¡Ay, macho! Esto sí que está feo. Una bala perdida alcanzó a un nene de apenas 13 añitos en Rincón Grande, Pavas, justo en plena madrugada. Imagínate el susto que se llevó el pobre diay. Según el OIJ, la cosa pasó alrededor de las doce de la noche, cuando estaban tronando balas por la calle y una de esas, como si nada, entró volando a la casita donde estaba el niño.
La verdad, esto pinta para tremendo brete. La Policía Judicial nos cuenta que todavía no han agarrado a nadie, así que la mara sigue suelta por ahí haciendo de las suyas. Lo rápido trasladaron al Hospital México, dicen, aunque la Cruz Roja primero contó que lo llevaron al San Juan de Dios. ¡Qué cosas! A veces estos chanchullos así dan desconfianza, ¿verdad?
Pero lo que realmente me preocupa –y creo que a muchos otros también– es el panorama general. Este incidente viene a sumar a una lista ya larguísima de tragedias que estamos viviendo en Costa Rica. Hasta el jueves pasado, llevábamos 717 homicidios acumulados, ¡casi 150 más que el año pasado! Eso sí que es para darle duro al botón de pánico.
Y ni hablar de los niños. Oigan, esto da escalofríos: ¡ocho menores de 12 años han sido víctimas de asesinato hasta ahora! Ocho vidas truncadas por la violencia. En 2024, a la misma fecha, éramos solamente tres. Esa vara está pintando bastante oscura, compas.
Don Rodrigo Chaves, el Presidente, anda diciendo que están “conteniendo” los asesinatos, pero yo no sé... recuerdo cuando dijo que tenían tres homicidios menos que el año anterior, pero luego vinieron los problemas con los señores Lara y prometió que iban a ver más asesinatos. Parece que tenía razón, aunque eso no le quita la culpa a nadie. Que le hablen, diay, ¿qué vamos a hacer?
Proyectan que podríamos llegar a tener unos 900 crímenes antes de que termine el año, y hasta podrían superar el récord de 2023, que fue el año más violento que hemos vivido. ¡Imagínate la torta! Más de 900 familias destrozadas, más de 900 vidas perdidas… es desesperanzador.
La gente anda quejándose, claro, pero es que ¿qué otra cosa podemos hacer? Se necesita un cambio radical, una estrategia seria y efectiva para combatir esta ola de violencia. No basta con echarle la culpa a un ministro o culpar a otro, necesitamos soluciones reales, que lleguen a la raíz del problema, porque sino seguimos yéndonos al traste como país.
Con todo esto, me pregunto… ¿hasta dónde debemos aguantar esta espiral de violencia? ¿Creen que las medidas actuales del gobierno son suficientes para frenar esta tendencia o necesitamos algo más drástico? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la gente sobre este tema tan urgente.
La verdad, esto pinta para tremendo brete. La Policía Judicial nos cuenta que todavía no han agarrado a nadie, así que la mara sigue suelta por ahí haciendo de las suyas. Lo rápido trasladaron al Hospital México, dicen, aunque la Cruz Roja primero contó que lo llevaron al San Juan de Dios. ¡Qué cosas! A veces estos chanchullos así dan desconfianza, ¿verdad?
Pero lo que realmente me preocupa –y creo que a muchos otros también– es el panorama general. Este incidente viene a sumar a una lista ya larguísima de tragedias que estamos viviendo en Costa Rica. Hasta el jueves pasado, llevábamos 717 homicidios acumulados, ¡casi 150 más que el año pasado! Eso sí que es para darle duro al botón de pánico.
Y ni hablar de los niños. Oigan, esto da escalofríos: ¡ocho menores de 12 años han sido víctimas de asesinato hasta ahora! Ocho vidas truncadas por la violencia. En 2024, a la misma fecha, éramos solamente tres. Esa vara está pintando bastante oscura, compas.
Don Rodrigo Chaves, el Presidente, anda diciendo que están “conteniendo” los asesinatos, pero yo no sé... recuerdo cuando dijo que tenían tres homicidios menos que el año anterior, pero luego vinieron los problemas con los señores Lara y prometió que iban a ver más asesinatos. Parece que tenía razón, aunque eso no le quita la culpa a nadie. Que le hablen, diay, ¿qué vamos a hacer?
Proyectan que podríamos llegar a tener unos 900 crímenes antes de que termine el año, y hasta podrían superar el récord de 2023, que fue el año más violento que hemos vivido. ¡Imagínate la torta! Más de 900 familias destrozadas, más de 900 vidas perdidas… es desesperanzador.
La gente anda quejándose, claro, pero es que ¿qué otra cosa podemos hacer? Se necesita un cambio radical, una estrategia seria y efectiva para combatir esta ola de violencia. No basta con echarle la culpa a un ministro o culpar a otro, necesitamos soluciones reales, que lleguen a la raíz del problema, porque sino seguimos yéndonos al traste como país.
Con todo esto, me pregunto… ¿hasta dónde debemos aguantar esta espiral de violencia? ¿Creen que las medidas actuales del gobierno son suficientes para frenar esta tendencia o necesitamos algo más drástico? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la gente sobre este tema tan urgente.