¡Ay, Dios mío! Quién hubiera dicho que la obsesión de una mae por el fútbol la llevaría directo a documentar los momentos más románticos de nuestras bodas ticas. Resulta que Erika Rojas, una ex colega que transitó desde los deportes hasta el mundo audiovisual, encontró su brete perfecto: “La Boda Más Linda”, un emprendimiento que está revolucionando la forma en que capturamos esos recuerdos especiales.
Todo empezó allá por el 2007, cuando Erika se metió al mundillo del periodismo deportivo. Según nos contó, su sueño era vivir cada domingo en el estadio, respirando la emoción del juego. Y vaya si lo cumplió, cubriendo partidos y entrevistando a figuras del deporte nacional. Pero como dicen por ahí, “hasta el rey se cansa de reinar”, y Erika sintió la necesidad de explorar nuevos rumbos creativos.
Después de varios años trabajando en comunicación corporativa y asesoría digital, Erika se topó con la producción audiovisual. Un campo que le abrió las puertas a un universo de posibilidades y le permitió combinar su pasión por la comunicación con su interés por narrar historias. Y aunque tenía claro que quería emprender, no precisamente con bodas. De hecho, tuvo un intento inicial con el maquillaje de fantasía que, bueno, digamos que se fue al traste por miedo a cualquier complicación... ¡pero ojo que de eso aprendió!
La verdadera chispa surgió cuando investigaba eventos para ese primer emprendimiento, y se topó con una creadora de contenido para bodas en Nueva York. Ahí entendió que había encontrado su “carga”, su vocación. “Pensé: 'Esto sí es lo mío', porque combinaba la creatividad, la comunicación y la posibilidad de capturar emociones reales”, nos explica entre risas.
Lo que hace Erika es diferente a la fotografía o videografía tradicional. Con su equipo relativamente sencillo, captura momentos espontáneos y auténticos de la boda, documentando la preparación de la novia, las ocurrencias del grupo de amigos, el nerviosismo del novio…todo aquello que va más allá de las fotos posadas. El resultado: videos cortos y dinámicos listos para compartir en redes sociales, prácticamente en tiempo real. ¡Qué chiva es eso, diay!
Gracias al programa ImpulsArte de la Fundación Parque La Libertad y el SBD, Erika recibió el empujón que necesitaba para formalizar su negocio y llevarlo al siguiente nivel. “Fue fundamental”, afirma. “Además del apoyo económico, aprendí sobre finanzas, marketing y gestión de negocios. Incluso contraté una asesora financiera para ponerme las pilas y separar mis cuentas personales de las del emprendimiento. Porque como dice el dicho: ‘con plata no canta el gallito’”.
Hoy, “La Boda Más Linda” ya ha documentado más de 40 bodas y colabora con fotógrafos y videógrafos para ofrecer paquetes integrales. Erika nos asegura que las reacciones de sus clientes son increíbles. “Muchos se sorprenden al ver momentos que ni acordaban o que no pudieron vivir directamente. Es muy emotivo ver cómo se emocionan al revivir esos instantes tan especiales.” Y no cabe duda, el trabajo de Erika es más que documentar una boda; es preservar recuerdos inolvidables para toda la vida.
En fin, la historia de Erika Rojas es una inspiración para todos aquellos que sueñan con emprender y convertir su pasión en un negocio rentable. ¿Pero ahora dime tú?: Considerando que las bodas son cada vez más personalizadas y buscan experiencias únicas, crees que este tipo de contenido efímero y auténtico para redes sociales competirá con las producciones audiovisuales tradicionales, o complementará la oferta actual?
Todo empezó allá por el 2007, cuando Erika se metió al mundillo del periodismo deportivo. Según nos contó, su sueño era vivir cada domingo en el estadio, respirando la emoción del juego. Y vaya si lo cumplió, cubriendo partidos y entrevistando a figuras del deporte nacional. Pero como dicen por ahí, “hasta el rey se cansa de reinar”, y Erika sintió la necesidad de explorar nuevos rumbos creativos.
Después de varios años trabajando en comunicación corporativa y asesoría digital, Erika se topó con la producción audiovisual. Un campo que le abrió las puertas a un universo de posibilidades y le permitió combinar su pasión por la comunicación con su interés por narrar historias. Y aunque tenía claro que quería emprender, no precisamente con bodas. De hecho, tuvo un intento inicial con el maquillaje de fantasía que, bueno, digamos que se fue al traste por miedo a cualquier complicación... ¡pero ojo que de eso aprendió!
La verdadera chispa surgió cuando investigaba eventos para ese primer emprendimiento, y se topó con una creadora de contenido para bodas en Nueva York. Ahí entendió que había encontrado su “carga”, su vocación. “Pensé: 'Esto sí es lo mío', porque combinaba la creatividad, la comunicación y la posibilidad de capturar emociones reales”, nos explica entre risas.
Lo que hace Erika es diferente a la fotografía o videografía tradicional. Con su equipo relativamente sencillo, captura momentos espontáneos y auténticos de la boda, documentando la preparación de la novia, las ocurrencias del grupo de amigos, el nerviosismo del novio…todo aquello que va más allá de las fotos posadas. El resultado: videos cortos y dinámicos listos para compartir en redes sociales, prácticamente en tiempo real. ¡Qué chiva es eso, diay!
Gracias al programa ImpulsArte de la Fundación Parque La Libertad y el SBD, Erika recibió el empujón que necesitaba para formalizar su negocio y llevarlo al siguiente nivel. “Fue fundamental”, afirma. “Además del apoyo económico, aprendí sobre finanzas, marketing y gestión de negocios. Incluso contraté una asesora financiera para ponerme las pilas y separar mis cuentas personales de las del emprendimiento. Porque como dice el dicho: ‘con plata no canta el gallito’”.
Hoy, “La Boda Más Linda” ya ha documentado más de 40 bodas y colabora con fotógrafos y videógrafos para ofrecer paquetes integrales. Erika nos asegura que las reacciones de sus clientes son increíbles. “Muchos se sorprenden al ver momentos que ni acordaban o que no pudieron vivir directamente. Es muy emotivo ver cómo se emocionan al revivir esos instantes tan especiales.” Y no cabe duda, el trabajo de Erika es más que documentar una boda; es preservar recuerdos inolvidables para toda la vida.
En fin, la historia de Erika Rojas es una inspiración para todos aquellos que sueñan con emprender y convertir su pasión en un negocio rentable. ¿Pero ahora dime tú?: Considerando que las bodas son cada vez más personalizadas y buscan experiencias únicas, crees que este tipo de contenido efímero y auténtico para redes sociales competirá con las producciones audiovisuales tradicionales, o complementará la oferta actual?