¡Ay, Dios mío! Qué despiche el que nos tocó vivir en este país. Resulta que el ministro Mario Zamora, ahí bien frente a los diputados, admitió que no han podido hacer nada para parar la entrada de nicas que van a Cruzitas a picarle oro. Uno se queda pensando, ¿de qué sirve tener un ministerio si no pueden controlar ni siquiera eso?
La bronca salió a relucir durante una audiencia en la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa. La diputada Pilar Cisneros le metió presión al ministro preguntándole si tenían alguna coordinación con Nicaragua, si habían pensado en pedirle ayuda. Como si fuera tan sencillo, ¿verdad, mae? Parece que la diplomacia costarricense anda medio dormida en estos temas.
Zamora, con toda la calma del mundo, le soltó un “No, señora”. Una respuesta seca, cortante, que dejó a muchos con la boca abierta. Cisneros insistió, preguntando si siquiera habían considerado la posibilidad de coordinar esfuerzos para evitar que la gente se metiera al país sin papeles. Pero parece que la idea no había pasado ni por encima de la mesa del ministro.
El caso es que la situación en Crucitas es complicada desde hace tiempo. Tenemos a miles de nicaragüenses extrayendo oro de manera ilegal, causando daño ambiental y generando inseguridad en la zona. El problema es que parece que nadie quiere asumir la responsabilidad de resolverlo. Y ahora resulta que ni siquiera han intentado hablar con las autoridades nicaragüenses para ver si se puede ponerle un freno a tanta cosa.
Gilberto Campos, jefe de fracción del PLP, también le pegó al ministro, recordándole que el proyecto para regular la minería ilegal apenas entrará en vigor dentro de dos años. Dos años, mae… ¡una eternidad! Y mientras tanto, la situación sigue igual, empeorando día tras día. Campos quería saber cómo planeaba Seguridad atender la zona hasta que entre en vigencia esa ley, pero Zamora tuvo otra respuesta: dijo que su prioridad momentánea era atender los homicidios. ¡Un cambio brusco de enfoque!
Uno piensa, ¿cómo es posible que con todos los recursos que tenemos, no podamos solucionar un problema así? ¿Por qué siempre tenemos que estar apagando incendios en lugar de prevenir las cosas? Parece que estamos condenados a vivir en un círculo vicioso de crisis y soluciones improvisadas. Y lo peor de todo es que la gente, la población que vive en esas zonas, es la que más sufre las consecuencias.
La verdad es que esto da pena ajena. Pena ajena porque vemos cómo el gobierno se lava las manos, cómo pasa la pelota al vecino, cómo se excusa en la falta de recursos o en la complejidad del problema. Pero la realidad es que la seguridad de nuestro país está en juego, y no podemos seguir permitiendo que la situación se vaya al traste. Necesitamos medidas urgentes, necesitamos soluciones reales, necesitamos un gobierno que asuma su responsabilidad y proteja a sus ciudadanos.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que el gobierno debería haber tomado medidas más drásticas para controlar el flujo ilegal de personas en Crucitas, o consideras que la falta de coordinación con Nicaragua es un factor determinante en esta problemática? ¡Déjanos tus comentarios y vamos a debatir sobre este tema crucial para nuestro país!
La bronca salió a relucir durante una audiencia en la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa. La diputada Pilar Cisneros le metió presión al ministro preguntándole si tenían alguna coordinación con Nicaragua, si habían pensado en pedirle ayuda. Como si fuera tan sencillo, ¿verdad, mae? Parece que la diplomacia costarricense anda medio dormida en estos temas.
Zamora, con toda la calma del mundo, le soltó un “No, señora”. Una respuesta seca, cortante, que dejó a muchos con la boca abierta. Cisneros insistió, preguntando si siquiera habían considerado la posibilidad de coordinar esfuerzos para evitar que la gente se metiera al país sin papeles. Pero parece que la idea no había pasado ni por encima de la mesa del ministro.
El caso es que la situación en Crucitas es complicada desde hace tiempo. Tenemos a miles de nicaragüenses extrayendo oro de manera ilegal, causando daño ambiental y generando inseguridad en la zona. El problema es que parece que nadie quiere asumir la responsabilidad de resolverlo. Y ahora resulta que ni siquiera han intentado hablar con las autoridades nicaragüenses para ver si se puede ponerle un freno a tanta cosa.
Gilberto Campos, jefe de fracción del PLP, también le pegó al ministro, recordándole que el proyecto para regular la minería ilegal apenas entrará en vigor dentro de dos años. Dos años, mae… ¡una eternidad! Y mientras tanto, la situación sigue igual, empeorando día tras día. Campos quería saber cómo planeaba Seguridad atender la zona hasta que entre en vigencia esa ley, pero Zamora tuvo otra respuesta: dijo que su prioridad momentánea era atender los homicidios. ¡Un cambio brusco de enfoque!
Uno piensa, ¿cómo es posible que con todos los recursos que tenemos, no podamos solucionar un problema así? ¿Por qué siempre tenemos que estar apagando incendios en lugar de prevenir las cosas? Parece que estamos condenados a vivir en un círculo vicioso de crisis y soluciones improvisadas. Y lo peor de todo es que la gente, la población que vive en esas zonas, es la que más sufre las consecuencias.
La verdad es que esto da pena ajena. Pena ajena porque vemos cómo el gobierno se lava las manos, cómo pasa la pelota al vecino, cómo se excusa en la falta de recursos o en la complejidad del problema. Pero la realidad es que la seguridad de nuestro país está en juego, y no podemos seguir permitiendo que la situación se vaya al traste. Necesitamos medidas urgentes, necesitamos soluciones reales, necesitamos un gobierno que asuma su responsabilidad y proteja a sus ciudadanos.
Y tú, ¿qué opinas? ¿Crees que el gobierno debería haber tomado medidas más drásticas para controlar el flujo ilegal de personas en Crucitas, o consideras que la falta de coordinación con Nicaragua es un factor determinante en esta problemática? ¡Déjanos tus comentarios y vamos a debatir sobre este tema crucial para nuestro país!