¡Duro, qué manera de romperla! Bernal Fonseca, nuestro triatleta nacional, nos dejó boquiabiertos con su última hazaña deportiva. Olvídense de los circuitos internacionales por un momento, porque este mae decidió llevar su disciplina al máximo nivel… ¡con un propósito! Corrió 105 kilómetros, divididos en cinco días, para apoyar a la Asociación Caminemos Juntos, y vaya que le salió bien.
Esta fundación, ubicada en Cartago, es una luz de esperanza para pacientes con enfermedades crónicas o terminales. Su labor es fundamental, brindándoles acompañamiento y cuidados paliativos dignos. Y Fonseca, con su espíritu guanacasteco, pensó: '¿Cómo puedo unir mi pasión por el deporte con la ayuda a los demás?' Así nació el reto: correr diariamente, incentivando a la gente a donar mil colones por cada metro recorrido. Un verdadero ejemplo de cómo el esfuerzo personal puede tener un impacto social enorme.
Todo empezó el miércoles 10 de septiembre, con Fonseca dejando Lindora atrás rumbo a Cartago. Pero este no fue un viaje solitario, ¡para nada! Le dieron palo aventurarse solo, así que contó con el apoyo de leyendas del deporte costarricense. Gaby Traña, la olimpica de las carreras; Andrés Alfaro, un maestro del triatlón con décadas de experiencia; y hasta José Pablo Gil, orgullo paralímpico del tenis, lo acompañaron en algunos tramos. ¡Imagínense esa energía reunida!
El recorrido, una verdadera aventura, lo llevó a cruzar más de diez comunidades alrededor del Gran Área Metropolitana. Por montañas, por llanuras, bajo el sol ardiente... Fonseca demostró que la dedicación y la fuerza de voluntad pueden mover montañas, literalmente. Él mismo comentó, emocionado: "Estoy muy contento. Se lograron varios objetivos con esta iniciativa: darle visibilidad a los cuidados paliativos, usar mi deporte para apoyar a estas personas, e invitar a la comunidad a contribuir económicamente. Para mí, el deporte es una herramienta poderosa de cambio social.">
Fonseca no es ningún novato en esto del Ironman y los retos extremos. Ya reconocido a nivel mundial como un triatleta competitivo de larga distancia, decidió elevar el listón aún más alto. Este desafío, que lo convierte en el primer atleta costarricense en combinar un reto multietapa con una causa social tan importante, lo consolida como un ejemplo a seguir para todos nosotros. Demuestra que el éxito individual y el bienestar colectivo pueden ir de la mano.
Pero la historia no termina ahí. El dinero recaudado será crucial para la operatividad mensual de la Asociación Caminemos Juntos, aunque ellos necesitan apoyo constante. Por eso, mantengan a la vista el SINPE 6190-8523 y la página www.yomeuno.com del BAC, para aquellos que quieran echarle una mano. Cada colón cuenta, diay, y si podemos ayudar a alguien a tener una vida más digna, pues hay que hacerlo.
Después de completar el reto en unas impresionantes 8 horas, 46 minutos y 24 segundos, Fonseca ya está pensando en su próximo gran desafío: el Ironman de Cozumel, México, en noviembre. Allí buscará demostrar que los triunfos deportivos también pueden inspirar actos de bondad y solidaridad. Este mae siempre buscando nuevos bretes para superarse, tanto física como mentalmente. Una inspiración, sin lugar a dudas.
Ahora, les dejo una pregunta para reflexionar: ¿Qué otras formas creativas podríamos encontrar para combinar nuestras pasiones y talentos con causas sociales importantes en nuestra comunidad? ¿Creen que los deportistas tienen una responsabilidad especial en promover valores como la solidaridad y el compromiso social? ¡Vamos a debatirlo en los comentarios!
Esta fundación, ubicada en Cartago, es una luz de esperanza para pacientes con enfermedades crónicas o terminales. Su labor es fundamental, brindándoles acompañamiento y cuidados paliativos dignos. Y Fonseca, con su espíritu guanacasteco, pensó: '¿Cómo puedo unir mi pasión por el deporte con la ayuda a los demás?' Así nació el reto: correr diariamente, incentivando a la gente a donar mil colones por cada metro recorrido. Un verdadero ejemplo de cómo el esfuerzo personal puede tener un impacto social enorme.
Todo empezó el miércoles 10 de septiembre, con Fonseca dejando Lindora atrás rumbo a Cartago. Pero este no fue un viaje solitario, ¡para nada! Le dieron palo aventurarse solo, así que contó con el apoyo de leyendas del deporte costarricense. Gaby Traña, la olimpica de las carreras; Andrés Alfaro, un maestro del triatlón con décadas de experiencia; y hasta José Pablo Gil, orgullo paralímpico del tenis, lo acompañaron en algunos tramos. ¡Imagínense esa energía reunida!
El recorrido, una verdadera aventura, lo llevó a cruzar más de diez comunidades alrededor del Gran Área Metropolitana. Por montañas, por llanuras, bajo el sol ardiente... Fonseca demostró que la dedicación y la fuerza de voluntad pueden mover montañas, literalmente. Él mismo comentó, emocionado: "Estoy muy contento. Se lograron varios objetivos con esta iniciativa: darle visibilidad a los cuidados paliativos, usar mi deporte para apoyar a estas personas, e invitar a la comunidad a contribuir económicamente. Para mí, el deporte es una herramienta poderosa de cambio social.">
Fonseca no es ningún novato en esto del Ironman y los retos extremos. Ya reconocido a nivel mundial como un triatleta competitivo de larga distancia, decidió elevar el listón aún más alto. Este desafío, que lo convierte en el primer atleta costarricense en combinar un reto multietapa con una causa social tan importante, lo consolida como un ejemplo a seguir para todos nosotros. Demuestra que el éxito individual y el bienestar colectivo pueden ir de la mano.
Pero la historia no termina ahí. El dinero recaudado será crucial para la operatividad mensual de la Asociación Caminemos Juntos, aunque ellos necesitan apoyo constante. Por eso, mantengan a la vista el SINPE 6190-8523 y la página www.yomeuno.com del BAC, para aquellos que quieran echarle una mano. Cada colón cuenta, diay, y si podemos ayudar a alguien a tener una vida más digna, pues hay que hacerlo.
Después de completar el reto en unas impresionantes 8 horas, 46 minutos y 24 segundos, Fonseca ya está pensando en su próximo gran desafío: el Ironman de Cozumel, México, en noviembre. Allí buscará demostrar que los triunfos deportivos también pueden inspirar actos de bondad y solidaridad. Este mae siempre buscando nuevos bretes para superarse, tanto física como mentalmente. Una inspiración, sin lugar a dudas.
Ahora, les dejo una pregunta para reflexionar: ¿Qué otras formas creativas podríamos encontrar para combinar nuestras pasiones y talentos con causas sociales importantes en nuestra comunidad? ¿Creen que los deportistas tienen una responsabilidad especial en promover valores como la solidaridad y el compromiso social? ¡Vamos a debatirlo en los comentarios!
