¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, justo faltando pocos meses para las elecciones, la polémica del aborto terapéutico prende otra vez. Los cuatro gallitos que quieren llegar a Casa Presidencial –Robles, Feinzaig, Castillo y Caamaño– se dijeron de todo en el debate de la U, y claro, esto dejó a muchos boquiabiertos y a otros pensando qué demonios está pasando.
Para refrescar la memoria de los que andan distraídos, la onda es que la norma técnica que permite el aborto terapéutico tuvo un cambio radical por parte del gobierno de Don Rodri, haciendo las cosas bastante más difíciles para las mujeres que están en situaciones de riesgo. Esto generó un tremendo revuelo, como era de esperarse, y ahora los aspirantes a Presidente están sacando pecho prometiendo deshacer ese lío si llegan a gobernar. Parece que saben dónde está el hueso, ¿no?
En el debate, Feinzaig salió con todo, diciendo textualmente que “vamos a revertir la atrocidad” que, según él, cometió el gobierno anterior. ¡Uy, qué calientito! Insistió en que no se trata de promover el aborto libre, sino de proteger los derechos de las mujeres y evitar que sufran “tortura física y psicológica”. El mae puso ganas, eso sí se le nota.
Por su lado, Ariel Robles tampoco quiso quedarse atrás. Prometió que, si le dan su voto, restaurar la norma técnica sería una de sus primeras acciones. Soltó una palabrerita sobre “sesgo machista y patriarcal”, lo cual encendió aún más las redes sociales. Ya ven, política pura, pero con tela de fondo sensible para la gente.
Caamaño, el tipo siempre buscando andar cauteloso, reconoció que el tema puede dividir al país, pero enfatizó que el Estado debe respetar la decisión de la mujer, especialmente cuando su vida corre peligro. Le dio un enfoque interesante, sugiriendo que el Estado debería informar y aconsejar a la mujer, pero dejarle la última palabra. Un brete el planteamiento del señor.
Y luego apareció Ronny Castillo, representando a Costa Rica Manda, que se define como un grupo conservador defensor de la vida. Pero sorpresa, sorpresa, también dijo que la norma técnica necesita volver. Explicó que aunque no apoyan el aborto abierto, es fundamental apoyar los derechos humanos y la vida de las madres en peligro. Al final, todos parecen querer quedar bien con todos, ¿verdad?
Lo que me da más risa es cómo este tema, que es serio y toca fibras muy sensibles, se convierte en herramienta política. Los candidatos se esfuerzan por demostrar que tienen el corazón en el lugar correcto, pero al mismo tiempo tratando de no espantar a sus votantes. Es un juego complicado, lleno de matices y donde la verdad suele quedar un poco escondida. ¡Una torta, díganlo ustedes!
Ahora, dejando a un lado toda la peliaguda situación política, me pregunto: ¿Realmente necesitamos otro debate sobre este tema tan polarizado, o estamos perdiendo el tiempo discutiendo mientras las mujeres siguen sufriendo las consecuencias de una ley injusta? ¿Creen que la promesa de revertir la norma técnica es sincera o simplemente una estrategia para ganar votos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la raza!
Para refrescar la memoria de los que andan distraídos, la onda es que la norma técnica que permite el aborto terapéutico tuvo un cambio radical por parte del gobierno de Don Rodri, haciendo las cosas bastante más difíciles para las mujeres que están en situaciones de riesgo. Esto generó un tremendo revuelo, como era de esperarse, y ahora los aspirantes a Presidente están sacando pecho prometiendo deshacer ese lío si llegan a gobernar. Parece que saben dónde está el hueso, ¿no?
En el debate, Feinzaig salió con todo, diciendo textualmente que “vamos a revertir la atrocidad” que, según él, cometió el gobierno anterior. ¡Uy, qué calientito! Insistió en que no se trata de promover el aborto libre, sino de proteger los derechos de las mujeres y evitar que sufran “tortura física y psicológica”. El mae puso ganas, eso sí se le nota.
Por su lado, Ariel Robles tampoco quiso quedarse atrás. Prometió que, si le dan su voto, restaurar la norma técnica sería una de sus primeras acciones. Soltó una palabrerita sobre “sesgo machista y patriarcal”, lo cual encendió aún más las redes sociales. Ya ven, política pura, pero con tela de fondo sensible para la gente.
Caamaño, el tipo siempre buscando andar cauteloso, reconoció que el tema puede dividir al país, pero enfatizó que el Estado debe respetar la decisión de la mujer, especialmente cuando su vida corre peligro. Le dio un enfoque interesante, sugiriendo que el Estado debería informar y aconsejar a la mujer, pero dejarle la última palabra. Un brete el planteamiento del señor.
Y luego apareció Ronny Castillo, representando a Costa Rica Manda, que se define como un grupo conservador defensor de la vida. Pero sorpresa, sorpresa, también dijo que la norma técnica necesita volver. Explicó que aunque no apoyan el aborto abierto, es fundamental apoyar los derechos humanos y la vida de las madres en peligro. Al final, todos parecen querer quedar bien con todos, ¿verdad?
Lo que me da más risa es cómo este tema, que es serio y toca fibras muy sensibles, se convierte en herramienta política. Los candidatos se esfuerzan por demostrar que tienen el corazón en el lugar correcto, pero al mismo tiempo tratando de no espantar a sus votantes. Es un juego complicado, lleno de matices y donde la verdad suele quedar un poco escondida. ¡Una torta, díganlo ustedes!
Ahora, dejando a un lado toda la peliaguda situación política, me pregunto: ¿Realmente necesitamos otro debate sobre este tema tan polarizado, o estamos perdiendo el tiempo discutiendo mientras las mujeres siguen sufriendo las consecuencias de una ley injusta? ¿Creen que la promesa de revertir la norma técnica es sincera o simplemente una estrategia para ganar votos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la raza!
