¡Ay, Dios mío! Ya casi llegamos al 2026, y parece que la cosa sigue más caliente que gallo en pedrero. Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, los aspirantes ya andan soltando qué van a hacer en sus primeros días de gobierno. Y la mayoría, sin pena ni gloria, apuestan por meterle duro a la seguridad. Parece que entendieron la bronca que tenemos los ticos, porque ¿quién quiere vivir así, con miedo de salir a la calle?
La inseguridad se ha convertido en la vara más pesada para cualquiera que quiera llegar a Casa Amarilla. Las encuestas lo dejan clarito: la gente quiere sentirse segura, y está harta de promesas vacías. Así que, cada candidato anda buscando la forma de demostrar que tiene la solución, aunque a veces parezca que se les está jalando una torta tratando de resolverlo.
Jose Aguilar, del partido Avanza, ya dejó caer que su primer decreto sería la reinstalación del Consejo Presidencial de Seguridad Ampliada. “Vamos a tener el concurso de todas las entidades del Poder Ejecutivo, vamos a llamar al Poder Judicial y a la Asamblea Legislativa,” dice. Suena bien en teoría, pero ya sabemos cómo funcionan estas cosas... a ver si esta vez sí le dan ritmo y no se queda en pura conversación. Ese consejo, recuerden, sirve para unir esfuerzos entre los tres poderes en temas de seguridad, generando políticas y analizando datos. Una buena idea, si funciona, claro está.
Y no es el único. Fabricio Alvarado, de Nueva República, planea firmar un decreto de emergencia por temas de seguridad para destrabar algunos temas y darle más recursos a las autoridades. Además, quiere declarar de interés público el proyecto del Canal Verde Interoceánico, porque aparentemente, también le preocupa eso. ¡Un changüi de decretos! Pero bueno, al menos está mostrando qué piensa hacer. También mencionó que quiere limpiar la educación de ideologías de género… ahí ya entra en terrenos más polémicos, diay.
Ariel Robles, del Frente Amplio, también va con el Consejo de Seguridad, pero quiere meter a jerarcas del Ministerio Público, Poder Judicial y Poder Ejecutivo en la misma mesa. La idea es combatir el narcotráfico y recuperar la paz en el país. Suena ambicioso, pero quizás esa integración entre los poderes pueda traer resultados. Veremos si logran llevarse bien, porque ya saben cómo se ponen las cosas cuando hay egos involucrados.
Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, propone decretar una mora a la creación de nuevas regulaciones que le cuesten al sector privado. Él cree que quitar trabas burocráticas puede ayudar a mejorar la economía, y eso, indirectamente, también podría contribuir a reducir la delincuencia. Porque ya decía mi abu, “un mae tranquilo come tranquilito.” Eso aplica pa' todo, ¿no?
Pero no todo es decreto. Claudia Dobles, de la Coalición Agenda Ciudadana, quiere regresar los megaoperativos que funcionaron en el gobierno de Carlos Alvarado. Piensa que esos operativos ayudan a enfrentar el aumento de la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico. Le interesa mucho el tema del decomiso de drogas, y además quiere reubicar la Academia de Guardacostas y mandarlos a patrullar Bahía Drake. Y Álvaro Ramos, del PLN, pide al Ministerio de Hacienda que le suelte la lana al OIJ y al Ministerio de Seguridad, porque dice que el gobierno actual ha permitido que la ola de violencia siga creciendo. ¡Que paren ya con tanto despilfarro y metan mano al grano!
En fin, parece que todos los candidatos están conscientes de la gravedad de la situación y buscan soluciones rápidas. ¿Será suficiente? ¿Podrán cumplir sus promesas? ¿O terminaremos con otra “varecita” que no resuelve el problema de fondo? ¿Ustedes creen que, sinceramente, alguno de estos candidatos realmente tiene un plan sólido y creíble para acabar con la inseguridad en Costa Rica, o será solo campaña y humo?
La inseguridad se ha convertido en la vara más pesada para cualquiera que quiera llegar a Casa Amarilla. Las encuestas lo dejan clarito: la gente quiere sentirse segura, y está harta de promesas vacías. Así que, cada candidato anda buscando la forma de demostrar que tiene la solución, aunque a veces parezca que se les está jalando una torta tratando de resolverlo.
Jose Aguilar, del partido Avanza, ya dejó caer que su primer decreto sería la reinstalación del Consejo Presidencial de Seguridad Ampliada. “Vamos a tener el concurso de todas las entidades del Poder Ejecutivo, vamos a llamar al Poder Judicial y a la Asamblea Legislativa,” dice. Suena bien en teoría, pero ya sabemos cómo funcionan estas cosas... a ver si esta vez sí le dan ritmo y no se queda en pura conversación. Ese consejo, recuerden, sirve para unir esfuerzos entre los tres poderes en temas de seguridad, generando políticas y analizando datos. Una buena idea, si funciona, claro está.
Y no es el único. Fabricio Alvarado, de Nueva República, planea firmar un decreto de emergencia por temas de seguridad para destrabar algunos temas y darle más recursos a las autoridades. Además, quiere declarar de interés público el proyecto del Canal Verde Interoceánico, porque aparentemente, también le preocupa eso. ¡Un changüi de decretos! Pero bueno, al menos está mostrando qué piensa hacer. También mencionó que quiere limpiar la educación de ideologías de género… ahí ya entra en terrenos más polémicos, diay.
Ariel Robles, del Frente Amplio, también va con el Consejo de Seguridad, pero quiere meter a jerarcas del Ministerio Público, Poder Judicial y Poder Ejecutivo en la misma mesa. La idea es combatir el narcotráfico y recuperar la paz en el país. Suena ambicioso, pero quizás esa integración entre los poderes pueda traer resultados. Veremos si logran llevarse bien, porque ya saben cómo se ponen las cosas cuando hay egos involucrados.
Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, propone decretar una mora a la creación de nuevas regulaciones que le cuesten al sector privado. Él cree que quitar trabas burocráticas puede ayudar a mejorar la economía, y eso, indirectamente, también podría contribuir a reducir la delincuencia. Porque ya decía mi abu, “un mae tranquilo come tranquilito.” Eso aplica pa' todo, ¿no?
Pero no todo es decreto. Claudia Dobles, de la Coalición Agenda Ciudadana, quiere regresar los megaoperativos que funcionaron en el gobierno de Carlos Alvarado. Piensa que esos operativos ayudan a enfrentar el aumento de la violencia, el crimen organizado y el narcotráfico. Le interesa mucho el tema del decomiso de drogas, y además quiere reubicar la Academia de Guardacostas y mandarlos a patrullar Bahía Drake. Y Álvaro Ramos, del PLN, pide al Ministerio de Hacienda que le suelte la lana al OIJ y al Ministerio de Seguridad, porque dice que el gobierno actual ha permitido que la ola de violencia siga creciendo. ¡Que paren ya con tanto despilfarro y metan mano al grano!
En fin, parece que todos los candidatos están conscientes de la gravedad de la situación y buscan soluciones rápidas. ¿Será suficiente? ¿Podrán cumplir sus promesas? ¿O terminaremos con otra “varecita” que no resuelve el problema de fondo? ¿Ustedes creen que, sinceramente, alguno de estos candidatos realmente tiene un plan sólido y creíble para acabar con la inseguridad en Costa Rica, o será solo campaña y humo?