¡Ay, Dios mío! Parece que nos vamos a llevar un buen susto, pura gente. La Cámara Costarricense de la Construcción (CCC) mandó un diagnóstico pa’ los aspirantes a Presidente, y la pinta no es bonita. Hablan de inversiones en obra pública que van pa’ abajo, proyectos que se quedan atascados desde la primera piedra y hasta el mantenimiento de las carreteras está quedando flojo. ¡Qué despache!
Alfredo Volio, el jefe de la CCC, no anduvo con rodeos en una entrevista. Según él, estamos viviendo una crisis profunda, y todo por culpa de dos cosas: primero, que dejamos de planear como país hace más de cuarenta años; y segundo, porque no hemos invertido ni un poquito en arreglar lo que ya tenemos y construir nuevas cosas. "Verdaderamente dejamos de planificar como país, hace más de 40 años, y la planificación en el gremio en el que nosotros nos desarrollamos es absolutamente indispensable," recalcó, dejando claro que esto no es broma.
Lo que más preocupa es que, con todos los problemas que tiene Costa Rica –el tráfico, las carreteras rotas, las escuelas en pésimas condiciones– deberíamos estar echándole cabeza y destinando al menos el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) a infraestructura. Pero, ¡iban a ver!, ahora mismo estamos rondando apenas el 1%. ¡Una vergüenza! Eso significa que no solo estamos rezagados, sino que estamos cavando el hoyo aún más profundo. Ya se sabe, si no le pones empeño, el brete se te va al traste.
Y hablando de bretes, la CCC no anda jugando. En un conversatorio con los candidatos a la Presidencia, revelaron datos duros. Entre 2021 y 2023, la inversión pública se desplomó de un 4,24% del PIB a menos del 1,3%. ¡Imagínate el daño! Además, los recursos para mantener las cosas funcionando bajaron un 45%, y los destinados a nuevas obras, un 31%. Pura sal.
Pero hay más: el Ministerio de Educación Pública (MEP) está ejecutando apenas el 27% de los proyectos que tiene, y el Incofer, ¡ni hablar!, esos sí se quedaron pegaditos en los papeles. Lo peor de todo es que la etapa de preingeniería, que es donde se hacen los estudios y los planos, tarda un promedio de 14,2 años. ¡Catorce años! ¡Eso es el doble del tiempo que tardan en otros países! Y todo por culpa de falta de estudios, permisos que no llegan, terrenos que no se consiguen y nadie coordina nada entre las instituciones.
Además, parece que en más de una década solo conseguimos hacer tres proyectos grandes con alianzas público-privadas. ¡Qué pena! Y ni hablemos de las escuelas: hay mil 26 centros educativos con problemas de salud, ¡y 78 cerrados! El presupuesto para arreglar las escuelas se redujo casi al 75% entre 2021 y 2026, y apenas ejecutan el 27,4%. ¡Un panorama desolador, chunches!
Ante este escenario crítico, la CCC propuso una serie de medidas urgentes. Quieren convertir la infraestructura en una política de Estado, que dure aunque cambie el gobierno cada cuatro años. Necesitan fortalecer el papel de Mideplan, reformar el Consejo Nacional de Concesiones (CNC), invertir en agua potable y saneamiento, aprobar una ley de aguas, y relanzar las Alianzas Público-Privadas (APP). ¡Todo pa’ ponerle fin a esta torta! Dicen que necesitan una estrategia que trascienda los gobiernos, algo serio y a largo plazo.
Ahora bien, con tanta polarización política que se avecina, ¿será posible lograr acuerdos y trabajar juntos para solucionar estos problemas? ¿Lograrán los candidatos escuchar a la CCC y poner el bienestar del país por encima de intereses partidistas? ¡Dígame usted, compa! ¿Cree que alguien va a tomar cartas en el asunto y rescatar a Costa Rica de esta crisis de infraestructura o seguimos dando tumbos?
Alfredo Volio, el jefe de la CCC, no anduvo con rodeos en una entrevista. Según él, estamos viviendo una crisis profunda, y todo por culpa de dos cosas: primero, que dejamos de planear como país hace más de cuarenta años; y segundo, porque no hemos invertido ni un poquito en arreglar lo que ya tenemos y construir nuevas cosas. "Verdaderamente dejamos de planificar como país, hace más de 40 años, y la planificación en el gremio en el que nosotros nos desarrollamos es absolutamente indispensable," recalcó, dejando claro que esto no es broma.
Lo que más preocupa es que, con todos los problemas que tiene Costa Rica –el tráfico, las carreteras rotas, las escuelas en pésimas condiciones– deberíamos estar echándole cabeza y destinando al menos el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) a infraestructura. Pero, ¡iban a ver!, ahora mismo estamos rondando apenas el 1%. ¡Una vergüenza! Eso significa que no solo estamos rezagados, sino que estamos cavando el hoyo aún más profundo. Ya se sabe, si no le pones empeño, el brete se te va al traste.
Y hablando de bretes, la CCC no anda jugando. En un conversatorio con los candidatos a la Presidencia, revelaron datos duros. Entre 2021 y 2023, la inversión pública se desplomó de un 4,24% del PIB a menos del 1,3%. ¡Imagínate el daño! Además, los recursos para mantener las cosas funcionando bajaron un 45%, y los destinados a nuevas obras, un 31%. Pura sal.
Pero hay más: el Ministerio de Educación Pública (MEP) está ejecutando apenas el 27% de los proyectos que tiene, y el Incofer, ¡ni hablar!, esos sí se quedaron pegaditos en los papeles. Lo peor de todo es que la etapa de preingeniería, que es donde se hacen los estudios y los planos, tarda un promedio de 14,2 años. ¡Catorce años! ¡Eso es el doble del tiempo que tardan en otros países! Y todo por culpa de falta de estudios, permisos que no llegan, terrenos que no se consiguen y nadie coordina nada entre las instituciones.
Además, parece que en más de una década solo conseguimos hacer tres proyectos grandes con alianzas público-privadas. ¡Qué pena! Y ni hablemos de las escuelas: hay mil 26 centros educativos con problemas de salud, ¡y 78 cerrados! El presupuesto para arreglar las escuelas se redujo casi al 75% entre 2021 y 2026, y apenas ejecutan el 27,4%. ¡Un panorama desolador, chunches!
Ante este escenario crítico, la CCC propuso una serie de medidas urgentes. Quieren convertir la infraestructura en una política de Estado, que dure aunque cambie el gobierno cada cuatro años. Necesitan fortalecer el papel de Mideplan, reformar el Consejo Nacional de Concesiones (CNC), invertir en agua potable y saneamiento, aprobar una ley de aguas, y relanzar las Alianzas Público-Privadas (APP). ¡Todo pa’ ponerle fin a esta torta! Dicen que necesitan una estrategia que trascienda los gobiernos, algo serio y a largo plazo.
Ahora bien, con tanta polarización política que se avecina, ¿será posible lograr acuerdos y trabajar juntos para solucionar estos problemas? ¿Lograrán los candidatos escuchar a la CCC y poner el bienestar del país por encima de intereses partidistas? ¡Dígame usted, compa! ¿Cree que alguien va a tomar cartas en el asunto y rescatar a Costa Rica de esta crisis de infraestructura o seguimos dando tumbos?
