¡Ay, Dios mío, qué cargada nos cayó! La Corte Plena anda buscando a los jueces que van a lidiar con el caso de Don Rodri, el del Financiamiento Jaguar. Ya saben, todo el rollo de cómo se le inyectaron billetes a su campaña… ¡Un escándalo digno de novela venezolana!
Después de tanto rodeo, parece que finalmente se puso la máquina a andar el lunes pasado. La Presidencia del Poder Judicial, pa’ que sepan, confirmó que el tema ya está en manos de la Corte Plena. Se va a integrar un tribunal especial, como si fuera selección nacional, pa' analizar todo el papeleo y ver qué onda con las acusaciones.
Como bien recordaremos, la Fiscalía General llevó el caso al frente hace unos meses –el 23 de junio, pa’ ser exactos– acusando a Chaves y a otros seis personajes poderosos de andar haciendo travesuras con el dinero de la campaña. Entre ellos, el ex vicepresidente Brunner, el canciller Tinoco y varios diputados del PPSD. ¡Menudo chin corrido!
Ahora mismo, los abogados de la Corte están revisando si hay algún impedimento para que esos señores conozcan el caso. Imaginen, buscarle la térmica para evitar responsabilidades… Eso sí que es diay. Pero bueno, hasta ahora nadie ha dicho “no puedo juzgar”. A ver qué sale de esto, porque el asunto se pone cada día más interesante.
Para quienes no estén enterados, este proceso no es como ir al balcón a comprar plátanos. Tiene un protocolo especial, marcado en la Constitución. Primero, la Corte analiza si la acusación es válida. Luego, si todo pinta bien, se manda el caso a la Asamblea Legislativa para que voten si le quitan o no el fuero a Chaves y compañía. ¡Y eso, mis amigos, es donde se pueden armar las mejores parrandas políticas!
Y ojo, que si la Asamblea decide quitarle el fuero, ahí empieza otro capítulo. Un magistrado instructor toma el caso, les pide a los acusados que contraten abogado y les hace unas preguntas directas. Después se abre un plazo para que presenten pruebas… ¡Parece telenovela colombiana!
Pero volviendo al tema central, la elección de estos magistrados es crucial. Porque si se ponen unos jueces que no tienen ni idea de leyes electorales, el caso podría irse al traste. Y eso, además de ser injusto para el país, sería una patada en la espuela a la democracia. Por eso, la Corte Plena debe ponerle toda la carne al asador y escoger gente capaz y honesta. ¡Que no se ande con rodeos!
Este proceso promete darle vuelta al gallito, y la verdad, estamos todos con los ojos bien abiertos. Con tantas vueltas y revuelos, me pregunto: ¿Cree usted que este caso terminará en una condena firme para los involucrados, o será simplemente otra historia más que se queda en el limbo?
Después de tanto rodeo, parece que finalmente se puso la máquina a andar el lunes pasado. La Presidencia del Poder Judicial, pa’ que sepan, confirmó que el tema ya está en manos de la Corte Plena. Se va a integrar un tribunal especial, como si fuera selección nacional, pa' analizar todo el papeleo y ver qué onda con las acusaciones.
Como bien recordaremos, la Fiscalía General llevó el caso al frente hace unos meses –el 23 de junio, pa’ ser exactos– acusando a Chaves y a otros seis personajes poderosos de andar haciendo travesuras con el dinero de la campaña. Entre ellos, el ex vicepresidente Brunner, el canciller Tinoco y varios diputados del PPSD. ¡Menudo chin corrido!
Ahora mismo, los abogados de la Corte están revisando si hay algún impedimento para que esos señores conozcan el caso. Imaginen, buscarle la térmica para evitar responsabilidades… Eso sí que es diay. Pero bueno, hasta ahora nadie ha dicho “no puedo juzgar”. A ver qué sale de esto, porque el asunto se pone cada día más interesante.
Para quienes no estén enterados, este proceso no es como ir al balcón a comprar plátanos. Tiene un protocolo especial, marcado en la Constitución. Primero, la Corte analiza si la acusación es válida. Luego, si todo pinta bien, se manda el caso a la Asamblea Legislativa para que voten si le quitan o no el fuero a Chaves y compañía. ¡Y eso, mis amigos, es donde se pueden armar las mejores parrandas políticas!
Y ojo, que si la Asamblea decide quitarle el fuero, ahí empieza otro capítulo. Un magistrado instructor toma el caso, les pide a los acusados que contraten abogado y les hace unas preguntas directas. Después se abre un plazo para que presenten pruebas… ¡Parece telenovela colombiana!
Pero volviendo al tema central, la elección de estos magistrados es crucial. Porque si se ponen unos jueces que no tienen ni idea de leyes electorales, el caso podría irse al traste. Y eso, además de ser injusto para el país, sería una patada en la espuela a la democracia. Por eso, la Corte Plena debe ponerle toda la carne al asador y escoger gente capaz y honesta. ¡Que no se ande con rodeos!
Este proceso promete darle vuelta al gallito, y la verdad, estamos todos con los ojos bien abiertos. Con tantas vueltas y revuelos, me pregunto: ¿Cree usted que este caso terminará en una condena firme para los involucrados, o será simplemente otra historia más que se queda en el limbo?