¡Ay, Dios mío! Se armó un buen brete en la Comisión de la Mujer, porque parece que le dieron un frenazo a un proyecto que iba a tratar de ponerle cuidado a cómo nos representan en la tele y en los anuncios. Un proyecto que buscaba proteger a esas modelos y artistas que a veces salen bastante… explotadas, digamos, en la publicidad.
La idea era simple: si alguna mujer se sentía incómoda con cómo la estaban mostrando, podría pedir que retiren el anuncio, que hagan una disculpa pública o hasta que pongan carteles gigantes diciendo que la violencia contra la mujer en los medios está feísima. Además, querían que el Gobierno Regulador (Ministerio de Gobernación, pa’ que sepan) pusiera orden en eso, evitando que nos vendan como churros o muñecas de utilería. Un intento de darles unas mordidas a esos estereotipos de género, vamos.
El proyecto, que había dado vueltas antes, tenía pensado crear un Consejo Asesor con gente de todas partes: del INAMU, del Patronato de la Infancia, de la UCR, organizaciones de mujeres, empresarios de publicidad y hasta los modelistas. Un ‘think tank’ pa’ ver qué tan ofensivos eran los anuncios y cómo castigarlos. Hablaban de retiros de publicidad, multas fuertes, capacitaciones... la onda de hacer que la gente se mosquee y piense dos veces antes de meter mano a esos temas sensibles.
Pero resulta que algunas diputadas dijeron que el proyecto se fue al traste, que no veía la luz ni con lupa. Argumentaron que no iban a solucionar nada y que simplemente sería otro papelito más acumulándose en el escritorio. Imagínate, ¡otra vara colgada! Y esto, en un país donde la publicidad muchas veces parece sacada de otra época, con mujeres posando en situaciones que dan risa y escalofríos a partes iguales.
Según contaron algunos presentes, la discusión se puso bien caliente, más que un picante de gallina abuela. Se habló de libertad de expresión, de responsabilidades de los anunciantes, de derechos de las mujeres… todo mezclado como un licuado de ideas. Al final, la mayoría decidió mandar el proyecto al archivo, perdiendo así la oportunidad de darle un empujón a la lucha contra la cosificación femenina en los medios.
Ahora, hay que recordar que esto no es novedad. Hemos visto muchísimas iniciativas similares que terminan en nada, ahogadas en trámites burocráticos o por falta de voluntad política. Y mientras tanto, seguimos viendo anuncios que perpetúan viejos clichés, que nos quieren vender cuerpos en lugar de cerebros, y que normalizan actitudes machistas que ya no tienen cabida en nuestra sociedad. Es que a veces uno se queda pensando, ¿nosotros cuándo nos vamos a poner las pilas de verdad?
Y ahora, para abrir el debate aquí en el Foro de Costa Rica, les pregunto: ¿crees que la Comisión de la Mujer hizo bien en frenar este proyecto, o se perdieron una oportunidad valiosa para avanzar en la igualdad de género y proteger a las mujeres de la explotación mediática? ¿Qué otras medidas podrían tomarse para combatir los estereotipos sexistas en la publicidad sin caer en la censura?
Es que diay, a estas alturas, uno se pregunta si estamos caminando a espaldas de nuestro futuro. Deberíamos estar buscando soluciones creativas, innovadoras, que vayan más allá de los decretos y los comunicados de prensa. Pero bueno, ahí va… seguimos esperando que alguien le ponga el corazón a este tema, que le meta con ganas y deje de jalarse las uvas. ¡Qué torta!
La idea era simple: si alguna mujer se sentía incómoda con cómo la estaban mostrando, podría pedir que retiren el anuncio, que hagan una disculpa pública o hasta que pongan carteles gigantes diciendo que la violencia contra la mujer en los medios está feísima. Además, querían que el Gobierno Regulador (Ministerio de Gobernación, pa’ que sepan) pusiera orden en eso, evitando que nos vendan como churros o muñecas de utilería. Un intento de darles unas mordidas a esos estereotipos de género, vamos.
El proyecto, que había dado vueltas antes, tenía pensado crear un Consejo Asesor con gente de todas partes: del INAMU, del Patronato de la Infancia, de la UCR, organizaciones de mujeres, empresarios de publicidad y hasta los modelistas. Un ‘think tank’ pa’ ver qué tan ofensivos eran los anuncios y cómo castigarlos. Hablaban de retiros de publicidad, multas fuertes, capacitaciones... la onda de hacer que la gente se mosquee y piense dos veces antes de meter mano a esos temas sensibles.
Pero resulta que algunas diputadas dijeron que el proyecto se fue al traste, que no veía la luz ni con lupa. Argumentaron que no iban a solucionar nada y que simplemente sería otro papelito más acumulándose en el escritorio. Imagínate, ¡otra vara colgada! Y esto, en un país donde la publicidad muchas veces parece sacada de otra época, con mujeres posando en situaciones que dan risa y escalofríos a partes iguales.
Según contaron algunos presentes, la discusión se puso bien caliente, más que un picante de gallina abuela. Se habló de libertad de expresión, de responsabilidades de los anunciantes, de derechos de las mujeres… todo mezclado como un licuado de ideas. Al final, la mayoría decidió mandar el proyecto al archivo, perdiendo así la oportunidad de darle un empujón a la lucha contra la cosificación femenina en los medios.
Ahora, hay que recordar que esto no es novedad. Hemos visto muchísimas iniciativas similares que terminan en nada, ahogadas en trámites burocráticos o por falta de voluntad política. Y mientras tanto, seguimos viendo anuncios que perpetúan viejos clichés, que nos quieren vender cuerpos en lugar de cerebros, y que normalizan actitudes machistas que ya no tienen cabida en nuestra sociedad. Es que a veces uno se queda pensando, ¿nosotros cuándo nos vamos a poner las pilas de verdad?
Y ahora, para abrir el debate aquí en el Foro de Costa Rica, les pregunto: ¿crees que la Comisión de la Mujer hizo bien en frenar este proyecto, o se perdieron una oportunidad valiosa para avanzar en la igualdad de género y proteger a las mujeres de la explotación mediática? ¿Qué otras medidas podrían tomarse para combatir los estereotipos sexistas en la publicidad sin caer en la censura?
Es que diay, a estas alturas, uno se pregunta si estamos caminando a espaldas de nuestro futuro. Deberíamos estar buscando soluciones creativas, innovadoras, que vayan más allá de los decretos y los comunicados de prensa. Pero bueno, ahí va… seguimos esperando que alguien le ponga el corazón a este tema, que le meta con ganas y deje de jalarse las uvas. ¡Qué torta!
