¡Ay, mi gente! Pues fíjate que parece que vamos a tener movidito el tema de la diversidad en Costa Rica. Después de un bachecito con el gobierno anterior, Claudia Dobles, la candidata, anda con un plan que, si sale adelante, promete sacudir el avispero político. Vamos a hablar de esto porque, díganlo claro, esto no es cositas; es tocarle la bola a unas sensibilidades bien arraigadas.
La Coalición Agenda Ciudadana, comandada por Claudia, quiere meterle turbo a la inclusión y van directo al grano. No solo quieren rescatar proyectos que quedaron varados, sino que además proponen cambios gordos en cómo el Estado le da atención a las personas LGBTIQ+. Imagínate, desde la Caja hasta la escuela pública, todo va a estar bajo lupa, buscando más equidad. La verdad, ¡qué ganas de ver cómo se desarrolla esto!
Pero lo que realmente está poniendo a temblar algunas plumas es la idea de prohibir por ley esas famosas –y controversiales– “terapias de conversión”. Ya sabes, esos charlatanes que prometen “curar” la orientación sexual. Según la coalición, eso es pura tortura disfrazada de ayuda, y no tienen ni una pizca de base científica. ¡Y razón tienen, mae! ¿Quién necesita que le cambien lo que es?
Más allá de prohibir esas terapias dañinas, Dobles también quiere abrirle espacio a las personas no binarias en la CCSS. Se trata de eliminar esos requisitos absurdos que les obligan a obtener un diagnóstico psiquiátrico para poder acceder a tratamientos hormonales. ¡Qué sal dado que tengan que pasar por eso! La idea es que la identidad de cada quien sea respetada, punto.
Y la lista sigue: la coalición piensa descentralizar la salud, llevando la PrEP y los medicamentos antirretrovirales a las zonas más alejadas del país, donde el estigma es peor. También quieren crear protocolos especiales para los adultos mayores LGBTIQ+, que a menudo quedan invisibles en los centros de cuidado. ¡Verdad que se necesita! Porque la edad no borra la necesidad de respeto y dignidad.
Pero ojo, que el movimiento más grande podría ser el regreso del Comisionado Presidencial para asuntos LGBTIQ+. Esa figura, que ya existió antes pero que el gobierno actual eliminó, sería el puente directo entre Casa Presidencial y las instituciones para asegurarse de que se cumplen las leyes y políticas de no discriminación. ¡Imagínate el revuelo que puede causar eso! Fabricio Alvarado, el otro candidato, ya le está echando bolas, acusándola de querer imponer una “ley mordaza” que ataca la libertad religiosa.
Alvarado argumenta que en Costa Rica no hay prácticas extremas de conversión, como electroshocks, así que la ley es innecesaria e intenta limitar la labor de pastores y psicólogos que buscan acompañar a personas que desean cambiar su orientación sexual. ¡Qué torta! Como si la sola idea de intentar cambiar a alguien fuera algo bueno. Pero bueno, ahí tenemos dos visiones bien distintas, y ahora le toca al pueblo decidir. De cualquier forma, esto pinta para debates bien interesantes durante la campaña.
Claramente, Dobles está tratando de captar el voto progresista y joven, que se siente decepcionado con el giro conservador de los últimos años. El reto es convencer al resto del país de que estas propuestas no son simples ocurrencias, sino soluciones reales a problemas de exclusión que llevamos arrastrando por décadas. Total, Costa Rica ya ha demostrado que sabe defender los derechos humanos, como lo avala el pronunciamiento del Colegio de Profesionales en Psicología en 2012 y las directrices de Salud de 2015, que ya prohíban considerar la diversidad como una enfermedad. Ahora toca convertir esto en ley, para que no dependa del humor de cada gobierno. Entonces, dime tú, ¿crees que el regreso del Comisionado Presidencial y la prohibición de las terapias de conversión realmente traerán cambios significativos a la vida de las personas LGBTIQ+ en Costa Rica, o es simplemente una estrategia política para ganar votos?
La Coalición Agenda Ciudadana, comandada por Claudia, quiere meterle turbo a la inclusión y van directo al grano. No solo quieren rescatar proyectos que quedaron varados, sino que además proponen cambios gordos en cómo el Estado le da atención a las personas LGBTIQ+. Imagínate, desde la Caja hasta la escuela pública, todo va a estar bajo lupa, buscando más equidad. La verdad, ¡qué ganas de ver cómo se desarrolla esto!
Pero lo que realmente está poniendo a temblar algunas plumas es la idea de prohibir por ley esas famosas –y controversiales– “terapias de conversión”. Ya sabes, esos charlatanes que prometen “curar” la orientación sexual. Según la coalición, eso es pura tortura disfrazada de ayuda, y no tienen ni una pizca de base científica. ¡Y razón tienen, mae! ¿Quién necesita que le cambien lo que es?
Más allá de prohibir esas terapias dañinas, Dobles también quiere abrirle espacio a las personas no binarias en la CCSS. Se trata de eliminar esos requisitos absurdos que les obligan a obtener un diagnóstico psiquiátrico para poder acceder a tratamientos hormonales. ¡Qué sal dado que tengan que pasar por eso! La idea es que la identidad de cada quien sea respetada, punto.
Y la lista sigue: la coalición piensa descentralizar la salud, llevando la PrEP y los medicamentos antirretrovirales a las zonas más alejadas del país, donde el estigma es peor. También quieren crear protocolos especiales para los adultos mayores LGBTIQ+, que a menudo quedan invisibles en los centros de cuidado. ¡Verdad que se necesita! Porque la edad no borra la necesidad de respeto y dignidad.
Pero ojo, que el movimiento más grande podría ser el regreso del Comisionado Presidencial para asuntos LGBTIQ+. Esa figura, que ya existió antes pero que el gobierno actual eliminó, sería el puente directo entre Casa Presidencial y las instituciones para asegurarse de que se cumplen las leyes y políticas de no discriminación. ¡Imagínate el revuelo que puede causar eso! Fabricio Alvarado, el otro candidato, ya le está echando bolas, acusándola de querer imponer una “ley mordaza” que ataca la libertad religiosa.
Alvarado argumenta que en Costa Rica no hay prácticas extremas de conversión, como electroshocks, así que la ley es innecesaria e intenta limitar la labor de pastores y psicólogos que buscan acompañar a personas que desean cambiar su orientación sexual. ¡Qué torta! Como si la sola idea de intentar cambiar a alguien fuera algo bueno. Pero bueno, ahí tenemos dos visiones bien distintas, y ahora le toca al pueblo decidir. De cualquier forma, esto pinta para debates bien interesantes durante la campaña.
Claramente, Dobles está tratando de captar el voto progresista y joven, que se siente decepcionado con el giro conservador de los últimos años. El reto es convencer al resto del país de que estas propuestas no son simples ocurrencias, sino soluciones reales a problemas de exclusión que llevamos arrastrando por décadas. Total, Costa Rica ya ha demostrado que sabe defender los derechos humanos, como lo avala el pronunciamiento del Colegio de Profesionales en Psicología en 2012 y las directrices de Salud de 2015, que ya prohíban considerar la diversidad como una enfermedad. Ahora toca convertir esto en ley, para que no dependa del humor de cada gobierno. Entonces, dime tú, ¿crees que el regreso del Comisionado Presidencial y la prohibición de las terapias de conversión realmente traerán cambios significativos a la vida de las personas LGBTIQ+ en Costa Rica, o es simplemente una estrategia política para ganar votos?
