¡Al ataque, compas! Buenas noticias pa’ los vecinos de Cartago y toda la zona central: el laboratorio del querido Hospital Max Peralta Jiménez, ahí donde muchos hemos pasado, ahora tendrá un nuevo hogar. Un cambio que promete hacer la vida más fácil pa’ todos los que necesitamos ir por unos exámenes o resultados. Ya saben, que si uno necesita chequearse, buscar el laboratorio no será un brete.
Durante años, el laboratorio ha funcionado en su ubicación original, pero el CCSS, siempre buscando mejorar los servicios, decidió que era hora de un upgrade. Después de buscar opciones, encontraron un local ideal en el barrio Asís, prácticamente a tiro de piedra del hospital. Esto significa menos caminata, más sombra y, en general, una experiencia mucho más agradable para los pacientes, especialmente aquellos que tienen dificultades para movilizarse. Imaginen la diferencia, ¡qué alivio!
La “Casa de Jesús”, como se conocía antiguamente el inmueble, pasó a manos del seguro social mediante un acuerdo de arriendo. Ahora, este espacio renovado albergará dos construcciones modernas y espaciosas, diseñadas pensando en la comodidad de los usuarios y en la eficiencia del personal médico. No es un lujo, pero sí una mejora significativa respecto al lugar anterior. Uno sabe que el hospital, aunque importante, tenía sus limitaciones en cuanto a infraestructura.
A partir del lunes 29 de septiembre, ya podrán visitar el nuevo laboratorio. Pero ojo, porque el viernes 26 de septiembre será el último día de operaciones en el local actual. Ese mismo día, en la tarde, habrá un operativo especial para trasladar todo el equipo y al personal, intentando causar las menores molestias posibles. Emmanuel Molina Solano, el director del laboratorio, nos aseguró que todo estará listo para recibirnos el lunes siguiente, así que no hay motivos para preocuparse.
Ahora, hablemos de lo bueno. Este nuevo espacio viene cargado de mejoras. Tenemos seis consultorios con aire acondicionado, ¡bendición en estos días calurosos!, once cubículos para la toma de muestras, una sala de espera techada para protegerse del sol y la lluvia, y hasta área de parqueo con espacio para dos ambulancias. Además, el diseño es totalmente accesible, cumpliendo con la Ley 7600, para garantizar el ingreso amplio y seguro a todas las personas, incluyendo aquellas que caminan, usan silla de ruedas o llegan en ambulancia. ¡Eso sí que es inclusión, compas!
Y eso no es todo. El laboratorio también ha implementado rotulación interna clara, lavamanos en los pasillos y puntos de reunión estratégicos en caso de emergencia. Lo que demuestra que realmente le están poniendo empeño a la seguridad y bienestar de los pacientes. Sin olvidarnos de que el personal del laboratorio se traslada a atender a los pacientes con movilidad reducida directamente en las ambulancias, reforzando su compromiso con una atención inclusiva y personalizada. ¡Un gesto que vale oro!
Molina recalcó que este cambio es parte de un plan más amplio de mejora continua para el hospital Max Peralta. Le da gusto ver que le están apostando a darle una calidad de vida digna a los ciudadanos. Agradeció a la comunidad por su paciencia y comprensión durante este proceso de transición y les recordó que el nuevo laboratorio sigue estando ubicado cerca del hospital, facilitando el acceso a quienes lo necesiten. Así que ya saben, ni se van a perder, ¡todo está pensado para nosotros!
En fin, un paso adelante pa’ la salud pública en Cartago. Una mudanza que trae consigo más comodidad, accesibilidad y modernidad. Pero dígame, compas, ¿ustedes qué piensan de estas mejoras? ¿Creen que iniciativas como esta deberían replicarse en otros hospitales del país para ofrecer mejores condiciones a los pacientes?
Durante años, el laboratorio ha funcionado en su ubicación original, pero el CCSS, siempre buscando mejorar los servicios, decidió que era hora de un upgrade. Después de buscar opciones, encontraron un local ideal en el barrio Asís, prácticamente a tiro de piedra del hospital. Esto significa menos caminata, más sombra y, en general, una experiencia mucho más agradable para los pacientes, especialmente aquellos que tienen dificultades para movilizarse. Imaginen la diferencia, ¡qué alivio!
La “Casa de Jesús”, como se conocía antiguamente el inmueble, pasó a manos del seguro social mediante un acuerdo de arriendo. Ahora, este espacio renovado albergará dos construcciones modernas y espaciosas, diseñadas pensando en la comodidad de los usuarios y en la eficiencia del personal médico. No es un lujo, pero sí una mejora significativa respecto al lugar anterior. Uno sabe que el hospital, aunque importante, tenía sus limitaciones en cuanto a infraestructura.
A partir del lunes 29 de septiembre, ya podrán visitar el nuevo laboratorio. Pero ojo, porque el viernes 26 de septiembre será el último día de operaciones en el local actual. Ese mismo día, en la tarde, habrá un operativo especial para trasladar todo el equipo y al personal, intentando causar las menores molestias posibles. Emmanuel Molina Solano, el director del laboratorio, nos aseguró que todo estará listo para recibirnos el lunes siguiente, así que no hay motivos para preocuparse.
Ahora, hablemos de lo bueno. Este nuevo espacio viene cargado de mejoras. Tenemos seis consultorios con aire acondicionado, ¡bendición en estos días calurosos!, once cubículos para la toma de muestras, una sala de espera techada para protegerse del sol y la lluvia, y hasta área de parqueo con espacio para dos ambulancias. Además, el diseño es totalmente accesible, cumpliendo con la Ley 7600, para garantizar el ingreso amplio y seguro a todas las personas, incluyendo aquellas que caminan, usan silla de ruedas o llegan en ambulancia. ¡Eso sí que es inclusión, compas!
Y eso no es todo. El laboratorio también ha implementado rotulación interna clara, lavamanos en los pasillos y puntos de reunión estratégicos en caso de emergencia. Lo que demuestra que realmente le están poniendo empeño a la seguridad y bienestar de los pacientes. Sin olvidarnos de que el personal del laboratorio se traslada a atender a los pacientes con movilidad reducida directamente en las ambulancias, reforzando su compromiso con una atención inclusiva y personalizada. ¡Un gesto que vale oro!
Molina recalcó que este cambio es parte de un plan más amplio de mejora continua para el hospital Max Peralta. Le da gusto ver que le están apostando a darle una calidad de vida digna a los ciudadanos. Agradeció a la comunidad por su paciencia y comprensión durante este proceso de transición y les recordó que el nuevo laboratorio sigue estando ubicado cerca del hospital, facilitando el acceso a quienes lo necesiten. Así que ya saben, ni se van a perder, ¡todo está pensado para nosotros!
En fin, un paso adelante pa’ la salud pública en Cartago. Una mudanza que trae consigo más comodidad, accesibilidad y modernidad. Pero dígame, compas, ¿ustedes qué piensan de estas mejoras? ¿Creen que iniciativas como esta deberían replicarse en otros hospitales del país para ofrecer mejores condiciones a los pacientes?