¡Ay, Dios mío! Cartago amaneció empapada este lunes, con calles convertidas en ríos y familias enteras evacuadas. Las lluvias torrenciales, que no le aflojan ni un poquito, han dejado varias zonas del cantón sumergidas y con daños considerables. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) anda chambeando a marchas forzadas para atender la emergencia, pero la situación se puso bien fea, vamos.
Todo empezó con alertas tempranas, claro, pero nadie esperaba esto. Según la CNE, ya van 24 incidentes reportados en El Guarco, incluyendo deslizamientos, inundaciones y algunos pueblos enteros prácticamente aislados. La escuela Mariano Guardián Coraza tuvo que suspender clases de inmediato y evacuar a siete niños y siete adultos. Imagínate el susto que se pegaron esos pequeños, con toda esa agua entrando al salón. ¡Qué torta!
La situación en Copalchí es crítica, con un deslizamiento que ha bloqueado totalmente el paso vehicular hacia Corralillo. Ahora, si vives por allá y tenías planes de ir a comprar o visitar a alguien, olvídate. El río Purires también está dando mucho que hablar, con un caudal que se acerca peligrosamente a desbordarse en Tablón. Parece que la Vara no nos quiere jugar hoy, mae.
Pero eso no es todo. En la urbanización La Silvia, Brumasco, Barrancas y Valle Lirios, la gente está sufriendo con casas inundadas, provocadas principalmente por el colapso de los sistemas de alcantarillado. ¡Imagínate estar ahí adentro, peleando contra el agua hasta los tobillos! Los ríos Coris, Purires y la quebrada La Cucaracha siguen manteniendo niveles altos, alimentando la preocupación generalizada.
Los comités de emergencia andan tirando pa' lante, atendiendo a la población y monitoreando la situación, pero admiten que es una emergencia compleja y en constante evolución. Dicen que tienen todo bajo control, pero aquí en la calle, la cosa se ve complicada. El gobierno ha prometido apoyo económico y asistencia humanitaria, esperemos que lleguen rápido, porque mucha gente necesita ayuda urgente.
Este tipo de situaciones nos recuerdan lo vulnerables que somos ante los fenómenos naturales, especialmente con el cambio climático apremiándonos. ¿Cuántas veces tenemos que pasar por esto para tomar medidas preventivas más efectivas? Hay que invertir en infraestructura resiliente, mejorar nuestros sistemas de drenaje y educar a la población sobre cómo actuar frente a emergencias. A veces siento que estamos jalándonos una torta gigante como país, ignorando las señales.
Además, la situación económica del país tampoco ayuda. Muchas familias viven en zonas de riesgo simplemente porque no pueden costearse una vivienda segura en otro lugar. El acceso a la tierra y a servicios básicos dignos debería ser un derecho fundamental, pero parece que seguimos lejos de lograrlo. Esta emergencia deja ver las grietas profundas de nuestra sociedad, esas desigualdades que siempre terminan afectando a los más vulnerables.
La verdad, es que esta inundación en Cartago nos ha puesto a todos en alerta. Ver imágenes de casas inundadas y personas desplazadas no da paz. ¿Será que podemos esperar que estas tragedias continúen siendo recurrentes, o deberíamos exigir políticas públicas más sólidas y responsables para proteger a nuestras comunidades? Dime, tú, ¿qué crees que debemos hacer diferente como país para enfrentar mejor este tipo de emergencias en el futuro?
Todo empezó con alertas tempranas, claro, pero nadie esperaba esto. Según la CNE, ya van 24 incidentes reportados en El Guarco, incluyendo deslizamientos, inundaciones y algunos pueblos enteros prácticamente aislados. La escuela Mariano Guardián Coraza tuvo que suspender clases de inmediato y evacuar a siete niños y siete adultos. Imagínate el susto que se pegaron esos pequeños, con toda esa agua entrando al salón. ¡Qué torta!
La situación en Copalchí es crítica, con un deslizamiento que ha bloqueado totalmente el paso vehicular hacia Corralillo. Ahora, si vives por allá y tenías planes de ir a comprar o visitar a alguien, olvídate. El río Purires también está dando mucho que hablar, con un caudal que se acerca peligrosamente a desbordarse en Tablón. Parece que la Vara no nos quiere jugar hoy, mae.
Pero eso no es todo. En la urbanización La Silvia, Brumasco, Barrancas y Valle Lirios, la gente está sufriendo con casas inundadas, provocadas principalmente por el colapso de los sistemas de alcantarillado. ¡Imagínate estar ahí adentro, peleando contra el agua hasta los tobillos! Los ríos Coris, Purires y la quebrada La Cucaracha siguen manteniendo niveles altos, alimentando la preocupación generalizada.
Los comités de emergencia andan tirando pa' lante, atendiendo a la población y monitoreando la situación, pero admiten que es una emergencia compleja y en constante evolución. Dicen que tienen todo bajo control, pero aquí en la calle, la cosa se ve complicada. El gobierno ha prometido apoyo económico y asistencia humanitaria, esperemos que lleguen rápido, porque mucha gente necesita ayuda urgente.
Este tipo de situaciones nos recuerdan lo vulnerables que somos ante los fenómenos naturales, especialmente con el cambio climático apremiándonos. ¿Cuántas veces tenemos que pasar por esto para tomar medidas preventivas más efectivas? Hay que invertir en infraestructura resiliente, mejorar nuestros sistemas de drenaje y educar a la población sobre cómo actuar frente a emergencias. A veces siento que estamos jalándonos una torta gigante como país, ignorando las señales.
Además, la situación económica del país tampoco ayuda. Muchas familias viven en zonas de riesgo simplemente porque no pueden costearse una vivienda segura en otro lugar. El acceso a la tierra y a servicios básicos dignos debería ser un derecho fundamental, pero parece que seguimos lejos de lograrlo. Esta emergencia deja ver las grietas profundas de nuestra sociedad, esas desigualdades que siempre terminan afectando a los más vulnerables.
La verdad, es que esta inundación en Cartago nos ha puesto a todos en alerta. Ver imágenes de casas inundadas y personas desplazadas no da paz. ¿Será que podemos esperar que estas tragedias continúen siendo recurrentes, o deberíamos exigir políticas públicas más sólidas y responsables para proteger a nuestras comunidades? Dime, tú, ¿qué crees que debemos hacer diferente como país para enfrentar mejor este tipo de emergencias en el futuro?