Una experta en enseñanza del inglés, Adriana Castro, le dio en el clavo cuando dijo que “Costa Rica sabe leer inglés, pero no logra expresarlo”. Y eso es la verdad, mae. Estamos atascados en una enseñanza teórica que no nos prepara para comunicarnos en la calle, en el mundo real. Tenemos un montón de reglas gramaticales memorizadas, pero cuando hay que mantener una conversación sencilla, ¡se nos va todo al traste!
Y la cosa se pone aún más fea si miramos los resultados de los Colegios Experimentales Bilingües (LEB) y las Secciones Bilingües Español-Inglés (SEBI). Un alarmante 41,5% de los estudiantes presentan un nivel de escritura básico en inglés. ¡Pero qué carga! Esto significa que muchos de estos jóvenes, que supuestamente estaban recibiendo una educación bilingüe de calidad, no pueden ni siquiera redactar un texto sencillo. Me da qué pensar, ¿no?
De hecho, los LEB tienen un mejor desempeño que las SEBI, lo cual sugiere que el modelo educativo integrado podría estar funcionando mejor que las clases específicas de inglés dentro de los colegios regulares. Vemos que los liceos de La Trinidad, Naranjo, Grecia, San Ramón y Pococí son los que están dando mejores frutos. ¡Felicidades a esos educadores que sí le están poniendo empeño! Hay que replicar esas buenas prácticas, ¡porfa!
Ahora bien, analicemos esto con calma. ¿Es culpa de los maestros, del sistema educativo, de los padres, o de los mismos estudiantes? Quizás sea una combinación de todo. Pero lo cierto es que necesitamos una inyección urgente de realidad en la enseñanza del inglés. Basta ya de ejercicios aburridos y exámenes interminables. Necesitamos enfocarnos en la práctica, en la comunicación real, en hacer que aprender inglés sea divertido y útil para nuestros jóvenes. ¡Que no vayan a salir del colegio pensando que el inglés es solo para aprobar un examen!
En fin, colegas, la situación es preocupante, pero no desesperanzadora. Podemos revertir esta tendencia si ponemos todas las cartas sobre la mesa y trabajamos juntos para mejorar la calidad de la enseñanza del inglés en Costa Rica. Pero me pregunto, ¿cree usted que es posible recuperar el tiempo perdido y volver a colocar a nuestro país en una posición competitiva en el ámbito internacional del inglés, o ya estamos demasiado lejos de la vuelta?