¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con el Congreso y sus movidas. Resulta que el Directorio de la Asamblea Legislativa, liderado por Rodrigo Arias, tuvo que ir a limpiar el batallón y deshacer unos nombramientos que estaban más turbios que café frío, después de que la gente se empezara a preguntar qué diablos estaba pasando. Parece que alguien anduvo jugando con reglas que ya ni existen, usando un transitorio que, pa’ colmo, ya expiró. ¡Qué pena ajena!
La jugada, según parece, era pasar a algunos funcionarios de trabajos temporales a empleos fijos sin hacer el respectivo concurso público. Unas advertencias de la Dirección de Asesoría Legal, la Auditoría Interna y hasta de Recursos Humanos fueron cayendo como baldes de agua fría, señalando que el proceso tenía más agujeros que queso suizo. Imagínate, ¡hasta les dijeron que estaban cometiendo un error, y siguieron adelante! Uno se queda pensando, ¿quiénes eran esos peces gordos que necesitaban ese favorcito?
El Directorio, después de darle muchas vueltas, decidió meterle freno a la situación, modificando las reglas de cómo contratan gente. Ahora quieren que valoren más los méritos de los candidatos, algo que debería haberse hecho desde el principio. Según el comunicado oficial, se dieron cuenta de que había cosas que corregir y que iban a intentar hacerlo bien, aunque la bronca ya estaba servida. Al final, la transparencia siempre gana, ¿no creen?
Pero la cosa no termina ahí. El asunto salió a la luz pública y el Congreso, buscando mantener la calma, salió a negar cualquier acusación de favoritismo o nombramientos “a dedo”. Afirman que todo está dentro de la legalidad y que siguen los procesos correctos. Pero bueno, ya saben cómo es, cada quién dice su verdá... y con estas movidas, cuesta creerles. Han salido con la historia de que están en pleno concurso, para tratar de restarle importancia a la cosa.
Y para rematar, la Auditoría Interna, ese ojo avizor, soltó un informe donde alerta sobre posibles “vicios graves” en el acto administrativo. ¡Imagínate!, hablan de fraude de ley y abuso de autoridad. Eso sí que es escalofriante. Manuel Adolfo Cortés, el auditor interno, fue claro: usar normas vencidas puede traer problemas serios. En pocas palabras, si seguían adelante, podrían estar metiendo las manos donde no debían.
La sesión 157, del 5 de noviembre, parece ser el punto clave de toda esta polémica. Ahí, según consta en el acta, Vanessa Castro (PUSC), Geison Valverde (PLN) y Gloria Navas (independiente) dieron luz verde a la idea, a pesar de todas las advertencias que ya habían recibido. Una decisión cuestionable, que ahora pone en tela de juicio la integridad de varios actores involucrados. La política, a veces, ¡qué torta!
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Cómo es posible que, con tantas señales de alerta, se haya llegado tan lejos? ¿Hubo presión política? ¿Alguien encubrió a otros? ¿O simplemente hubo una falla grave de criterio? La ciudadanía merece saber la verdad detrás de estos nombramientos, porque esto afecta directamente la confianza en nuestras instituciones. Este caso demuestra que hay mucho por mejorar en la gestión pública y en la rendición de cuentas.
Después de todo este relajo, me pregunto: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían abrir una investigación exhaustiva para esclarecer completamente este caso y determinar responsabilidades? ¿O es que ya estamos acostumbrados a ver este tipo de situaciones y ya no nos importa tanto? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero leer qué piensa la gente!
La jugada, según parece, era pasar a algunos funcionarios de trabajos temporales a empleos fijos sin hacer el respectivo concurso público. Unas advertencias de la Dirección de Asesoría Legal, la Auditoría Interna y hasta de Recursos Humanos fueron cayendo como baldes de agua fría, señalando que el proceso tenía más agujeros que queso suizo. Imagínate, ¡hasta les dijeron que estaban cometiendo un error, y siguieron adelante! Uno se queda pensando, ¿quiénes eran esos peces gordos que necesitaban ese favorcito?
El Directorio, después de darle muchas vueltas, decidió meterle freno a la situación, modificando las reglas de cómo contratan gente. Ahora quieren que valoren más los méritos de los candidatos, algo que debería haberse hecho desde el principio. Según el comunicado oficial, se dieron cuenta de que había cosas que corregir y que iban a intentar hacerlo bien, aunque la bronca ya estaba servida. Al final, la transparencia siempre gana, ¿no creen?
Pero la cosa no termina ahí. El asunto salió a la luz pública y el Congreso, buscando mantener la calma, salió a negar cualquier acusación de favoritismo o nombramientos “a dedo”. Afirman que todo está dentro de la legalidad y que siguen los procesos correctos. Pero bueno, ya saben cómo es, cada quién dice su verdá... y con estas movidas, cuesta creerles. Han salido con la historia de que están en pleno concurso, para tratar de restarle importancia a la cosa.
Y para rematar, la Auditoría Interna, ese ojo avizor, soltó un informe donde alerta sobre posibles “vicios graves” en el acto administrativo. ¡Imagínate!, hablan de fraude de ley y abuso de autoridad. Eso sí que es escalofriante. Manuel Adolfo Cortés, el auditor interno, fue claro: usar normas vencidas puede traer problemas serios. En pocas palabras, si seguían adelante, podrían estar metiendo las manos donde no debían.
La sesión 157, del 5 de noviembre, parece ser el punto clave de toda esta polémica. Ahí, según consta en el acta, Vanessa Castro (PUSC), Geison Valverde (PLN) y Gloria Navas (independiente) dieron luz verde a la idea, a pesar de todas las advertencias que ya habían recibido. Una decisión cuestionable, que ahora pone en tela de juicio la integridad de varios actores involucrados. La política, a veces, ¡qué torta!
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Cómo es posible que, con tantas señales de alerta, se haya llegado tan lejos? ¿Hubo presión política? ¿Alguien encubrió a otros? ¿O simplemente hubo una falla grave de criterio? La ciudadanía merece saber la verdad detrás de estos nombramientos, porque esto afecta directamente la confianza en nuestras instituciones. Este caso demuestra que hay mucho por mejorar en la gestión pública y en la rendición de cuentas.
Después de todo este relajo, me pregunto: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían abrir una investigación exhaustiva para esclarecer completamente este caso y determinar responsabilidades? ¿O es que ya estamos acostumbrados a ver este tipo de situaciones y ya no nos importa tanto? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero leer qué piensa la gente!
