¡Ay, Dios mío, qué susto nos dimos el martes pasado! Aquí seguimos temblando, imagínate. El sismo de 5.6 que nos pegó dejó secuelas, y ni hablar de las réplicas que andan dando vueltas como trompo mareado. Ovsicori anda reportando hasta 165 desde entonces, ¡una locura total! Uno pensaría que ya se calmarían, pero parece que la tierra quiere jugar con nosotros un rato más.
Todo empezó el lunes con otro temblorito de 5.0, también con buenecito epicentro en Uvita, de Puntarenas. Pero eso era solo el calentamiento, ¿eh? El tremolón del martes fue el que realmente nos hizo agarrarnos el corazón. Se sintió en todo el país, desde el Valle Central hasta la Zona Norte, donde la gente no estaba precisamente tranquila. Imagínate, la gente corriendo de un lado a otro, buscando dónde refugiarse... ¡qué despiche!
Según los expertos de Ovsicori, todo esto tiene que ver con la Placa del Coco, que ahí está haciendo su agosto doblandose y metiéndose por debajo de nuestras tierras. Dicen que hay una especie de sistema de fallas activo por allá, que andaba generando movimiento antes del terremoto principal. No sé yo si entender mucho de placas tectónicas, pero suena complicado y da un poquito de miedo, para ser honestos. Lo único que queremos es que esto se calme pronto y podamos dormir tranquilos.
Y ahora, ojo con las réplicas, porque esas no descansan. Ovsicori dice que han localizado un total de 165 hasta las 11 de la mañana de ayer, delineando una secuencia activa. Lo bueno es que los científicos andan monitoreando todo muy de cerca, así que al menos estamos informados. Nos dicen que la mayoría de estas réplicas son pequeñas, pero algunas pueden sentirse con fuerza, así que hay que estar atentos y seguir las recomendaciones de Protección Civil. Pa'l caso, tener cuidado nunca viene mal.
¿Se imaginan el daño que pudo haber causado esto si hubiera sido más grande? Afortunadamente, hasta ahora no hay reporte de heridos graves ni daños estructurales mayores, gracias a Dios. Pero es algo que nos hace reflexionar sobre cómo vivimos en un país con tanta actividad sísmica. Quizás deberíamos revisar esos simulacros de emergencia que hacen en las escuelas, ver si realmente nos preparamos bien para estos casos. Porque la verdad, cuando sientes que la tierra se mueve, te das cuenta de que no estás preparado como creías.
La Universidad Nacional (UNA), que colabora con Ovsicori, también ha estado analizando la situación. Aseguran que las profundidades de los temblores y las réplicas oscilan entre 5 y 15 kilómetros, lo cual indica una deformación interna de la placa. Eso significa que la tensión sigue acumulándose bajo nuestros pies, y quién sabe cuándo va a estallar de nuevo. Parece que tenemos que acostumbrarnos a vivir con esta sensación constante de que la tierra puede moverse en cualquier momento… ¡qué vara!
En fin, mientras tanto, vamos calmándonos como podemos. Las autoridades nos piden mantener la calma, reforzar medidas de seguridad en nuestros hogares y oficinas, y estar pendientes de las alertas oficiales. Eso sí, ¡no quedarse mirando al techo cuando empiece a temblar! Buscar refugio bajo mesas o marcos de puertas, esa es la onda. Además, es importante tener a mano un kit de emergencia con agua, comida no perecedera, linterna y radio. Mejor prevenir que lamentar, ¿no?
Ahora dime tú, ¿qué te parece a ti toda esta situación? ¿Te has sentido seguro/a últimamente con todos estos temblores? ¿Crees que estamos tomando las precauciones necesarias como país para enfrentar futuros eventos sísmicos, o deberíamos estar haciendo algo más? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!
Todo empezó el lunes con otro temblorito de 5.0, también con buenecito epicentro en Uvita, de Puntarenas. Pero eso era solo el calentamiento, ¿eh? El tremolón del martes fue el que realmente nos hizo agarrarnos el corazón. Se sintió en todo el país, desde el Valle Central hasta la Zona Norte, donde la gente no estaba precisamente tranquila. Imagínate, la gente corriendo de un lado a otro, buscando dónde refugiarse... ¡qué despiche!
Según los expertos de Ovsicori, todo esto tiene que ver con la Placa del Coco, que ahí está haciendo su agosto doblandose y metiéndose por debajo de nuestras tierras. Dicen que hay una especie de sistema de fallas activo por allá, que andaba generando movimiento antes del terremoto principal. No sé yo si entender mucho de placas tectónicas, pero suena complicado y da un poquito de miedo, para ser honestos. Lo único que queremos es que esto se calme pronto y podamos dormir tranquilos.
Y ahora, ojo con las réplicas, porque esas no descansan. Ovsicori dice que han localizado un total de 165 hasta las 11 de la mañana de ayer, delineando una secuencia activa. Lo bueno es que los científicos andan monitoreando todo muy de cerca, así que al menos estamos informados. Nos dicen que la mayoría de estas réplicas son pequeñas, pero algunas pueden sentirse con fuerza, así que hay que estar atentos y seguir las recomendaciones de Protección Civil. Pa'l caso, tener cuidado nunca viene mal.
¿Se imaginan el daño que pudo haber causado esto si hubiera sido más grande? Afortunadamente, hasta ahora no hay reporte de heridos graves ni daños estructurales mayores, gracias a Dios. Pero es algo que nos hace reflexionar sobre cómo vivimos en un país con tanta actividad sísmica. Quizás deberíamos revisar esos simulacros de emergencia que hacen en las escuelas, ver si realmente nos preparamos bien para estos casos. Porque la verdad, cuando sientes que la tierra se mueve, te das cuenta de que no estás preparado como creías.
La Universidad Nacional (UNA), que colabora con Ovsicori, también ha estado analizando la situación. Aseguran que las profundidades de los temblores y las réplicas oscilan entre 5 y 15 kilómetros, lo cual indica una deformación interna de la placa. Eso significa que la tensión sigue acumulándose bajo nuestros pies, y quién sabe cuándo va a estallar de nuevo. Parece que tenemos que acostumbrarnos a vivir con esta sensación constante de que la tierra puede moverse en cualquier momento… ¡qué vara!
En fin, mientras tanto, vamos calmándonos como podemos. Las autoridades nos piden mantener la calma, reforzar medidas de seguridad en nuestros hogares y oficinas, y estar pendientes de las alertas oficiales. Eso sí, ¡no quedarse mirando al techo cuando empiece a temblar! Buscar refugio bajo mesas o marcos de puertas, esa es la onda. Además, es importante tener a mano un kit de emergencia con agua, comida no perecedera, linterna y radio. Mejor prevenir que lamentar, ¿no?
Ahora dime tú, ¿qué te parece a ti toda esta situación? ¿Te has sentido seguro/a últimamente con todos estos temblores? ¿Crees que estamos tomando las precauciones necesarias como país para enfrentar futuros eventos sísmicos, o deberíamos estar haciendo algo más? ¡Déjanos tus opiniones en el foro!