¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, a dos meses de las elecciones y parece que el circo llegó a la plaza, pero no precisamente con los payasos que esperábamos. El candidato oficial, Laura Fernández, y los demás aspirantes, andan ahí, esforzándose como pueden, pero la verdad, parecen hormigas tratando de competir con un elefante. Y el elefante, claro, se llama Rodrigo Chaves.
Los analistas de la Universidad Nacional no se andan con rodeos: el Presidente Chaves ha logrado crear un fenómeno de ‘hiperpresidencialismo mediático’ que está estrangulando cualquier intento de los otros candidatos por hacerse visibles. Pareciera que todo gira alrededor de sus movidas, sus polémicas, sus declaraciones… ¡hasta el gallito se queda callao!
Miren, la cosa es así: mientras José Andrés Díaz, del programa Umbral Político de la U, explica cómo los debates sobre la inmunidad presidencial, la subasta de frecuencias de radio y hasta la “ley mordaza” mantienen a Chaves pegadito al reflector, los demás candidatos se esfuerzan por encontrar un resquicio, una oportunidad para decir aunque sea unas palabritas. ¿Dónde quedó el debate serio sobre educación, salud, seguridad social?
Y no es solo cuestión de atención mediática, también hay un tema económico bien salado. Parece que los partidos de oposición están guardando las baterías, esperando a enero para desplegar toda su artillería. Dicen que históricamente el tico decide su voto en el último mes, y gastar los pocos colones que tienen ahora, compitiendo contra la maquinaria del gobierno, sería puro despiche. ¿Será que nos vamos a perder una campaña electoral digna?
Las encuestas tampoco pintan muy animador. Laura Fernández, gracias a la ola de popularidad gubernamental –aunque algunos digan que es pura manipulación– va cómodamente arriba. Los demás candidatos, pues... ¡qué pena! No logran pasar del 10%, y algunos ni siquiera alcanzan el margen de error. Parece un partido de fútbol donde ya sabes quién va a ganar, a menos que pase alguna jugada inesperada, diay.
Este panorama nos lleva a preguntarnos si realmente tenemos una verdadera competencia democrática en Costa Rica. Si la figura del presidente acapara tanto la atención y los recursos, ¿cómo podemos esperar que surjan nuevas ideas, nuevas propuestas? Parece que el ruido, las controversias y las peleas personales se han convertido en la moneda corriente de la política nacional.
Ahora, con la promesa de debates intensificados en enero, quizás haya una luz de esperanza para los candidatos opositores. Pero a este punto, necesitarían un milagro, un golpe de efecto que les permita sacudir la complacencia generalizada y demostrar que tienen algo valioso que ofrecer al país. De lo contrario, corremos el riesgo de que la elección se decida por inercia, ratificando la tendencia hacia un hiperpresidencialismo que debilita nuestra democracia.
Entonces, mi pregunta para ustedes, queridos lectores del Foro: ¿creen que la oposición tiene posibilidades reales de revertir esta situación y ofrecerle a los votantes una alternativa convincente a la gestión de Rodrigo Chaves, o estamos condenados a repetir la historia y ver a un Presidente seguir dominando la escena política mucho después de dejar el cargo? ¡Díganme qué piensan!
Los analistas de la Universidad Nacional no se andan con rodeos: el Presidente Chaves ha logrado crear un fenómeno de ‘hiperpresidencialismo mediático’ que está estrangulando cualquier intento de los otros candidatos por hacerse visibles. Pareciera que todo gira alrededor de sus movidas, sus polémicas, sus declaraciones… ¡hasta el gallito se queda callao!
Miren, la cosa es así: mientras José Andrés Díaz, del programa Umbral Político de la U, explica cómo los debates sobre la inmunidad presidencial, la subasta de frecuencias de radio y hasta la “ley mordaza” mantienen a Chaves pegadito al reflector, los demás candidatos se esfuerzan por encontrar un resquicio, una oportunidad para decir aunque sea unas palabritas. ¿Dónde quedó el debate serio sobre educación, salud, seguridad social?
Y no es solo cuestión de atención mediática, también hay un tema económico bien salado. Parece que los partidos de oposición están guardando las baterías, esperando a enero para desplegar toda su artillería. Dicen que históricamente el tico decide su voto en el último mes, y gastar los pocos colones que tienen ahora, compitiendo contra la maquinaria del gobierno, sería puro despiche. ¿Será que nos vamos a perder una campaña electoral digna?
Las encuestas tampoco pintan muy animador. Laura Fernández, gracias a la ola de popularidad gubernamental –aunque algunos digan que es pura manipulación– va cómodamente arriba. Los demás candidatos, pues... ¡qué pena! No logran pasar del 10%, y algunos ni siquiera alcanzan el margen de error. Parece un partido de fútbol donde ya sabes quién va a ganar, a menos que pase alguna jugada inesperada, diay.
Este panorama nos lleva a preguntarnos si realmente tenemos una verdadera competencia democrática en Costa Rica. Si la figura del presidente acapara tanto la atención y los recursos, ¿cómo podemos esperar que surjan nuevas ideas, nuevas propuestas? Parece que el ruido, las controversias y las peleas personales se han convertido en la moneda corriente de la política nacional.
Ahora, con la promesa de debates intensificados en enero, quizás haya una luz de esperanza para los candidatos opositores. Pero a este punto, necesitarían un milagro, un golpe de efecto que les permita sacudir la complacencia generalizada y demostrar que tienen algo valioso que ofrecer al país. De lo contrario, corremos el riesgo de que la elección se decida por inercia, ratificando la tendencia hacia un hiperpresidencialismo que debilita nuestra democracia.
Entonces, mi pregunta para ustedes, queridos lectores del Foro: ¿creen que la oposición tiene posibilidades reales de revertir esta situación y ofrecerle a los votantes una alternativa convincente a la gestión de Rodrigo Chaves, o estamos condenados a repetir la historia y ver a un Presidente seguir dominando la escena política mucho después de dejar el cargo? ¡Díganme qué piensan!
