¡Ay, Dios mío, qué bronca! Aquí seguimos sacudiéndonos con las noticias, y esta vez la cosa está dura. Un pobre tipo, extranjero de unos 59 años, quedó gravemente herido luego de una balacera en Desamparados de Alajuela. Parece que entró en medio de un lío que ni siquiera conocía, y ahora está luchando por su vida en el Hospital San Rafael. ¡Qué sal!
Según nos cuentan, todo pasó el domingo pasado en el sector de El Erizo. Una refriega, una balacera que nadie esperaba. Las autoridades todavía están tratando de averiguar qué pasó exactamente, quiénes eran los implicados y por qué se armó tanto jaleo. Lo único claro es que hay un hombre en estado crítico y una familia destrozada.
El señor, identificado como Pérez, llegó a Costa Rica buscando la tranquilidad, venir a ganarse la vida con honradez. Estaba trabajando como pintor, pinta paredes y eso, cuando de pronto, ¡zas!, recibió un impacto de bala en la cabeza. Su hijo, quien habló con nosotros, está devastado. Dice que su papá es un hombre trabajador, que nunca tuvo problemas con nadie, y que esto simplemente fue un accidente terrible. "Papá solo venía de trabajar", repetía con angustia.
Imagínate el golpe. La bala le dio justo en el rostro, causando daños severísimos a la mandíbula y, lo peor de todo, pérdida temporal de la visión. Por ahora está conectado a máquinas y respiradores, pero los médicos dicen que tiene posibilidades de recuperarse, aunque será un proceso largo y complicado. El lunes tienen programada una cirugía urgente, vamos cruzando los dedos para que todo salga bien, ¡eso sí que sería bueno!
Lo que más me da pena es cómo la gente se apresura a juzgar. En las redes sociales ya empezaron a circular rumores diciendo que el señor tenía vínculos con cosas raras, que andaba metido en malos bretes. Pero el hijo niega rotundamente esas acusaciones. "Eso no es cierto, mi papá es una persona honesta, nunca ha tenido problemas con la ley", afirma con indignación. ¡Y razón tiene, qué torta!
Este caso nos recuerda que la violencia indiscriminada puede tocar a cualquiera, sin importar su origen o sus intenciones. Gente inocente, trabajadores como Pérez, terminan siendo víctimas colaterales de la guerra entre pandillas. Eso sí que duele, diay. Y es que parece que la seguridad en nuestro país está cada vez más complicada, pues ya son varios los casos de personas inocentes que sufren las consecuencias de la delincuencia.
Ahora, hablando en plata, toda esta vaina nos hace pensar en qué tan seguros estamos realmente en nuestras propias comunidades. ¿No deberíamos exigir a nuestros gobernantes tomar medidas más drásticas para combatir la inseguridad y proteger a los ciudadanos? Que no sean solamente promesas vacías, sino acciones concretas que traigan resultados. Porque así, con esto de las balas perdidas, todos estamos en peligro, mándale duro.
Pero volviendo al caso de don Pérez, la esperanza no está perdida. Su hijo dice que está recibiendo mucho apoyo, que los médicos están haciendo maravillas, y que confían en que se recuperará pronto. Ahora, dime tú, ¿qué te parece esta situación? ¿Crees que las autoridades deberían intensificar la lucha contra la delincuencia o estás pensando que la solución está en otra parte? Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas tú también sobre este tema tan delicado.
Según nos cuentan, todo pasó el domingo pasado en el sector de El Erizo. Una refriega, una balacera que nadie esperaba. Las autoridades todavía están tratando de averiguar qué pasó exactamente, quiénes eran los implicados y por qué se armó tanto jaleo. Lo único claro es que hay un hombre en estado crítico y una familia destrozada.
El señor, identificado como Pérez, llegó a Costa Rica buscando la tranquilidad, venir a ganarse la vida con honradez. Estaba trabajando como pintor, pinta paredes y eso, cuando de pronto, ¡zas!, recibió un impacto de bala en la cabeza. Su hijo, quien habló con nosotros, está devastado. Dice que su papá es un hombre trabajador, que nunca tuvo problemas con nadie, y que esto simplemente fue un accidente terrible. "Papá solo venía de trabajar", repetía con angustia.
Imagínate el golpe. La bala le dio justo en el rostro, causando daños severísimos a la mandíbula y, lo peor de todo, pérdida temporal de la visión. Por ahora está conectado a máquinas y respiradores, pero los médicos dicen que tiene posibilidades de recuperarse, aunque será un proceso largo y complicado. El lunes tienen programada una cirugía urgente, vamos cruzando los dedos para que todo salga bien, ¡eso sí que sería bueno!
Lo que más me da pena es cómo la gente se apresura a juzgar. En las redes sociales ya empezaron a circular rumores diciendo que el señor tenía vínculos con cosas raras, que andaba metido en malos bretes. Pero el hijo niega rotundamente esas acusaciones. "Eso no es cierto, mi papá es una persona honesta, nunca ha tenido problemas con la ley", afirma con indignación. ¡Y razón tiene, qué torta!
Este caso nos recuerda que la violencia indiscriminada puede tocar a cualquiera, sin importar su origen o sus intenciones. Gente inocente, trabajadores como Pérez, terminan siendo víctimas colaterales de la guerra entre pandillas. Eso sí que duele, diay. Y es que parece que la seguridad en nuestro país está cada vez más complicada, pues ya son varios los casos de personas inocentes que sufren las consecuencias de la delincuencia.
Ahora, hablando en plata, toda esta vaina nos hace pensar en qué tan seguros estamos realmente en nuestras propias comunidades. ¿No deberíamos exigir a nuestros gobernantes tomar medidas más drásticas para combatir la inseguridad y proteger a los ciudadanos? Que no sean solamente promesas vacías, sino acciones concretas que traigan resultados. Porque así, con esto de las balas perdidas, todos estamos en peligro, mándale duro.
Pero volviendo al caso de don Pérez, la esperanza no está perdida. Su hijo dice que está recibiendo mucho apoyo, que los médicos están haciendo maravillas, y que confían en que se recuperará pronto. Ahora, dime tú, ¿qué te parece esta situación? ¿Crees que las autoridades deberían intensificar la lucha contra la delincuencia o estás pensando que la solución está en otra parte? Déjanos tus opiniones en los comentarios, queremos saber qué piensas tú también sobre este tema tan delicado.