¡Ay, Dios mío! Esto sí que es un cimarrón. La Fuerza Pública le pegó duro a la delincuencia en Hatillo, decomisando una cantidad considerable de droga y hasta un arma de fuego. Parece que algunos mae andaban pensando que podían hacer lo que quisieran en nuestro cantón, pero bueno, ahí los tiene la poli, limpiando la casa.
El operativo, que se desarrolló en varias zonas del distrito de Hatillo, tuvo como objetivo tanto los reportes de accionamiento de armas como los recorridos preventivos habituales. El Grupo de Apoyo Operacional (GAO), como siempre, haciendo el trabajo sucio y asegurando que Hatillo siga siendo un lugar tranquilo para vivir, aunque estos incidentes nos recuerdan que la problemática persiste. No es ningún secreto que algunas áreas han sido foco de actividades sospechosas, y este operativo demuestra que la policía está atenta.
Lo primero que encontraron los agentes fue una banda de vándalos en plena faena, o sea, ‘en el planché’, como decimos nosotros. Al ver llegar a la poli, todos se espantaron y empezaron a correr pa’ donde daba el viento. Pero la poli no se quedó con los brazos cruzados, inició una persecución y encontró escondido en unos matorrales un bolso tipo canguro con 116 dosis de sustancias ilícitas: cocaína, tusi y marihuana. ¡Qué nivel de irresponsabilidad!
Pero eso no era todo, porque en otro punto del operativo, dieron con otra bolsa plástica negra reventando de marihuana, cocaína y ketamina, ¡una barbaridad! Fueron 936 dosis, diay... ¡Una cifra impresionante! Demuestra que esto va más allá de unos pocos mae juntando unos cuantos billetes; hay redes organizadas metidas en esto. Y eso, señores, es preocupante.
Para rematar, mientras recorrían una alameda, vieron a varias personas corriendo como si les picaran las patas. Uno de ellos, en medio del pánico, dejó caer un arma de fuego. ¡Imagínate el peligro que representa eso! Un arma suelta en las manos equivocadas puede causar estragos. Afortunadamente, la poli actuó rápido y aseguró el arma junto con la droga ya encontrada.
Además de este operativo en Hatillo, la Fuerza Pública también realizó allanamientos en otras partes del país, donde incautó alrededor de 12.000 medicamentos falsificados y mercadería de contrabando. Parece que los delincuentes no se quedan solo con la droga, sino que buscan abarcar todo lo que puedan, aprovechándose de la necesidad de la gente y poniendo en riesgo su salud. ¡Qué poca vergüenza!
Este tipo de operativos son cruciales para mantener la seguridad de nuestras comunidades y enviar un mensaje claro a los delincuentes: que no van a poder operar impunemente en Costa Rica. Las autoridades tienen la obligación de proteger a los ciudadanos y perseguir a aquellos que amenazan nuestra tranquilidad. Es importante destacar el esfuerzo y valentía de nuestros oficiales, que arriesgan sus vidas diariamente para garantizar nuestro bienestar. También es vital que la ciudadanía colabore denunciando cualquier actividad sospechosa.
Ante esta escalofriante cantidad de drogas decomisadas y la presencia de un arma de fuego en circulación, ¿cree usted que las penas actuales son suficientes para disuadir a los traficantes y consumidores de drogas, o deberíamos considerar endurecer las leyes y explorar alternativas como programas de rehabilitación más efectivos? Comparta su opinión en el foro, ¡quiero saber qué piensa la gente!
El operativo, que se desarrolló en varias zonas del distrito de Hatillo, tuvo como objetivo tanto los reportes de accionamiento de armas como los recorridos preventivos habituales. El Grupo de Apoyo Operacional (GAO), como siempre, haciendo el trabajo sucio y asegurando que Hatillo siga siendo un lugar tranquilo para vivir, aunque estos incidentes nos recuerdan que la problemática persiste. No es ningún secreto que algunas áreas han sido foco de actividades sospechosas, y este operativo demuestra que la policía está atenta.
Lo primero que encontraron los agentes fue una banda de vándalos en plena faena, o sea, ‘en el planché’, como decimos nosotros. Al ver llegar a la poli, todos se espantaron y empezaron a correr pa’ donde daba el viento. Pero la poli no se quedó con los brazos cruzados, inició una persecución y encontró escondido en unos matorrales un bolso tipo canguro con 116 dosis de sustancias ilícitas: cocaína, tusi y marihuana. ¡Qué nivel de irresponsabilidad!
Pero eso no era todo, porque en otro punto del operativo, dieron con otra bolsa plástica negra reventando de marihuana, cocaína y ketamina, ¡una barbaridad! Fueron 936 dosis, diay... ¡Una cifra impresionante! Demuestra que esto va más allá de unos pocos mae juntando unos cuantos billetes; hay redes organizadas metidas en esto. Y eso, señores, es preocupante.
Para rematar, mientras recorrían una alameda, vieron a varias personas corriendo como si les picaran las patas. Uno de ellos, en medio del pánico, dejó caer un arma de fuego. ¡Imagínate el peligro que representa eso! Un arma suelta en las manos equivocadas puede causar estragos. Afortunadamente, la poli actuó rápido y aseguró el arma junto con la droga ya encontrada.
Además de este operativo en Hatillo, la Fuerza Pública también realizó allanamientos en otras partes del país, donde incautó alrededor de 12.000 medicamentos falsificados y mercadería de contrabando. Parece que los delincuentes no se quedan solo con la droga, sino que buscan abarcar todo lo que puedan, aprovechándose de la necesidad de la gente y poniendo en riesgo su salud. ¡Qué poca vergüenza!
Este tipo de operativos son cruciales para mantener la seguridad de nuestras comunidades y enviar un mensaje claro a los delincuentes: que no van a poder operar impunemente en Costa Rica. Las autoridades tienen la obligación de proteger a los ciudadanos y perseguir a aquellos que amenazan nuestra tranquilidad. Es importante destacar el esfuerzo y valentía de nuestros oficiales, que arriesgan sus vidas diariamente para garantizar nuestro bienestar. También es vital que la ciudadanía colabore denunciando cualquier actividad sospechosa.
Ante esta escalofriante cantidad de drogas decomisadas y la presencia de un arma de fuego en circulación, ¿cree usted que las penas actuales son suficientes para disuadir a los traficantes y consumidores de drogas, o deberíamos considerar endurecer las leyes y explorar alternativas como programas de rehabilitación más efectivos? Comparta su opinión en el foro, ¡quiero saber qué piensa la gente!