¡Aguante, pueblo tico! Resulta que los gringos siguen con el drama del cierre gubernamental, y parece que esto va pa’ largo. Ya entraron a la segunda semana, y ni rastro de soluciones. Imagínate, medio país parado, y nosotros aquí mirándolo con la mosca atrás de la oreja, preguntándonos qué tan lejos nos puede llegar esta bronca.
La cosa es que en el Senado, los republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo en temas presupuestarios. Parece que tienen mejores cosas que hacer que ponerle orden a la casa, ¿no creen? Los republi-canos, que tienen la mayoría en el Senado, necesitan 60 votos para aprobar cualquier cosa, pero los demsócratas no ceden ni un milímetro. Esta pelea lleva meses, y ahora se arrastra hasta la semana que viene, complicándose la situación económica de Estados Unidos y generando incertidumbre mundial.
Lo peor de todo es que este cierre ya está afectando la vida diaria de muchos americanos. Agencias federales sin fondos, miles de burócratas sin trabajar, y datos económicos que no se publican. ¡Imagínate tener que tomar decisiones importantes sin saber cómo anda la economía! El Departamento de Trabajo ni siquiera pudo sacar un informe clave sobre el empleo, dejándonos a todos en la niebla. Esto, claro, también impacta en nuestras bolsas y en cómo los precios van a seguir moviéndose aquí en Costa Rica, así que hay que estar ojo avizor, maes.
Y no crean que esto es solo cosa de números y estadisticas aburridas. En el centro de todo está el tema del Obamacare, ese plan de salud pública que tanto les gusta a algunos y tanto les molesta a otros. Los republi-canos quieren meterle mano a los subsidios, dicen que los démocratas están usando el sistema para colarlos migrantes. Los demsócratas, por supuesto, niegan estas acusaciones y piden que se respete el programa tal como está. ¡Un debate lleno de acusaciones cruzadas y promesas incumplidas!
Para colmo, Donald Trump, el exmandatario, ha estado metiendo leña al fuego con sus tuits y montajes fotográficos. Publicó una imagen de Chuck Schumer, el líder demócrata, dentro de un sándwich… ¡eso sí que es bajar el nivel! Aunque algunos digan que es humor, aquí en Costa Rica sabemos que a veces estos gestos buscan distraer de los problemas reales y polarizar aún más el debate.
Russell Vought, jefe de la Oficina de Presupuesto, ya advirtió que esto podría afectar el Producto Interno Bruto y frenar el crecimiento económico. Eso significa que podríamos sentir las consecuencias en nuestra propia economía, con inflación y menos oportunidades. ¡Qué lata! Hay que esperar y ver cómo se desarrolla la situación, pero no podemos dejar de estar atentos a lo que pasa allá porque, aunque estemos lejos, estamos conectados a esa economía global.
Ahora bien, mientras los políticos discuten y se pelean por el poder, los ciudadanos americanos son los que salen perjudicados. La parálisis política impide que se tomen decisiones importantes y pone en riesgo el bienestar de muchas familias. La incertidumbre es el peor enemigo de la estabilidad, y esa es precisamente la sensación que impera en Estados Unidos en este momento. ¡Esto demuestra que, a veces, la política está más enfocada en el juego de poder que en servir al pueblo!
En fin, esta crisis en Estados Unidos nos recuerda que la estabilidad y el progreso requieren diálogo, consenso y compromiso. Nos deja pensando: ¿Es posible encontrar soluciones justas y duraderas cuando la polarización política es tan profunda? ¿Qué medidas deberíamos tomar aquí en Costa Rica para evitar caer en situaciones similares?
La cosa es que en el Senado, los republicanos y demócratas no se ponen de acuerdo en temas presupuestarios. Parece que tienen mejores cosas que hacer que ponerle orden a la casa, ¿no creen? Los republi-canos, que tienen la mayoría en el Senado, necesitan 60 votos para aprobar cualquier cosa, pero los demsócratas no ceden ni un milímetro. Esta pelea lleva meses, y ahora se arrastra hasta la semana que viene, complicándose la situación económica de Estados Unidos y generando incertidumbre mundial.
Lo peor de todo es que este cierre ya está afectando la vida diaria de muchos americanos. Agencias federales sin fondos, miles de burócratas sin trabajar, y datos económicos que no se publican. ¡Imagínate tener que tomar decisiones importantes sin saber cómo anda la economía! El Departamento de Trabajo ni siquiera pudo sacar un informe clave sobre el empleo, dejándonos a todos en la niebla. Esto, claro, también impacta en nuestras bolsas y en cómo los precios van a seguir moviéndose aquí en Costa Rica, así que hay que estar ojo avizor, maes.
Y no crean que esto es solo cosa de números y estadisticas aburridas. En el centro de todo está el tema del Obamacare, ese plan de salud pública que tanto les gusta a algunos y tanto les molesta a otros. Los republi-canos quieren meterle mano a los subsidios, dicen que los démocratas están usando el sistema para colarlos migrantes. Los demsócratas, por supuesto, niegan estas acusaciones y piden que se respete el programa tal como está. ¡Un debate lleno de acusaciones cruzadas y promesas incumplidas!
Para colmo, Donald Trump, el exmandatario, ha estado metiendo leña al fuego con sus tuits y montajes fotográficos. Publicó una imagen de Chuck Schumer, el líder demócrata, dentro de un sándwich… ¡eso sí que es bajar el nivel! Aunque algunos digan que es humor, aquí en Costa Rica sabemos que a veces estos gestos buscan distraer de los problemas reales y polarizar aún más el debate.
Russell Vought, jefe de la Oficina de Presupuesto, ya advirtió que esto podría afectar el Producto Interno Bruto y frenar el crecimiento económico. Eso significa que podríamos sentir las consecuencias en nuestra propia economía, con inflación y menos oportunidades. ¡Qué lata! Hay que esperar y ver cómo se desarrolla la situación, pero no podemos dejar de estar atentos a lo que pasa allá porque, aunque estemos lejos, estamos conectados a esa economía global.
Ahora bien, mientras los políticos discuten y se pelean por el poder, los ciudadanos americanos son los que salen perjudicados. La parálisis política impide que se tomen decisiones importantes y pone en riesgo el bienestar de muchas familias. La incertidumbre es el peor enemigo de la estabilidad, y esa es precisamente la sensación que impera en Estados Unidos en este momento. ¡Esto demuestra que, a veces, la política está más enfocada en el juego de poder que en servir al pueblo!
En fin, esta crisis en Estados Unidos nos recuerda que la estabilidad y el progreso requieren diálogo, consenso y compromiso. Nos deja pensando: ¿Es posible encontrar soluciones justas y duraderas cuando la polarización política es tan profunda? ¿Qué medidas deberíamos tomar aquí en Costa Rica para evitar caer en situaciones similares?