¡Buenas tardes, foro! Aquí su reporte directo desde la redacción del Foro de Costa Rica. Parece que respiramos tranquilos por ahora, porque la SUGEF acaba de soltar los números de septiembre y el sistema financiero costarricense se ve bastante a pata. Sí, señores, seguimos teniendo un colchóncito considerable y la mora no anda haciendo ruido, así que por el momento, podemos irnos relajando un poquito.
Para ponerle contexto a la cosa, miren, los bancos, cooperativas y financieras que andan moviéndose por acá tienen un patrimonio neto que representa el 18,54% del total de sus activos. ¡Eso es recontra arriba del mínimo que exige la ley, que es solo del 10%! Esto significa que si alguna jugada turbia pasa y pierden dinero, tienen suficiente para cubrirla sin que nos toque a nosotros, los salvadoreños, hacer sacrificios extra. Un buen dato, ¿no?
Y hablando de perder dinero, la mora, que es el técnico para decir que la gente no está pagando sus préstamos, se mantiene estable. Cerró en 2,10%, casi igualito a como venía funcionando durante todo este año. Eso quiere decir que, en general, tanto personas como empresas están cumpliendo con sus obligaciones financieras. Nos da esperanzas de que las carteras de crédito estén sanas y no tengamos sorpresas desagradables en el futuro cercano. Eso sí, siempre hay que estar ojo avizor, diay...
Pero bueno, no todo es color de rosa, como dicen por ahí. Lo que sí preocupa un poco es que la rentabilidad de estos lugares ha ido bajando. En enero estábamos viendo unos 6,45%, pero para septiembre ya llegamos a 5,44%. No es que estemos perdiendo dinero, ¡para nada!, pero sí estamos generando menos ganancia que antes. A ver qué onda, si esto es pasajero o si realmente estamos entrando en una etapa de menor dinamismo económico... eso nos da mucho que reflexionar, ¿verdad?
Analizando un poquito más profundo, parece que la economía mundial no está precisamente ardiendo, y eso se siente hasta por acá. Las tasas de interés siguen altas, la inflación no se va del todo y la incertidumbre política a nivel global tampoco ayuda. Todo eso afecta la inversión, el consumo y, por ende, la rentabilidad de nuestras instituciones financieras. Pero hey, somos ticos, sabemos sortear las adversidades, ¿no es cierto?
Es importante recordar que este panorama, aunque no es perfecto, sigue siendo positivo en comparación con otros países de la región, donde la inestabilidad financiera es moneda corriente. Tenemos un sistema bancario relativamente robusto y una Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF) que, a pesar de todo, está haciendo un buen trabajo vigilando que todo esté en orden. Es un respiro saber que tenemos controles y mecanismos para evitar que nos vayamos al traste, ¿me entienden?
Ahora bien, aunque los números digan que todo está bien, no podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir promoviendo la educación financiera, apoyando a las pequeñas y medianas empresas, e impulsando políticas económicas que fomenten la inversión y el empleo. Porque al final del día, la salud del sistema financiero depende de la salud de toda la economía nacional. Y eso, mi pueblo, requiere de todos nosotros.
Entonces, llegando a este punto, me pregunto… ¿Con esta tendencia a la baja en la rentabilidad, creen que los bancos van a empezar a ajustar las condiciones de los préstamos para atraer nuevos clientes o se mantendrán firmes y esperando a ver cómo evoluciona la situación económica global? ¡Dejen sus opiniones en el foro, quiero leerlos!
Para ponerle contexto a la cosa, miren, los bancos, cooperativas y financieras que andan moviéndose por acá tienen un patrimonio neto que representa el 18,54% del total de sus activos. ¡Eso es recontra arriba del mínimo que exige la ley, que es solo del 10%! Esto significa que si alguna jugada turbia pasa y pierden dinero, tienen suficiente para cubrirla sin que nos toque a nosotros, los salvadoreños, hacer sacrificios extra. Un buen dato, ¿no?
Y hablando de perder dinero, la mora, que es el técnico para decir que la gente no está pagando sus préstamos, se mantiene estable. Cerró en 2,10%, casi igualito a como venía funcionando durante todo este año. Eso quiere decir que, en general, tanto personas como empresas están cumpliendo con sus obligaciones financieras. Nos da esperanzas de que las carteras de crédito estén sanas y no tengamos sorpresas desagradables en el futuro cercano. Eso sí, siempre hay que estar ojo avizor, diay...
Pero bueno, no todo es color de rosa, como dicen por ahí. Lo que sí preocupa un poco es que la rentabilidad de estos lugares ha ido bajando. En enero estábamos viendo unos 6,45%, pero para septiembre ya llegamos a 5,44%. No es que estemos perdiendo dinero, ¡para nada!, pero sí estamos generando menos ganancia que antes. A ver qué onda, si esto es pasajero o si realmente estamos entrando en una etapa de menor dinamismo económico... eso nos da mucho que reflexionar, ¿verdad?
Analizando un poquito más profundo, parece que la economía mundial no está precisamente ardiendo, y eso se siente hasta por acá. Las tasas de interés siguen altas, la inflación no se va del todo y la incertidumbre política a nivel global tampoco ayuda. Todo eso afecta la inversión, el consumo y, por ende, la rentabilidad de nuestras instituciones financieras. Pero hey, somos ticos, sabemos sortear las adversidades, ¿no es cierto?
Es importante recordar que este panorama, aunque no es perfecto, sigue siendo positivo en comparación con otros países de la región, donde la inestabilidad financiera es moneda corriente. Tenemos un sistema bancario relativamente robusto y una Superintendencia General de Entidades Financieras (SUGEF) que, a pesar de todo, está haciendo un buen trabajo vigilando que todo esté en orden. Es un respiro saber que tenemos controles y mecanismos para evitar que nos vayamos al traste, ¿me entienden?
Ahora bien, aunque los números digan que todo está bien, no podemos bajar la guardia. Tenemos que seguir promoviendo la educación financiera, apoyando a las pequeñas y medianas empresas, e impulsando políticas económicas que fomenten la inversión y el empleo. Porque al final del día, la salud del sistema financiero depende de la salud de toda la economía nacional. Y eso, mi pueblo, requiere de todos nosotros.
Entonces, llegando a este punto, me pregunto… ¿Con esta tendencia a la baja en la rentabilidad, creen que los bancos van a empezar a ajustar las condiciones de los préstamos para atraer nuevos clientes o se mantendrán firmes y esperando a ver cómo evoluciona la situación económica global? ¡Dejen sus opiniones en el foro, quiero leerlos!