¡Ay, Dios mío, qué bronca! Aquí vamos otra vez con movidas políticas que dan ganas de agarrarse la cabeza. Resulta que un grupito de diputados, pa’ presumir, anda buscando meterle rango constitucional a la Defensoría de los Habitantes. Sí, como si fuera poca la cosa, ahora quieren que la Defensoría tenga más poder que el mismísimo TSE. ¡Un despiche!
La idea, según dicen los proponentes – encabezados por el dipu Danny Vargas Serrano – es proteger a la Defensoría de ataques del Gobierno. Argumentan que hay un supuesto “discurso autoritario” desde Casa Amarilla que le está dando cosquillas a otras instituciones. Claro, siempre justificándose con eso de “defender la democracia”. Pero bueno, todos sabemos cómo funcionan estas cosas, ¿verdad?
Pa' ponerle pausa a la torta, ellos aseguran que en otros países la Defensoría tiene rango constitucional, lo cual sería como darle un chaleco antibalas a la institución. Dicen que así se protege su independencia y autonomía, especialmente en estos tiempos donde los ánimos andan calientes entre los poderes. A ver, si es pa' defender derechos y cuidar al pueblo, pues bienvenido sea, pero...
Lo que propusieron es meterle tres párrafos nuevos al artículo 48 de la Constitución. Esto implica cambiar varias cosas, como quién la nombra, cuánto tiempo dura en el puesto y hasta cómo la pueden echar. Se habla de mayoría absoluta en la Asamblea, cuatro años de mandato y solo una reelección consecutiva. Un brete de papeleo, wey.
Pero espera que haya más. Según la explicación del proyecto, si la Asamblea le da algunas responsabilidades exclusivas a la Defensoría, entonces ella misma debería tener rango constitucional. Esto suena medio raro, ¿no creen? Como decir que porque me toca lavar platos, debo ser el dueño del restaurante. ¡Una vara rara, diay!
Y ni hablar de los demás diputados que le están echando ganas a la jugada. La compañera Rocío Alfaro dice que esto fortalece la voz del pueblo, mientras que Pacheco afirma que evitará que el defensor trabaje con miedo. ¡Bien lindo lo pintan, eh! Pero siempre hay que estar ojo avizor. Uno nunca sabe qué intereses hay detrás de estas propuestas.
Ahora, el proceso para hacer esto es más largo que el río Colorado. Tiene que pasar por varias vueltas en la Asamblea, incluso tiene que consultarse con la Sala Constitucional. Eso significa que, aunque ya presentaron el proyecto, todavía falta mucho camino por recorrer. Y, claro, puede que termine yéndose al traste, como muchas otras ideas ambiciosas.
En fin, la cosa pinta interesante, pero no estoy segura si esta sea la mejor manera de proteger a la Defensoría. ¿Será que este intento de blindarla a través de la Constitución es realmente necesario, o estamos abriendo la puerta a otro tipo de abusos de poder? Yo creo que necesitamos una conversación seria sobre esto… ¿Ustedes qué opinan? ¿Debería la Defensoría tener rango constitucional o existen otras formas más efectivas de garantizar su independencia?
La idea, según dicen los proponentes – encabezados por el dipu Danny Vargas Serrano – es proteger a la Defensoría de ataques del Gobierno. Argumentan que hay un supuesto “discurso autoritario” desde Casa Amarilla que le está dando cosquillas a otras instituciones. Claro, siempre justificándose con eso de “defender la democracia”. Pero bueno, todos sabemos cómo funcionan estas cosas, ¿verdad?
Pa' ponerle pausa a la torta, ellos aseguran que en otros países la Defensoría tiene rango constitucional, lo cual sería como darle un chaleco antibalas a la institución. Dicen que así se protege su independencia y autonomía, especialmente en estos tiempos donde los ánimos andan calientes entre los poderes. A ver, si es pa' defender derechos y cuidar al pueblo, pues bienvenido sea, pero...
Lo que propusieron es meterle tres párrafos nuevos al artículo 48 de la Constitución. Esto implica cambiar varias cosas, como quién la nombra, cuánto tiempo dura en el puesto y hasta cómo la pueden echar. Se habla de mayoría absoluta en la Asamblea, cuatro años de mandato y solo una reelección consecutiva. Un brete de papeleo, wey.
Pero espera que haya más. Según la explicación del proyecto, si la Asamblea le da algunas responsabilidades exclusivas a la Defensoría, entonces ella misma debería tener rango constitucional. Esto suena medio raro, ¿no creen? Como decir que porque me toca lavar platos, debo ser el dueño del restaurante. ¡Una vara rara, diay!
Y ni hablar de los demás diputados que le están echando ganas a la jugada. La compañera Rocío Alfaro dice que esto fortalece la voz del pueblo, mientras que Pacheco afirma que evitará que el defensor trabaje con miedo. ¡Bien lindo lo pintan, eh! Pero siempre hay que estar ojo avizor. Uno nunca sabe qué intereses hay detrás de estas propuestas.
Ahora, el proceso para hacer esto es más largo que el río Colorado. Tiene que pasar por varias vueltas en la Asamblea, incluso tiene que consultarse con la Sala Constitucional. Eso significa que, aunque ya presentaron el proyecto, todavía falta mucho camino por recorrer. Y, claro, puede que termine yéndose al traste, como muchas otras ideas ambiciosas.
En fin, la cosa pinta interesante, pero no estoy segura si esta sea la mejor manera de proteger a la Defensoría. ¿Será que este intento de blindarla a través de la Constitución es realmente necesario, o estamos abriendo la puerta a otro tipo de abusos de poder? Yo creo que necesitamos una conversación seria sobre esto… ¿Ustedes qué opinan? ¿Debería la Defensoría tener rango constitucional o existen otras formas más efectivas de garantizar su independencia?