¡Ay, Dios mío! Resulta que el cártel del Caribe Sur, esos tipos que nos estaban dando dolores de cabeza a las autoridades, no andaban precisamente jugando con palitos chinos. Descubrieron que, además de toda la movida de la droga, tenían un arsenal tecnológico digno de película de espías. El OIJ destapó la olla y ahora sabemos que se comunicaban vía satélite, usaban drones para vigilar y hasta contragvigilancia. ¡Una torta!
Según reveló Michael Soto, el director interino del OIJ, la banda, identificada como el cártel del Caribe Sur durante la operación Traición, estaba utilizando tecnología de punta para burlar al ojo avizor de la policía. No era solamente contacto telefónico normal; estos señores iban directo a las estrellas con radios satelitales. Imagínense tener una conversación desde el mar abierto sin que nadie te escuche... ¡Menudo brete!
Y no solo eso, hartas veces se veía a los drones volando por encima de las zonas donde manejaban la mercancía ilegal. Se sospecha que servían para ver si había policías acercándose o para chequear cómo iba el negocio. ¡Estaban más preparados que el Alajuela para un clásico contra Saprissa! El nivel de planificación y coordinación que esto implicaba es impresionante, y deja claro que no se trata de unos vándalos improvisados.
El precio de estas radios satelitales, mis queridos, no es bajo. Estamos hablando de entre mil doscientos sesenta y mil seiscientos treinta dólares por unidad, solo el aparato. Y ni hablemos del servicio mensual, que anda rondando los setenta y cinco dólares. Imagínate, una inversión considerable para poder hablar tranquilamente mientras trafican con sustancias ilícitas. Realmente, ¡qué carga!
Estas tecnologías, que normalmente se usan en barcos pesqueros o para rescates en alta mar, le dieron al cártel una libertad asombrosa. Podían mover cocaína en el océano Pacífico, anticiparse a las acciones de la policía y avisar a los guardacostas cuando se acercaban demasiado. Básicamente, eran dueños del terreno, tanto en tierra firme como en el agua. ¡Un nivel que te hace pensar!
Ahora, el OIJ está revisando a fondo todos estos equipos para saber exactamente qué tan avanzados son, cuál es su rango y cómo estaban encriptadas las comunicaciones. Parece que estaban usando la comunicación satelital como una forma de blindaje total contra la justicia. Eso sí que demuestra una organización seria, con recursos suficientes para contratar expertos en seguridad tecnológica. ¡No cualquier maquina!
Esta revelación nos obliga a replantearnos cómo estamos combatiendo el narcotráfico en Costa Rica. Ya no basta con interceptar llamadas telefónicas o hacer operativos sorpresa; tenemos que estar al día con la tecnología utilizada por estos grupos criminales. Es una carrera armamentista constante, y necesitamos invertir en herramientas y capacitación para poder ganar la batalla. Un chunche nuevo para la cruzada, vamos.
En fin, este caso del cártel del Caribe Sur nos muestra la complejidad del problema del narcotráfico y la necesidad de innovar en nuestra lucha contra él. Pero me pregunto, ¿crees que debemos enfocarnos más en cortar las fuentes de financiamiento de estas organizaciones o en perseguir a los líderes que están detrás de todo este esquema, o quizás una mezcla de ambos? ¡Déjanme leer tus opiniones en el foro, a ver qué piensa la gente!
Según reveló Michael Soto, el director interino del OIJ, la banda, identificada como el cártel del Caribe Sur durante la operación Traición, estaba utilizando tecnología de punta para burlar al ojo avizor de la policía. No era solamente contacto telefónico normal; estos señores iban directo a las estrellas con radios satelitales. Imagínense tener una conversación desde el mar abierto sin que nadie te escuche... ¡Menudo brete!
Y no solo eso, hartas veces se veía a los drones volando por encima de las zonas donde manejaban la mercancía ilegal. Se sospecha que servían para ver si había policías acercándose o para chequear cómo iba el negocio. ¡Estaban más preparados que el Alajuela para un clásico contra Saprissa! El nivel de planificación y coordinación que esto implicaba es impresionante, y deja claro que no se trata de unos vándalos improvisados.
El precio de estas radios satelitales, mis queridos, no es bajo. Estamos hablando de entre mil doscientos sesenta y mil seiscientos treinta dólares por unidad, solo el aparato. Y ni hablemos del servicio mensual, que anda rondando los setenta y cinco dólares. Imagínate, una inversión considerable para poder hablar tranquilamente mientras trafican con sustancias ilícitas. Realmente, ¡qué carga!
Estas tecnologías, que normalmente se usan en barcos pesqueros o para rescates en alta mar, le dieron al cártel una libertad asombrosa. Podían mover cocaína en el océano Pacífico, anticiparse a las acciones de la policía y avisar a los guardacostas cuando se acercaban demasiado. Básicamente, eran dueños del terreno, tanto en tierra firme como en el agua. ¡Un nivel que te hace pensar!
Ahora, el OIJ está revisando a fondo todos estos equipos para saber exactamente qué tan avanzados son, cuál es su rango y cómo estaban encriptadas las comunicaciones. Parece que estaban usando la comunicación satelital como una forma de blindaje total contra la justicia. Eso sí que demuestra una organización seria, con recursos suficientes para contratar expertos en seguridad tecnológica. ¡No cualquier maquina!
Esta revelación nos obliga a replantearnos cómo estamos combatiendo el narcotráfico en Costa Rica. Ya no basta con interceptar llamadas telefónicas o hacer operativos sorpresa; tenemos que estar al día con la tecnología utilizada por estos grupos criminales. Es una carrera armamentista constante, y necesitamos invertir en herramientas y capacitación para poder ganar la batalla. Un chunche nuevo para la cruzada, vamos.
En fin, este caso del cártel del Caribe Sur nos muestra la complejidad del problema del narcotráfico y la necesidad de innovar en nuestra lucha contra él. Pero me pregunto, ¿crees que debemos enfocarnos más en cortar las fuentes de financiamiento de estas organizaciones o en perseguir a los líderes que están detrás de todo este esquema, o quizás una mezcla de ambos? ¡Déjanme leer tus opiniones en el foro, a ver qué piensa la gente!