¡Ay, Dios mío! Esto sí que está feo, maes. Las clases siguen suspendidas por gran parte de Puntarenas y la zona de Occidente, y parece que la cosa no mejora rápido. El MEP mandó el comunicado esta tarde, avisando que hay varias escuelas que no van a abrir sus puertas hasta nuevo aviso, y la verdad, uno entiende, ¿quién quiere mandar a los ninos pa’l brete si ni se puede llegar seguro?
Como ya saben, estas lluvias nos han dado unos buenos sustos últimamente. No es solo que llueve a cántaros, sino que también hemos tenido deslizamientos y ríos que se salen de su cauce. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha mantenido la alerta activada, y con razón, porque algunas comunidades quedaron prácticamente aisladas, y eso afecta directamente la posibilidad de llevar a los estudiantes a la escuela. Se trata de la alerta #33, para que sepan.
El comunicado oficial del MEP detallaba qué circuitos y escuelas estaban afectadas, y bueno, la lista es considerable. En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia es de las que llevan más tiempo cerradas. Por el lado de Puntarenas, tenemos la Escuela Riojalandia, IPEC Escuela Augusto Colombari – que anda chambeando en las instalaciones de la Riojalandia, ¡vaya movida!, aunque dicen que al menos los grupos esenciales van pudiendo seguir con las clases – y varias otras escuelas en el circuito 5, como El Chagüite, Flora Guevara Barahona, Barrio San Luis, Fray Casiano de Madrid, Veinte de Noviembre y el Jardín de Niños de Fray Casiano. ¡Un montón!
Imaginen la preocupación de los padres, ¿eh? Muchos tienen que ir a trabajar y quedarse con los niños en casa es un problemón. Además, claro, está la angustia por la seguridad de los propios hijos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables a deslizamientos. Y a los profes, bueno, ellos también andan preocupados, quieren darles clases a sus alumnos, pero obviamente la seguridad es lo primero. Uno piensa en esos ninos que pierden días de aprendizaje, y ahí te da un bajón, ¿verdad?
Lo positivo es que el MEP dice estar coordinando con la CNE, el Instituto Meteorológico Nacional y los comités municipales de emergencia. Dicen que están revisando constantemente las condiciones climáticas y los accesos, así que esperan poder reabrir las escuelas tan pronto como sea posible. Hay que darle crédito, al menos están tratando de mantenernos informados, aunque a veces las cosas tardan en resolverse... ¡Qué despache!
Pero la situación pinta complicada, maes. Si bien el clima ha amainado un poco estos últimos días, los pronósticos no son muy alentadores. Parece que vamos a tener que agachar la cabeza y esperar que pasen las lluvias. Además, hay que pensar en la reparación de los daños que ya se hicieron, porque algunas escuelas sufrieron afectaciones considerables, entre ellas, el IPEC sede central, que tuvo que mudar temporalmente a las instalaciones de la Escuela Riojalandia, ¡una verdadera aventura!
Ahora, analizando un poquito la cosa, uno se pregunta si estamos haciendo suficiente para prevenir este tipo de situaciones. Hemos visto deslaves y inundaciones año tras año, y aunque se hacen esfuerzos, a veces parece que no son suficientes. Tal vez deberíamos invertir más en sistemas de drenaje y control de suelos, o simplemente replantearnos cómo construimos en zonas de riesgo. Es un tema complejo, pero que amerita toda nuestra atención, porque la seguridad de nuestras comunidades está en juego.
Bueno, maes, aquí seguimos esperando que el sol vuelva a brillar y que nuestros niños puedan regresar a las aulas. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que el gobierno debería implementar medidas más drásticas para proteger a las comunidades vulnerables ante las crecientes amenazas climáticas, o es suficiente con lo que se está haciendo actualmente?
Como ya saben, estas lluvias nos han dado unos buenos sustos últimamente. No es solo que llueve a cántaros, sino que también hemos tenido deslizamientos y ríos que se salen de su cauce. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha mantenido la alerta activada, y con razón, porque algunas comunidades quedaron prácticamente aisladas, y eso afecta directamente la posibilidad de llevar a los estudiantes a la escuela. Se trata de la alerta #33, para que sepan.
El comunicado oficial del MEP detallaba qué circuitos y escuelas estaban afectadas, y bueno, la lista es considerable. En la Dirección Regional de Occidente, la Escuela La Constancia es de las que llevan más tiempo cerradas. Por el lado de Puntarenas, tenemos la Escuela Riojalandia, IPEC Escuela Augusto Colombari – que anda chambeando en las instalaciones de la Riojalandia, ¡vaya movida!, aunque dicen que al menos los grupos esenciales van pudiendo seguir con las clases – y varias otras escuelas en el circuito 5, como El Chagüite, Flora Guevara Barahona, Barrio San Luis, Fray Casiano de Madrid, Veinte de Noviembre y el Jardín de Niños de Fray Casiano. ¡Un montón!
Imaginen la preocupación de los padres, ¿eh? Muchos tienen que ir a trabajar y quedarse con los niños en casa es un problemón. Además, claro, está la angustia por la seguridad de los propios hijos, especialmente aquellos que viven en zonas vulnerables a deslizamientos. Y a los profes, bueno, ellos también andan preocupados, quieren darles clases a sus alumnos, pero obviamente la seguridad es lo primero. Uno piensa en esos ninos que pierden días de aprendizaje, y ahí te da un bajón, ¿verdad?
Lo positivo es que el MEP dice estar coordinando con la CNE, el Instituto Meteorológico Nacional y los comités municipales de emergencia. Dicen que están revisando constantemente las condiciones climáticas y los accesos, así que esperan poder reabrir las escuelas tan pronto como sea posible. Hay que darle crédito, al menos están tratando de mantenernos informados, aunque a veces las cosas tardan en resolverse... ¡Qué despache!
Pero la situación pinta complicada, maes. Si bien el clima ha amainado un poco estos últimos días, los pronósticos no son muy alentadores. Parece que vamos a tener que agachar la cabeza y esperar que pasen las lluvias. Además, hay que pensar en la reparación de los daños que ya se hicieron, porque algunas escuelas sufrieron afectaciones considerables, entre ellas, el IPEC sede central, que tuvo que mudar temporalmente a las instalaciones de la Escuela Riojalandia, ¡una verdadera aventura!
Ahora, analizando un poquito la cosa, uno se pregunta si estamos haciendo suficiente para prevenir este tipo de situaciones. Hemos visto deslaves y inundaciones año tras año, y aunque se hacen esfuerzos, a veces parece que no son suficientes. Tal vez deberíamos invertir más en sistemas de drenaje y control de suelos, o simplemente replantearnos cómo construimos en zonas de riesgo. Es un tema complejo, pero que amerita toda nuestra atención, porque la seguridad de nuestras comunidades está en juego.
Bueno, maes, aquí seguimos esperando que el sol vuelva a brillar y que nuestros niños puedan regresar a las aulas. Pero me pregunto, ¿creen ustedes que el gobierno debería implementar medidas más drásticas para proteger a las comunidades vulnerables ante las crecientes amenazas climáticas, o es suficiente con lo que se está haciendo actualmente?
