¡Ay, Dios mío! Parece que en Goicoechea nos estamos tragando unos problemas bien gordos con estos carros abandonados que andan por toda la vía pública. Lo que empieza siendo un carrito medio descompuesto o esperando su arreglito, termina convirtiéndose en caldo de cultivo para delincuentes, ¡y eso sí que no mola!
Roy Díaz, el jefe de la Policía Municipal de Goicoechea, nos echó la bomba: estos cachivaches se han convertido en focos de inseguridad. Ya no solo es ver un carro viejo ahí parado, es pensar en quién anda metido ahí dentro y qué andan maquinando. Antes era un botellón ocasional, ahora parece que tenemos búnkeres de asaltos y ventas de sustancia.
La cosa es así: hay dos escenarios bien comunes, según la policía. Algunos de esos carros que aparecen abandonados resultan ser robados, y los vándalos los dejan tirados para evitar que les agarren. Pero también hay muchos carros cuyos dueños simplemente se rindieron; los dejaron dañados y luego se olvidaron de ellos. Con el tiempo, se descomponen aún más, los vandalizan, y voilà, tienen un escondite perfecto para hacer fechorías. ¡Qué pena!
Y ojo, porque no es solo cuestión de encontrar cosas raras dentro. Según los reportes de los vecinos, estamos hablando de situaciones bien feas: desde amenazas con armas blancas hasta robos directos a gente que pasa caminando. ¡Imagínate llegar tarde al brete por tener que esquivar un peligro así!
Pero lo que realmente preocupa es el uso de estos carros como puntos de venta de drogas. Imagínate: un carro oxidado, casi irreconocible, sirviendo de fachada para distribuir sustancias ilegales. ¡Eso pone en riesgo a toda la comunidad y nos da una imagen bien fea!
Para solucionar esto, la policía está coordinándose con el MOPT, que es quien se encarga de retirar los vehículos de la calle. Pero no es tan sencillo: primero tienen que avisar a los dueños y asegurarse de que no haya ninguna investigación pendiente por robo. ¡Un proceso largo y engorroso, diay!
Al menos, cuentan con unas 189 cámaras de videovigilancia repartidas por el cantón, que han ayudado a identificar movimientos sospechosos y a recuperar vehículos robados gracias a las alertas de los vecinos. ¡La clave está en estar atentos y denunciar cualquier cosa extraña! Que no sean tímidas, maes, mejor prevenir que lamentar. Tenemos que cuidarnos entre todos.
Ahora, díganme: ¿ustedes se sienten seguros en sus barrios sabiendo que puede haber carros abandonados sirviendo de guarida para delincuentes? ¿Qué medidas creen que se deberían tomar para abordar este problema de forma más efectiva y frenar esta ola de inseguridad?
Roy Díaz, el jefe de la Policía Municipal de Goicoechea, nos echó la bomba: estos cachivaches se han convertido en focos de inseguridad. Ya no solo es ver un carro viejo ahí parado, es pensar en quién anda metido ahí dentro y qué andan maquinando. Antes era un botellón ocasional, ahora parece que tenemos búnkeres de asaltos y ventas de sustancia.
La cosa es así: hay dos escenarios bien comunes, según la policía. Algunos de esos carros que aparecen abandonados resultan ser robados, y los vándalos los dejan tirados para evitar que les agarren. Pero también hay muchos carros cuyos dueños simplemente se rindieron; los dejaron dañados y luego se olvidaron de ellos. Con el tiempo, se descomponen aún más, los vandalizan, y voilà, tienen un escondite perfecto para hacer fechorías. ¡Qué pena!
Y ojo, porque no es solo cuestión de encontrar cosas raras dentro. Según los reportes de los vecinos, estamos hablando de situaciones bien feas: desde amenazas con armas blancas hasta robos directos a gente que pasa caminando. ¡Imagínate llegar tarde al brete por tener que esquivar un peligro así!
Pero lo que realmente preocupa es el uso de estos carros como puntos de venta de drogas. Imagínate: un carro oxidado, casi irreconocible, sirviendo de fachada para distribuir sustancias ilegales. ¡Eso pone en riesgo a toda la comunidad y nos da una imagen bien fea!
Para solucionar esto, la policía está coordinándose con el MOPT, que es quien se encarga de retirar los vehículos de la calle. Pero no es tan sencillo: primero tienen que avisar a los dueños y asegurarse de que no haya ninguna investigación pendiente por robo. ¡Un proceso largo y engorroso, diay!
Al menos, cuentan con unas 189 cámaras de videovigilancia repartidas por el cantón, que han ayudado a identificar movimientos sospechosos y a recuperar vehículos robados gracias a las alertas de los vecinos. ¡La clave está en estar atentos y denunciar cualquier cosa extraña! Que no sean tímidas, maes, mejor prevenir que lamentar. Tenemos que cuidarnos entre todos.
Ahora, díganme: ¿ustedes se sienten seguros en sus barrios sabiendo que puede haber carros abandonados sirviendo de guarida para delincuentes? ¿Qué medidas creen que se deberían tomar para abordar este problema de forma más efectiva y frenar esta ola de inseguridad?
