¡Ay, papá! La carretera a San Carlos sigue siendo un brete nacional, un dolor de cabeza pa’ to’los que tenemos que patearle. Resulta que la Asociación Pro Carretera anda echándole arena a la olla, reclamando que todavía hay expropiaciones pendientes pa’ avanzar con el tramo sur. Parece que el gobierno no se anima a desembolsar la plata necesaria, y ahí estamos, atascados en medio de un limbo burocrático que parece no tener fin.
Y ni hablar del Presidente Chaves, que anda de arengador, criticando a la Asociación y a Don Rafa Solís, el representante. Él dice que andan trabajando a marchas forzadas, mostrando fotos de cositas acá y allá, pero la Asociación no se convincede; afirma que eso son solo labores preparatorias, “cosas pa’ la foto”, como decimos nosotros. Lo peor es que los diseños de la carretera aún están esperando la bendición de algún burócrata dormilón, así que el proyecto va más lento que tortuga en día lluvioso.
El MOPT, pa’ lavar las manos, admite que todavía están haciendo estudios de campo. Dicen que dieron el banderazo de salida el 23 de mayo y que eso es “la etapa más importante”. Pero, vamos, mae, estudios de campo llevan meses, no años. Efraim Zeledón, el ministro, otra vez nos pintó la China: asegura que la carretera estará lista en el primer trimestre del 2027. ¿En serio? Porque ya nos dijeron lo mismo para el 2026, y ahí seguimos con el polvo hasta las cejas.
La Asociación, fiel a su estilo, sigue insistiendo en que las expropiaciones son el cuello de botella principal. Según ellos, la Corte Suprema de Justicia todavía tiene “muchísimos” casos pendientes. ¡Cuánto chinamanería! Uno se pregunta qué hacen esos jueces, si tienen tiempo libre para irse de pesca o qué. Ya la gente está harta de esperar, porque esta carretera es vital pa’ el desarrollo de toda la zona.
Pero la vaina se complica más, porque el tramo central de la carretera, el cual iba a retomarse en septiembre, también está congelado. Al parecer, hay una pelea feroz entre el gobierno y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Chaves, como buen político, acusó al BID de estar frenando las cosas, pero la Asociación cree que la culpa es de alguien que no cumplió con los estándares del cartel de licitación. Que se revisen bien esas papeleras, diay, porque al final quien paga la factura somos nosotros, los contribuyentes.
Y hablando de carteles de licitación, CHEC resultó ser la única empresa interesada en construir el tramo central. Una única oferta, ¿en serio? Eso huele a gallina flaca. Intentamos contactar al BID para saber su versión de la historia, pero esos chinos tardaron tanto en responder que casi me crece barba. Finalmente nos dijeron que no iban a comentar nada sobre el tema, como si les diera vergüenza reconocer el embrollo. Parece que la decisión final sobre el futuro de la carretera está en manos de esa entidad, y ahí es donde empieza la verdadera preocupación.
Según la Asociación, esta demora podría ser un problema grave. Advirtieron que si el tramo central no se concreta, los $196 millones invertidos en el tramo sur serán una pérdida total. ¡Qué sal! Imaginen todo ese dinero botado a la basura mientras la gente sigue sufriendo para llegar a San Carlos. Claro, el MOPT dice que los contratos son separados y que el BID supervisó el proceso, pero eso no convence a nadie. Hay demasiadas señales de alerta en este proyecto, desde la falta de una unidad ejecutora hasta los riesgos geotécnicos que advierte la Asociación Costarricense de Geotecnia (ACG).
Así que, amigos, la pregunta del millón es: ¿cuándo diablos van a terminar esta carretera? ¿Vamos a seguir viendo promesas rotas y excusas baratas durante años? ¿O finalmente el gobierno pondrá las pilas y hará lo que debe hacerse? ¡Den su opinión, compartan sus experiencias y díganos qué piensan sobre esta novela interminable! ¡A ver si podemos hacerles sentir la presión!
Y ni hablar del Presidente Chaves, que anda de arengador, criticando a la Asociación y a Don Rafa Solís, el representante. Él dice que andan trabajando a marchas forzadas, mostrando fotos de cositas acá y allá, pero la Asociación no se convincede; afirma que eso son solo labores preparatorias, “cosas pa’ la foto”, como decimos nosotros. Lo peor es que los diseños de la carretera aún están esperando la bendición de algún burócrata dormilón, así que el proyecto va más lento que tortuga en día lluvioso.
El MOPT, pa’ lavar las manos, admite que todavía están haciendo estudios de campo. Dicen que dieron el banderazo de salida el 23 de mayo y que eso es “la etapa más importante”. Pero, vamos, mae, estudios de campo llevan meses, no años. Efraim Zeledón, el ministro, otra vez nos pintó la China: asegura que la carretera estará lista en el primer trimestre del 2027. ¿En serio? Porque ya nos dijeron lo mismo para el 2026, y ahí seguimos con el polvo hasta las cejas.
La Asociación, fiel a su estilo, sigue insistiendo en que las expropiaciones son el cuello de botella principal. Según ellos, la Corte Suprema de Justicia todavía tiene “muchísimos” casos pendientes. ¡Cuánto chinamanería! Uno se pregunta qué hacen esos jueces, si tienen tiempo libre para irse de pesca o qué. Ya la gente está harta de esperar, porque esta carretera es vital pa’ el desarrollo de toda la zona.
Pero la vaina se complica más, porque el tramo central de la carretera, el cual iba a retomarse en septiembre, también está congelado. Al parecer, hay una pelea feroz entre el gobierno y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Chaves, como buen político, acusó al BID de estar frenando las cosas, pero la Asociación cree que la culpa es de alguien que no cumplió con los estándares del cartel de licitación. Que se revisen bien esas papeleras, diay, porque al final quien paga la factura somos nosotros, los contribuyentes.
Y hablando de carteles de licitación, CHEC resultó ser la única empresa interesada en construir el tramo central. Una única oferta, ¿en serio? Eso huele a gallina flaca. Intentamos contactar al BID para saber su versión de la historia, pero esos chinos tardaron tanto en responder que casi me crece barba. Finalmente nos dijeron que no iban a comentar nada sobre el tema, como si les diera vergüenza reconocer el embrollo. Parece que la decisión final sobre el futuro de la carretera está en manos de esa entidad, y ahí es donde empieza la verdadera preocupación.
Según la Asociación, esta demora podría ser un problema grave. Advirtieron que si el tramo central no se concreta, los $196 millones invertidos en el tramo sur serán una pérdida total. ¡Qué sal! Imaginen todo ese dinero botado a la basura mientras la gente sigue sufriendo para llegar a San Carlos. Claro, el MOPT dice que los contratos son separados y que el BID supervisó el proceso, pero eso no convence a nadie. Hay demasiadas señales de alerta en este proyecto, desde la falta de una unidad ejecutora hasta los riesgos geotécnicos que advierte la Asociación Costarricense de Geotecnia (ACG).
Así que, amigos, la pregunta del millón es: ¿cuándo diablos van a terminar esta carretera? ¿Vamos a seguir viendo promesas rotas y excusas baratas durante años? ¿O finalmente el gobierno pondrá las pilas y hará lo que debe hacerse? ¡Den su opinión, compartan sus experiencias y díganos qué piensan sobre esta novela interminable! ¡A ver si podemos hacerles sentir la presión!
