Maes, pónganle atención a esta vara, porque es de esas noticias que uno lee en un medio de negocios y piensa "diay, ¿y a mí qué?". Pero la procesás un toque y te das cuenta de que el asunto es más grande de lo que parece. Resulta que, solo en los primeros tres meses de este año, en Tiquicia se construyeron más de 27.000 metros cuadrados de bodegas y centros logísticos nuevos. Para que se hagan una idea, eso es como meter casi cuatro Estadios Nacionales llenos de chunches y maquinaria de alta tecnología. ¡Y lo más loco es que ya todo está alquilado! No quedó ni un campito libre.
Ahora, no es que de la nada a todo el mundo le dio por guardar tiliches. El reporte de la gente de CBRE, que son unos cargas en bienes raíces, lo deja clarísimo: esto es el reflejo de una economía que se está moviendo a un ritmo impresionante. Los motores de este crecimiento son tres gigantes: la logística (obvio, el famoso nearshoring), la manufactura avanzada y, sobre todo, la industria de dispositivos médicos. Esas empresas multinacionales ven a Costa Rica y no solo ven playas y café; ven estabilidad, una ubicación que es un chuzo y, lo más importante, la calidad del brete tico. Por eso están apostando por montar aquí sus operaciones clave.
La vara, según los que saben, está que arde. El experto de CBRE, un mae llamado Bernal Rodríguez, explica que la demanda es tan brutal que la disponibilidad de espacios industriales modernos es de menos del 5%. ¡Menos del 5%! Eso en el mercado inmobiliario es básicamente tener el letrero de "lleno total" pegado en la puerta del país. ¡Qué nivel! Esto demuestra una confianza enorme en nuestra economía, porque nadie invierte millones de dólares en construir una mega bodega si piensa que la cosa se va a ir al traste mañana. Es una señal de que las empresas planean quedarse y seguir creciendo aquí por un buen rato.
Pero diay, no todo es color de rosa, y aquí es donde la vara se pone interesante para nosotros, los ciudadanos de a pie. Este boom de inversión es, sin duda, ¡qué chiva! Significa más brete, más plata moviéndose y una mejor reputación para el país en las grandes ligas. Sin embargo, también nos pone a prueba. ¿Tenemos la infraestructura vial para soportar más furgones moviendo contenedores? ¿Estamos capacitando a suficiente gente para los puestos especializados que estas industrias demandan? Es un problema bueno, de esos que uno quiere tener, pero sigue siendo un desafío que hay que resolver para que el tren no se nos descarrile.
Al final, esta noticia es un reflejo de que Costa Rica se está consolidando como un jugador serio en las cadenas de valor globales. Pasamos de ser un país de maquilas a uno donde se diseña, se manufactura con precisión y se distribuye tecnología médica que salva vidas en todo el mundo. El mercado de bodegas, que suena tan poco sexy, es en realidad el termómetro que nos dice qué tan caliente está nuestra economía. Y ahorita, parece que está a cachete. Pero diay, maes, aquí les dejo la pregunta: ¿Creen que estamos realmente preparados para este trote? ¿Aguanta la infraestructura del país tanto crecimiento o nos terminará agarrando la tarde?
Ahora, no es que de la nada a todo el mundo le dio por guardar tiliches. El reporte de la gente de CBRE, que son unos cargas en bienes raíces, lo deja clarísimo: esto es el reflejo de una economía que se está moviendo a un ritmo impresionante. Los motores de este crecimiento son tres gigantes: la logística (obvio, el famoso nearshoring), la manufactura avanzada y, sobre todo, la industria de dispositivos médicos. Esas empresas multinacionales ven a Costa Rica y no solo ven playas y café; ven estabilidad, una ubicación que es un chuzo y, lo más importante, la calidad del brete tico. Por eso están apostando por montar aquí sus operaciones clave.
La vara, según los que saben, está que arde. El experto de CBRE, un mae llamado Bernal Rodríguez, explica que la demanda es tan brutal que la disponibilidad de espacios industriales modernos es de menos del 5%. ¡Menos del 5%! Eso en el mercado inmobiliario es básicamente tener el letrero de "lleno total" pegado en la puerta del país. ¡Qué nivel! Esto demuestra una confianza enorme en nuestra economía, porque nadie invierte millones de dólares en construir una mega bodega si piensa que la cosa se va a ir al traste mañana. Es una señal de que las empresas planean quedarse y seguir creciendo aquí por un buen rato.
Pero diay, no todo es color de rosa, y aquí es donde la vara se pone interesante para nosotros, los ciudadanos de a pie. Este boom de inversión es, sin duda, ¡qué chiva! Significa más brete, más plata moviéndose y una mejor reputación para el país en las grandes ligas. Sin embargo, también nos pone a prueba. ¿Tenemos la infraestructura vial para soportar más furgones moviendo contenedores? ¿Estamos capacitando a suficiente gente para los puestos especializados que estas industrias demandan? Es un problema bueno, de esos que uno quiere tener, pero sigue siendo un desafío que hay que resolver para que el tren no se nos descarrile.
Al final, esta noticia es un reflejo de que Costa Rica se está consolidando como un jugador serio en las cadenas de valor globales. Pasamos de ser un país de maquilas a uno donde se diseña, se manufactura con precisión y se distribuye tecnología médica que salva vidas en todo el mundo. El mercado de bodegas, que suena tan poco sexy, es en realidad el termómetro que nos dice qué tan caliente está nuestra economía. Y ahorita, parece que está a cachete. Pero diay, maes, aquí les dejo la pregunta: ¿Creen que estamos realmente preparados para este trote? ¿Aguanta la infraestructura del país tanto crecimiento o nos terminará agarrando la tarde?
