¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? Que pasa en España, con esos apagones gigantescos que duraron más de 10 horas, le da un sustito a cualquiera. Y más siendo nosotros, acá en Centroamérica, donde todos estamos conectados eléctricamente. Me imagino la bronca si nos tocara vivir eso por acá, ¡qué torta!
Parece sacado de película, pero la verdad es que los riesgos existen. Como bien sabemos, nuestro sistema eléctrico centroamericano está bastante entrelazado, y un problema en un país puede afectar a los demás rapidísimo. Ya hemos tenido algunos incidentes, pero nada comparable a lo de España. Desde 2017, han sido varios los momentos tensos, principalmente por la falta de buena infraestructura de transmisión y la gran cantidad de energía renovable que entra al sistema, que es intermitente, ¿me entienden?
Pero bueno, ¡no todo está perdido! Acá en Costa Rica, unos cerebritos del TEC (Instituto Tecnológico de Costa Rica) andan trabajando en una solución interesante. Se trata de una tecnología que llaman “almacenamiento electroquímico”, básicamente unas baterías gigantescas que se activan cuando el sistema eléctrico empieza a temblar. Según don Gustavo Adolfo Gómez, de la Escuela de Ingeniería Electromecánica, esto funciona como un “UPS enorme” para toda la red eléctrica.
Imagínate, si la corriente empieza a fallar, estas baterías entran en acción y mantienen todo funcionando normal. Es como tener un “plan B” listo para salir a rescatarnos de un apagón masivo. Gómez explica que esta tecnología no solo previene apagones, sino que también hace que el sistema sea más confiable y flexible, logrando que la energía esté siempre disponible para todos. Eso sí que suena a chiva, ¿no creen?
Este proyecto, que forma parte de un doctorado en Ingeniería, ha analizado escenarios muy específicos dentro del sistema eléctrico regional. De hecho, lograron simular un apagón parcial y, usando esta tecnología de almacenamiento electroquímico, ¡lograron evitarlo! Hicieron pruebas virtuales con todas las variables posibles, incluyendo las energías renovables como la solar y la eólica, que a veces pueden ser problemáticas porque no siempre producen energía de forma constante.
Ahora, claro, la vaineta no es tan sencilla. Para que esto funcione a full, necesitamos invertirle duro a la infraestructura. Gómez enfatiza que ningún país debería descuidar la inversión en transmisión si quiere seguir integrando más fuentes de energía, especialmente las renovables. Es que el almacenamiento es una solución que puede ayudarnos a corto y mediano plazo, pero la base sigue siendo una buena red de transmisión. Sin eso, vamos a estar pegados al palo.
Ya compartieron este plan regional con el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) y otras cooperativas eléctricas, ¡eso es positivo! Pero todavía queda mucho camino por recorrer. Hay que recordar que un apagón como el de España no es un juego, y las consecuencias económicas y sociales pueden ser devastadoras. Además, que la situación climática actual no ayuda; las sequías afectan la producción hidroeléctrica, y eso pone presión extra sobre el sistema. ¡Un brete!
Así que, ¿será suficiente con estas baterías y mejorar la infraestructura para asegurar que nunca más vivamos un ‘apagón’ tipo España en Costa Rica? ¿Creen que el ICE está tomando las medidas correctas a tiempo, o deberíamos estar más preocupados? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan ustedes sobre este tema!
Parece sacado de película, pero la verdad es que los riesgos existen. Como bien sabemos, nuestro sistema eléctrico centroamericano está bastante entrelazado, y un problema en un país puede afectar a los demás rapidísimo. Ya hemos tenido algunos incidentes, pero nada comparable a lo de España. Desde 2017, han sido varios los momentos tensos, principalmente por la falta de buena infraestructura de transmisión y la gran cantidad de energía renovable que entra al sistema, que es intermitente, ¿me entienden?
Pero bueno, ¡no todo está perdido! Acá en Costa Rica, unos cerebritos del TEC (Instituto Tecnológico de Costa Rica) andan trabajando en una solución interesante. Se trata de una tecnología que llaman “almacenamiento electroquímico”, básicamente unas baterías gigantescas que se activan cuando el sistema eléctrico empieza a temblar. Según don Gustavo Adolfo Gómez, de la Escuela de Ingeniería Electromecánica, esto funciona como un “UPS enorme” para toda la red eléctrica.
Imagínate, si la corriente empieza a fallar, estas baterías entran en acción y mantienen todo funcionando normal. Es como tener un “plan B” listo para salir a rescatarnos de un apagón masivo. Gómez explica que esta tecnología no solo previene apagones, sino que también hace que el sistema sea más confiable y flexible, logrando que la energía esté siempre disponible para todos. Eso sí que suena a chiva, ¿no creen?
Este proyecto, que forma parte de un doctorado en Ingeniería, ha analizado escenarios muy específicos dentro del sistema eléctrico regional. De hecho, lograron simular un apagón parcial y, usando esta tecnología de almacenamiento electroquímico, ¡lograron evitarlo! Hicieron pruebas virtuales con todas las variables posibles, incluyendo las energías renovables como la solar y la eólica, que a veces pueden ser problemáticas porque no siempre producen energía de forma constante.
Ahora, claro, la vaineta no es tan sencilla. Para que esto funcione a full, necesitamos invertirle duro a la infraestructura. Gómez enfatiza que ningún país debería descuidar la inversión en transmisión si quiere seguir integrando más fuentes de energía, especialmente las renovables. Es que el almacenamiento es una solución que puede ayudarnos a corto y mediano plazo, pero la base sigue siendo una buena red de transmisión. Sin eso, vamos a estar pegados al palo.
Ya compartieron este plan regional con el ICE (Instituto Costarricense de Electricidad) y otras cooperativas eléctricas, ¡eso es positivo! Pero todavía queda mucho camino por recorrer. Hay que recordar que un apagón como el de España no es un juego, y las consecuencias económicas y sociales pueden ser devastadoras. Además, que la situación climática actual no ayuda; las sequías afectan la producción hidroeléctrica, y eso pone presión extra sobre el sistema. ¡Un brete!
Así que, ¿será suficiente con estas baterías y mejorar la infraestructura para asegurar que nunca más vivamos un ‘apagón’ tipo España en Costa Rica? ¿Creen que el ICE está tomando las medidas correctas a tiempo, o deberíamos estar más preocupados? Déjenme sus opiniones en el foro, ¡me interesa saber qué piensan ustedes sobre este tema!
