¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con este rollo del IVA que anda cabeteando a medio país. Resulta que los contadores, esos que nos ayudan a sobrevivir al monstruo de Hacienda, le pidieron a dedo limpio que les den una extensión para pagar y declarar el dichoso impuesto. Pero, ¿qué creen? Parece que la administración no anda muy dispuesta a ceder terreno, dejando a muchos profesionales en un brete considerable.
La movida comenzó porque los contadores, representados por el Colegio de Contadores Privados, encontraron unas macanas en el sistema. Imagínense, no pueden ni siquiera generar los créditos fiscales cuando no venden nada durante un período. ¡Una torta! Y eso sin hablar de que no logran ver bien las retenciones aplicadas al IVA, ni aplicar los saldos a favor como deberían. Rocío Quirós, la presidenta del colegio, no se anduvo con rodeos: dijo que la cosa está picada, especialmente porque esos créditos tienen fecha de caducidad y si no se resuelven rápido, ¡se van al traste!
Lo que más preocupa, según los contadores, es precisamente la gestión de esos créditos fiscales. Que te quedes con dinero que te corresponde pero no puedes usarlo... ¡uf! Esa vara es difícil de digerir. Además, parece que hubo algunos cambios raros en regímenes especiales que los pasaron directo al régimen tradicional del impuesto sobre las utilidades. Un lío tremendo, diay. Muchos se sienten perdidos tratando de entender qué pasó y cómo salir adelante con todo este embrollo.
Pero no todo es drama. Según Mario Ramos, el director de Tributación, la cosa no pinta tan negra. Él dice que hasta ahora, el papeleo va viento en popa. Han recibido 236 mil declaraciones, lo que equivale a unos ¢168 mil millones que ya entraron a la Tesorería Nacional. ¡Un buen cachito! Ramos también resaltó que casi el 70% de los contribuyentes ya cumplió con sus deberes tributarios. Así que, aparentemente, la mayoría está manejándose bien con lo que hay.
A pesar de toda esta información, Ramos cerró la puerta a cualquier prórroga. Fue claro y conciso: “La Dirección General de Tributación no concederá ninguna prórroga” después del 24 de octubre. Esa es la fecha límite, punto final. Así que, contadores y contribuyentes en general, ¡prepárense para cumplir con sus obligaciones antes de que toque correr!”. De hecho, muchos pequeños negocios están preocupados, pues no saben cómo cubrir todos los costos con esta presión impositiva.
Este tema ha generado mucha conversación en redes sociales, donde los contadores expresan su frustración y preocupación. Algunos incluso hablan de buscar asesoramiento legal para proteger sus intereses, mientras que otros simplemente lamentan la falta de comunicación y respuesta por parte del Ministerio de Hacienda. Se siente la tensión, pues la incertidumbre siempre pone a cualquiera nervioso, especialmente cuando se trata de temas económicos.
En fin, parece que la pelota está en el tejado de Hacienda. ¿Serán capaces de solucionar estas inconsistencias antes de que llegue el momento crítico? La verdad es que nadie sabe a ciencia cierta. Lo cierto es que la situación está generando inquietud entre los contadores y muchos contribuyentes, quienes esperan una solución pronta y efectiva para evitar mayores complicaciones. Y aunque Ramos dice que todo va bien, la realidad en el día a día es otra... ahí está el problema, chunches.
¿Ustedes, colegas del Foro, qué opinan? ¿Creen que Hacienda debería reconsiderar su postura y ofrecer una prórroga, o consideran que la fecha límite actual es justa y razonable considerando el flujo de declaraciones?
La movida comenzó porque los contadores, representados por el Colegio de Contadores Privados, encontraron unas macanas en el sistema. Imagínense, no pueden ni siquiera generar los créditos fiscales cuando no venden nada durante un período. ¡Una torta! Y eso sin hablar de que no logran ver bien las retenciones aplicadas al IVA, ni aplicar los saldos a favor como deberían. Rocío Quirós, la presidenta del colegio, no se anduvo con rodeos: dijo que la cosa está picada, especialmente porque esos créditos tienen fecha de caducidad y si no se resuelven rápido, ¡se van al traste!
Lo que más preocupa, según los contadores, es precisamente la gestión de esos créditos fiscales. Que te quedes con dinero que te corresponde pero no puedes usarlo... ¡uf! Esa vara es difícil de digerir. Además, parece que hubo algunos cambios raros en regímenes especiales que los pasaron directo al régimen tradicional del impuesto sobre las utilidades. Un lío tremendo, diay. Muchos se sienten perdidos tratando de entender qué pasó y cómo salir adelante con todo este embrollo.
Pero no todo es drama. Según Mario Ramos, el director de Tributación, la cosa no pinta tan negra. Él dice que hasta ahora, el papeleo va viento en popa. Han recibido 236 mil declaraciones, lo que equivale a unos ¢168 mil millones que ya entraron a la Tesorería Nacional. ¡Un buen cachito! Ramos también resaltó que casi el 70% de los contribuyentes ya cumplió con sus deberes tributarios. Así que, aparentemente, la mayoría está manejándose bien con lo que hay.
A pesar de toda esta información, Ramos cerró la puerta a cualquier prórroga. Fue claro y conciso: “La Dirección General de Tributación no concederá ninguna prórroga” después del 24 de octubre. Esa es la fecha límite, punto final. Así que, contadores y contribuyentes en general, ¡prepárense para cumplir con sus obligaciones antes de que toque correr!”. De hecho, muchos pequeños negocios están preocupados, pues no saben cómo cubrir todos los costos con esta presión impositiva.
Este tema ha generado mucha conversación en redes sociales, donde los contadores expresan su frustración y preocupación. Algunos incluso hablan de buscar asesoramiento legal para proteger sus intereses, mientras que otros simplemente lamentan la falta de comunicación y respuesta por parte del Ministerio de Hacienda. Se siente la tensión, pues la incertidumbre siempre pone a cualquiera nervioso, especialmente cuando se trata de temas económicos.
En fin, parece que la pelota está en el tejado de Hacienda. ¿Serán capaces de solucionar estas inconsistencias antes de que llegue el momento crítico? La verdad es que nadie sabe a ciencia cierta. Lo cierto es que la situación está generando inquietud entre los contadores y muchos contribuyentes, quienes esperan una solución pronta y efectiva para evitar mayores complicaciones. Y aunque Ramos dice que todo va bien, la realidad en el día a día es otra... ahí está el problema, chunches.
¿Ustedes, colegas del Foro, qué opinan? ¿Creen que Hacienda debería reconsiderar su postura y ofrecer una prórroga, o consideran que la fecha límite actual es justa y razonable considerando el flujo de declaraciones?
