¡Pero qué vaina, pura vaina! La Gran Área Metropolitana (GAM) anda con el agua al cuello, mi gente. Parece que vamos a tener que empezar a llevar la basura a la luna, porque los rellenos sanitarios se nos están yendo al garete a toda velocidad. La situación es tan seria que hasta la Ministra de Salud, Mary Munive, tuvo que salir a dar la cara y explicar cómo estamos en una emergencia nacional.
La cosa es así: El relleno sanitario de El Huazo, que es el único que está operando para 34 cantones de la GAM, está llegando a su límite máximo en apenas 10 meses. ¡Diez meses! Eso es menos que un abrir y cerrar de ojos. Imagínate, 2.6 millones de personas generando basura todos los días y todo eso terminando en el mismo lugar. Esto sin mencionar que los otros rellenos, como Aczarri en Aserrí, también andan peligrosamente cerca de reventar. ¡Qué despiche!
Y no es novedad que esto viene arrastrándose desde hace rato. Según dicen, los gobiernos locales no han hecho mucho para solucionar el problema, sino que se han ido dando palmaditas en la espalda mientras la basura se acumulaba. Ahora, toca pagarle el peaje a la irresponsabilidad de otros. Como si no tuviéramos suficientes problemas con el clima loco y el costo de vida por las nubes, ahora nos quieren enterrar vivos bajo montañas de basura.
Lo peor de todo es que el proyecto de ley que podría ayudar a aliviar la situación, el 24.251, se fue al traste en el Congreso. Al parecer, los diputados prefirieron meterle mano y cambiarlo tanto que ya ni se parece a la solución que necesitaba el país. Ahora, Salud está tratando de impulsar otra ley, la 25.271, que busca transformar la basura orgánica en electricidad. Suena bien, ¿verdad? Pero hay que ver si los diputados se animan a aprobarla esta vez. ¡Que le den a esas pelmazas!
Para que se hagan una idea, diariamente se movilizan unas 500 toneladas de basura a más de 20 kilómetros de distancia. ¡Imagínate el tráfico! Y encima, dicen que ahora algunos camiones están teniendo que irse hasta Limón para dejar la basura. ¡Qué torta! Ya no saben dónde más tirar la basura, y nosotros tenemos que seguir viviendo entre malos olores y riesgos para la salud. Es un verdadero brete, diay.
Y no solo eso, sino que el cierre técnico del relleno sanitario de Los Pinos en Cartago y el relleno de La Carpio (que ahora funciona como estación de transferencia) agravaron aún más la situación. Se sumó toda la basura de esos lugares a El Huazo, saturándolo aún más rápido. ¡Parece mentira, pero es verdad! El Huazo, que debería durar unos 11 años, se va a acabar en menos de un año, gracias a la falta de planificación y a las decisiones equivocadas.
Ahora, la Ministra de Salud está pidiendo a gritos que aprueben el proyecto de ley que crearía un biodigestor gigante para procesar al menos 800 toneladas de la basura de la GAM. Según ella, este biodigestor permitiría convertir la basura en electricidad, lo cual sería una solución temporal, pero al menos aliviaría un poco la presión sobre los rellenos sanitarios. Esperemos que los diputados escuchen esta vez y hagan algo productivo, aunque sea por el futuro de nuestros hijos y nietos. Porque si no, la próxima generación tendrá que vivir rodeada de basura hasta las cejas.
En fin, la situación es complicada, pero no imposible de solucionar. Lo importante es que tomemos conciencia de que necesitamos cambiar nuestros hábitos de consumo y reciclar más. Además, exijamos a nuestros representantes que hagan su trabajo y aprueben leyes que protejan nuestro medio ambiente y nuestra salud. ¡Y dime tú, compa!, ¿qué medidas crees que deberíamos tomar como ciudadanos para contribuir a solucionar este problema de la basura y evitar que la GAM termine convertida en un gigantesco basurero?
La cosa es así: El relleno sanitario de El Huazo, que es el único que está operando para 34 cantones de la GAM, está llegando a su límite máximo en apenas 10 meses. ¡Diez meses! Eso es menos que un abrir y cerrar de ojos. Imagínate, 2.6 millones de personas generando basura todos los días y todo eso terminando en el mismo lugar. Esto sin mencionar que los otros rellenos, como Aczarri en Aserrí, también andan peligrosamente cerca de reventar. ¡Qué despiche!
Y no es novedad que esto viene arrastrándose desde hace rato. Según dicen, los gobiernos locales no han hecho mucho para solucionar el problema, sino que se han ido dando palmaditas en la espalda mientras la basura se acumulaba. Ahora, toca pagarle el peaje a la irresponsabilidad de otros. Como si no tuviéramos suficientes problemas con el clima loco y el costo de vida por las nubes, ahora nos quieren enterrar vivos bajo montañas de basura.
Lo peor de todo es que el proyecto de ley que podría ayudar a aliviar la situación, el 24.251, se fue al traste en el Congreso. Al parecer, los diputados prefirieron meterle mano y cambiarlo tanto que ya ni se parece a la solución que necesitaba el país. Ahora, Salud está tratando de impulsar otra ley, la 25.271, que busca transformar la basura orgánica en electricidad. Suena bien, ¿verdad? Pero hay que ver si los diputados se animan a aprobarla esta vez. ¡Que le den a esas pelmazas!
Para que se hagan una idea, diariamente se movilizan unas 500 toneladas de basura a más de 20 kilómetros de distancia. ¡Imagínate el tráfico! Y encima, dicen que ahora algunos camiones están teniendo que irse hasta Limón para dejar la basura. ¡Qué torta! Ya no saben dónde más tirar la basura, y nosotros tenemos que seguir viviendo entre malos olores y riesgos para la salud. Es un verdadero brete, diay.
Y no solo eso, sino que el cierre técnico del relleno sanitario de Los Pinos en Cartago y el relleno de La Carpio (que ahora funciona como estación de transferencia) agravaron aún más la situación. Se sumó toda la basura de esos lugares a El Huazo, saturándolo aún más rápido. ¡Parece mentira, pero es verdad! El Huazo, que debería durar unos 11 años, se va a acabar en menos de un año, gracias a la falta de planificación y a las decisiones equivocadas.
Ahora, la Ministra de Salud está pidiendo a gritos que aprueben el proyecto de ley que crearía un biodigestor gigante para procesar al menos 800 toneladas de la basura de la GAM. Según ella, este biodigestor permitiría convertir la basura en electricidad, lo cual sería una solución temporal, pero al menos aliviaría un poco la presión sobre los rellenos sanitarios. Esperemos que los diputados escuchen esta vez y hagan algo productivo, aunque sea por el futuro de nuestros hijos y nietos. Porque si no, la próxima generación tendrá que vivir rodeada de basura hasta las cejas.
En fin, la situación es complicada, pero no imposible de solucionar. Lo importante es que tomemos conciencia de que necesitamos cambiar nuestros hábitos de consumo y reciclar más. Además, exijamos a nuestros representantes que hagan su trabajo y aprueben leyes que protejan nuestro medio ambiente y nuestra salud. ¡Y dime tú, compa!, ¿qué medidas crees que deberíamos tomar como ciudadanos para contribuir a solucionar este problema de la basura y evitar que la GAM termine convertida en un gigantesco basurero?