¡Ay, Dios mío! Se armó un buen bronca en Tibás anoche. Un paredón le bajó encima de la carretera rumbo a Santo Domingo, dejando a varios varados y con el tráfico hecho un desmadre. Menos mal que la Cruz Roja llegó rápido y confirmó que nadie resultó herido, porque la cosa estaba feísima. Imagínate, motociclistas pasando justo cuando se vino el rollo... qué susto.
Según nos cuentan los vecinos, la lluvia ha sido tremenda estos últimos días, y el terreno ya venía medio inestable. Hay quienes dicen que hace tiempo debieron haber hecho trabajos de mantenimiento en esa zona, pero bueno, ya sabemos cómo andamos con eso. Siempre reaccionamos cuando ya estamos metidos en el brete, ¿verdad?
Las autoridades llegaron al lugar con toda la maquinaria pesada – una unidad de soporte, dos unidades básicas y una de rescate, pa’ que se entiendan – pero el panorama no se ve fácil. El deslizamiento es considerable, y quitar todos esos pedregales va a tomar su tiempo. De momento, desviaron el tráfico por rutas alternativas, pero igual hay cola y gente frustrada.
Un señor que vive cerca me comentaba, a medias voces, que esto le preocupa porque el paredón que cayó era solo uno de varios que están amenazando con bajar. Dice que el agua se filtra por detrás y socava la tierra poco a poco. Me dijo “Mija, si llueve así unos días más, se van a ir todos los paredones al río”. ¡Qué sal!”, exclamó.
Lo que más me da pena es pensar en los que viven por allá. Ya tienen problemas suficientes con el costo de vida, ahora tendrán que lidiar con este inconveniente y la incertidumbre de si sus casas estarán seguras. Uno piensa en el cambio climático y en cómo afecta directamente a nosotros, los más humildes, que somos los primeros en sufrir las consecuencias. Esta vara no es justa, ¡qué te digo!
Ahora, con el Conclave presidencial acercándose, uno se pregunta si estas situaciones, que afectan directamente la calidad de vida de la gente, serán tomadas en cuenta. Parece que siempre hay otras prioridades, otros temas más vistosos para la tele. Pero al final, lo importante es cuidar a la población y garantizar su seguridad. ¿No será que estamos poniendo parche pa'l dolor, en vez de solucionar el problema de raíz?
Entendemos que limpiar el deslizamiento es urgente, pero también es fundamental investigar las causas y tomar medidas preventivas para evitar que esto vuelva a pasar. No queremos que la próxima vez tengamos que lamentar heridos o incluso… peor. Que le pongan empeño a la cosa, autoridades, porque la gente está cansada de que le jueguen así. Pa' eso se les paga, ¿no?
Definitivamente, esta situación pone de manifiesto la necesidad de invertir en infraestructura y fortalecer los sistemas de prevención de riesgos en nuestras comunidades. Pero volviendo al tema… considerando la magnitud del deslizamiento y la vulnerabilidad del área, ¿creen ustedes que las autoridades están tomando las medidas adecuadas para proteger a los residentes de Tibás y prevenir futuros incidentes similares?
Según nos cuentan los vecinos, la lluvia ha sido tremenda estos últimos días, y el terreno ya venía medio inestable. Hay quienes dicen que hace tiempo debieron haber hecho trabajos de mantenimiento en esa zona, pero bueno, ya sabemos cómo andamos con eso. Siempre reaccionamos cuando ya estamos metidos en el brete, ¿verdad?
Las autoridades llegaron al lugar con toda la maquinaria pesada – una unidad de soporte, dos unidades básicas y una de rescate, pa’ que se entiendan – pero el panorama no se ve fácil. El deslizamiento es considerable, y quitar todos esos pedregales va a tomar su tiempo. De momento, desviaron el tráfico por rutas alternativas, pero igual hay cola y gente frustrada.
Un señor que vive cerca me comentaba, a medias voces, que esto le preocupa porque el paredón que cayó era solo uno de varios que están amenazando con bajar. Dice que el agua se filtra por detrás y socava la tierra poco a poco. Me dijo “Mija, si llueve así unos días más, se van a ir todos los paredones al río”. ¡Qué sal!”, exclamó.
Lo que más me da pena es pensar en los que viven por allá. Ya tienen problemas suficientes con el costo de vida, ahora tendrán que lidiar con este inconveniente y la incertidumbre de si sus casas estarán seguras. Uno piensa en el cambio climático y en cómo afecta directamente a nosotros, los más humildes, que somos los primeros en sufrir las consecuencias. Esta vara no es justa, ¡qué te digo!
Ahora, con el Conclave presidencial acercándose, uno se pregunta si estas situaciones, que afectan directamente la calidad de vida de la gente, serán tomadas en cuenta. Parece que siempre hay otras prioridades, otros temas más vistosos para la tele. Pero al final, lo importante es cuidar a la población y garantizar su seguridad. ¿No será que estamos poniendo parche pa'l dolor, en vez de solucionar el problema de raíz?
Entendemos que limpiar el deslizamiento es urgente, pero también es fundamental investigar las causas y tomar medidas preventivas para evitar que esto vuelva a pasar. No queremos que la próxima vez tengamos que lamentar heridos o incluso… peor. Que le pongan empeño a la cosa, autoridades, porque la gente está cansada de que le jueguen así. Pa' eso se les paga, ¿no?
Definitivamente, esta situación pone de manifiesto la necesidad de invertir en infraestructura y fortalecer los sistemas de prevención de riesgos en nuestras comunidades. Pero volviendo al tema… considerando la magnitud del deslizamiento y la vulnerabilidad del área, ¿creen ustedes que las autoridades están tomando las medidas adecuadas para proteger a los residentes de Tibás y prevenir futuros incidentes similares?
