¡Ay, Dios mío! Parece que el tráfico en Costa Rica se nos fue al traste. La Cruz Roja anda con el agua al cuello, mándale! En lo que va del 2025, ya le han tocado atender más de 51 mil accidentes de tránsito, un número que te deja helao y encima, les ha costado más de ₡7.800 millones. No es broma, bronca.
Según los datos del 9-1-1, los cruzrojistas tienen que salir corriendo en promedio a 166 incidentes diarios. Eso significa siete cada hora, ¡casi uno cada ocho minutos! Imagínate la presión, el estrés... ¡Qué brete!
Y ojo, que no todos terminan bien. Del total de los atendidos, tristemente el 0.88% falleció en el lugar o camino al hospital. Son historias dolorosas detrás de cada estadística, gente que dejó su vida en la carretera, sus familias desconsoladas. Nada fácil, nadie quiere ver eso.
Pero lo más preocupante es quiénes son los más afectados: los motociclistas. Un asombroso 71% de las personas que fueron trasladadas en condiciones críticas iban montados en una moto. ¡Qué carga para ellos, qué pena! Hay que redoblar la seguridad, chequear frenos, luces, casco… todo, para evitar esas tragedias.
José Gerardo Barahona, el subgerente administrativo de la Cruz Roja, lo dijo clarito: “Detrás de cada accidente no solo hay un drama humano, también hay un enorme costo operativo que asumimos”. Lo que significa que esos ₡7.800 millones no solo cubren ambulancias y personal, sino también medicamentos, equipos, combustible... ¡Un montón de cosas!
Ahora, la cosa está más difícil que nunca porque la Cruz Roja enfrenta una de las crisis económicas más fuertes de su historia. Están pidiendo a la población que maneje con responsabilidad, que piense dos veces antes de acelerar o tomar riesgos innecesarios. Porque cada choque evitado no solo salva vidas, sino que libera recursos para atender otras emergencias. Una vara importante, vamos.
Por eso, vamos a ponernos las pilas. Todos tenemos la responsabilidad de contribuir a mejorar la seguridad vial en nuestro país. No solo los conductores, sino también los peatones, los ciclistas... Todos. Después de todo, estamos hablando de vidas humanas, de familias enteras que sufren las consecuencias de la imprudencia. Además, si yo me choco, ¿quién me va a socorrer, si la Cruz Roja no tiene pa’?
En fin, compas, la pregunta es: ¿Qué medidas crees que deberíamos implementar como sociedad para reducir la accidentalidad vial en Costa Rica y aliviar la carga económica que esto representa para la Cruz Roja? ¡Dale, comparte tu opinión!
Según los datos del 9-1-1, los cruzrojistas tienen que salir corriendo en promedio a 166 incidentes diarios. Eso significa siete cada hora, ¡casi uno cada ocho minutos! Imagínate la presión, el estrés... ¡Qué brete!
Y ojo, que no todos terminan bien. Del total de los atendidos, tristemente el 0.88% falleció en el lugar o camino al hospital. Son historias dolorosas detrás de cada estadística, gente que dejó su vida en la carretera, sus familias desconsoladas. Nada fácil, nadie quiere ver eso.
Pero lo más preocupante es quiénes son los más afectados: los motociclistas. Un asombroso 71% de las personas que fueron trasladadas en condiciones críticas iban montados en una moto. ¡Qué carga para ellos, qué pena! Hay que redoblar la seguridad, chequear frenos, luces, casco… todo, para evitar esas tragedias.
José Gerardo Barahona, el subgerente administrativo de la Cruz Roja, lo dijo clarito: “Detrás de cada accidente no solo hay un drama humano, también hay un enorme costo operativo que asumimos”. Lo que significa que esos ₡7.800 millones no solo cubren ambulancias y personal, sino también medicamentos, equipos, combustible... ¡Un montón de cosas!
Ahora, la cosa está más difícil que nunca porque la Cruz Roja enfrenta una de las crisis económicas más fuertes de su historia. Están pidiendo a la población que maneje con responsabilidad, que piense dos veces antes de acelerar o tomar riesgos innecesarios. Porque cada choque evitado no solo salva vidas, sino que libera recursos para atender otras emergencias. Una vara importante, vamos.
Por eso, vamos a ponernos las pilas. Todos tenemos la responsabilidad de contribuir a mejorar la seguridad vial en nuestro país. No solo los conductores, sino también los peatones, los ciclistas... Todos. Después de todo, estamos hablando de vidas humanas, de familias enteras que sufren las consecuencias de la imprudencia. Además, si yo me choco, ¿quién me va a socorrer, si la Cruz Roja no tiene pa’?
En fin, compas, la pregunta es: ¿Qué medidas crees que deberíamos implementar como sociedad para reducir la accidentalidad vial en Costa Rica y aliviar la carga económica que esto representa para la Cruz Roja? ¡Dale, comparte tu opinión!