PERVERTIDOLUJURIOSO
ANÓNIMO
El año pasado, para nuestro aniversario de bodas, mi esposa y yo, nos fuimos a una cabaña por el Cerro de la Muerte. Decidimos irnos a recorrer uno de los senderos en medio del bosque nuboso.
Cuando llevábamos como 2 kilómetros de caminata, en medio de la frondosidad del bosque, cual fue mi sorpresa que en una esquina del camino, mi esposa se arrimó a un árbol, se bajó su licra y el cachetero, y con las nalgotas al aire me dijo: "venga cójame, o le da miedo", con toda la adrenalina que alguien nos pudiera ver, me le puse por detrás y la cogí de lo más rico. Luego seguimos caminando, y como otro kilómetro después, repetimos.
Luego llegamos a la cabaña y terminamos la tercera faena de la mañana, pero coger al aire libre, con la posibilidad de ser vistos, es una sensación más que excitante.
Cuando llevábamos como 2 kilómetros de caminata, en medio de la frondosidad del bosque, cual fue mi sorpresa que en una esquina del camino, mi esposa se arrimó a un árbol, se bajó su licra y el cachetero, y con las nalgotas al aire me dijo: "venga cójame, o le da miedo", con toda la adrenalina que alguien nos pudiera ver, me le puse por detrás y la cogí de lo más rico. Luego seguimos caminando, y como otro kilómetro después, repetimos.
Luego llegamos a la cabaña y terminamos la tercera faena de la mañana, pero coger al aire libre, con la posibilidad de ser vistos, es una sensación más que excitante.