¡Aguante, pura vida! Resulta que ahora sí, la ciencia le dio pa’ atrás a la idea de que un vasito de vino diario te hace bien. Un estudio internacional, publicado en JAMA, nos cayó como balde de agua fría, revelando que el margen seguro para el hígado es mucho más chiquito de lo que pensábamos. Y pa' los que ya andamos con el hígado graso, ni hablemos... es casi como si estuviéramos jugando con fuego.
Este estudio, que juntó a expertos de varios países, nos pone los pies en la tierra. Parece que nuestras costumbres de echar pa’ arriba con unas mañanitas o unas chelas después del trabajo están afectando nuestra salud más de lo que quisiéramos admitir. Aquí en Costa Rica, donde la convivencia social casi siempre incluye alguna bebidita, la cosa se complica un poco, diay.
La verdad es que el hígado graso es una vaina sigilosa. Muchas veces no da señales hasta que ya está bastante avanzado. Uno se siente cansado, a veces infla la barriguita, pero piensa que es estrés o falta de sueño. Lo grave es que este problema, conocido tecnológicamente como enfermedad del hígado graso no alcohólico, le pega a más de una cuarta parte de nosotros, los adultos. ¡Una torta!
Ahora, el estudio trajo una recomendación pa’ los que ya tienen el hígado sensible: no pasar de los 7.4 gramos de alcohol al día. Suena a broma, pero es poquísimo. Eso equivale a menos de medio vaso de vino o a un tercio de cerveza. Pa’ los que estamos acostumbrados a echarnos unos tres tragos cuando hay reunión familiar, eso es un cambio radical, chunche.
Y ojo, que si ya tienes el hígado graso avanzado, lo más sensato es dejarle de meter trago por completo. Aunque sea un poquito, puedes empeorar la situación y terminar con problemas más graves, como la cirrosis. ¡Imagínate!, irse al traste por unas chelas. Mejor prevenimos, mae.
Pero no todo es culpa del aguardiente. Hay que considerar que cada quien metaboliza el alcohol diferente. Las mujeres, por ejemplo, tardamos más en procesarlo, así que los efectos tóxicos llegan más rápido. Por eso, los hombres no deberían pasarse de seis u ocho bebidas diarias, mientras que las mujeres deben cuidarse de no exceder cuatro o cinco. Claro, esos son niveles ya peligrosos, diay. Lo ideal, pa’ estar seguros, es que los hombres no superen los 30 gramos diarios y las mujeres los 20.
Considerando que una bebida estándar tiene entre 10 y 15 gramos de alcohol, la regla sería simple: dos vasos para los hombres y uno para las mujeres, como máximo. ¡Y no me vengan con que es poca diversión! La salud es lo primero, mi gente. Además, podemos encontrar otras formas de celebrar y compartir con nuestros amigos y familiares, bretes que no involucren el alcohol.
Aquí en Costa Rica, los hospitales públicos están viendo cada vez más casos de problemas hepáticos y alteraciones metabólicas. El consumo de alcohol se mantiene alto, y eso es preocupante. Así que, después de toda esta información, me pregunto: ¿Estás dispuesto a replantear tus hábitos de consumo de alcohol y darle prioridad a la salud de tu hígado, o seguirás pensando que un brindis ocasional no hace daño?
Este estudio, que juntó a expertos de varios países, nos pone los pies en la tierra. Parece que nuestras costumbres de echar pa’ arriba con unas mañanitas o unas chelas después del trabajo están afectando nuestra salud más de lo que quisiéramos admitir. Aquí en Costa Rica, donde la convivencia social casi siempre incluye alguna bebidita, la cosa se complica un poco, diay.
La verdad es que el hígado graso es una vaina sigilosa. Muchas veces no da señales hasta que ya está bastante avanzado. Uno se siente cansado, a veces infla la barriguita, pero piensa que es estrés o falta de sueño. Lo grave es que este problema, conocido tecnológicamente como enfermedad del hígado graso no alcohólico, le pega a más de una cuarta parte de nosotros, los adultos. ¡Una torta!
Ahora, el estudio trajo una recomendación pa’ los que ya tienen el hígado sensible: no pasar de los 7.4 gramos de alcohol al día. Suena a broma, pero es poquísimo. Eso equivale a menos de medio vaso de vino o a un tercio de cerveza. Pa’ los que estamos acostumbrados a echarnos unos tres tragos cuando hay reunión familiar, eso es un cambio radical, chunche.
Y ojo, que si ya tienes el hígado graso avanzado, lo más sensato es dejarle de meter trago por completo. Aunque sea un poquito, puedes empeorar la situación y terminar con problemas más graves, como la cirrosis. ¡Imagínate!, irse al traste por unas chelas. Mejor prevenimos, mae.
Pero no todo es culpa del aguardiente. Hay que considerar que cada quien metaboliza el alcohol diferente. Las mujeres, por ejemplo, tardamos más en procesarlo, así que los efectos tóxicos llegan más rápido. Por eso, los hombres no deberían pasarse de seis u ocho bebidas diarias, mientras que las mujeres deben cuidarse de no exceder cuatro o cinco. Claro, esos son niveles ya peligrosos, diay. Lo ideal, pa’ estar seguros, es que los hombres no superen los 30 gramos diarios y las mujeres los 20.
Considerando que una bebida estándar tiene entre 10 y 15 gramos de alcohol, la regla sería simple: dos vasos para los hombres y uno para las mujeres, como máximo. ¡Y no me vengan con que es poca diversión! La salud es lo primero, mi gente. Además, podemos encontrar otras formas de celebrar y compartir con nuestros amigos y familiares, bretes que no involucren el alcohol.
Aquí en Costa Rica, los hospitales públicos están viendo cada vez más casos de problemas hepáticos y alteraciones metabólicas. El consumo de alcohol se mantiene alto, y eso es preocupante. Así que, después de toda esta información, me pregunto: ¿Estás dispuesto a replantear tus hábitos de consumo de alcohol y darle prioridad a la salud de tu hígado, o seguirás pensando que un brindis ocasional no hace daño?