¡Aguante, pura vida! Parece que cerramos el año con la economía más o menos tranquila, según los números de la UNED. Dicen que estamos bien, pero ojo, porque hay cositas que nos pueden poner las barbas de espanto. No todo es bronceado y atún, mi gente.
La Escuela de Ciencias de la Administración de la UNED está diciendo que gracias al buen manejo de las zonas francas y al perfeccionamiento activo, hemos logrado aguantarnos bastante bien frente a las cosas raras que está pasando afuera. Pa' que se hagan una idea, Estados Unidos está poniendo sus chinches por todos lados, pero nosotros le damos, vamos sorteando la jugada.
Federico Quesada, el jefe de la ECA, explica que estamos aprovechando las nuevas facilidades que tenemos, especialmente para mandar pa’ fuera esos aparatitos médicos que tanto nos dan morrocotudo. Aunque claro, ahí viene el gran ‘pero’: si Estados Unidos decide echarnos piedritas al camino, todo esto se va al traste rapidito. ¡Qué sal!
A pesar de todo, la cosa pinta decente. El dólar sigue jugando cerca de los ¢500 –eso siempre nos da un respiro– y parece que el Banco Central piensa bajar un tantito la tasa de interés para darle más impulso a la cosa. Un pequeño empujoncito, diay.
Y hablando de dinero, la inflación está bajísima, casi imperceptible, alrededor del 0,2%. Suena chévere, pero también puede significar que la producción anda lenta y que algunos maes andan buscando chamba. Necesitamos reactivar la máquina, ¿me entienden?
Además, el panorama mundial se ve un poco más tranquilo. Las guerras allá lejos parecen estar calmándose y el precio del petróleo no nos está matando. Eso ayuda, porque nos quita un peso de encima, y en tiempos de crisis, hasta la brisa se agradece.
Pero no nos pongamos a bailar marimba todavía. Según los expertos, tenemos que ponernos las pilas con varias cosas urgentes. La infraestructura está hecha jeje, los caminos son puro hueco y eso frena todo. La seguridad tampoco anda muy bien, los turistas andan con el corazón en la boca y eso nadie quiere. Y la educación, ¡ay la educación!, necesita una inyección de realidad y tecnología para que nuestros jóvenes puedan competir en el mundo.
En resumen, cerramos el año con buenas notas, sí, pero con una lista larga de pendientes que no podemos seguir ignorando. Tenemos que invertir en infraestructura, mejorar la seguridad y darle una mano más grande a la educación para que Costa Rica pueda crecer de verdad, no solo en números, sino en calidad de vida para todos. Ahora dime tú, ¿crees que el Gobierno está haciendo lo suficiente para resolver estos problemas o qué? ¿Se van a espesar con las soluciones o realmente harán algo concreto para sacar adelante al país?
La Escuela de Ciencias de la Administración de la UNED está diciendo que gracias al buen manejo de las zonas francas y al perfeccionamiento activo, hemos logrado aguantarnos bastante bien frente a las cosas raras que está pasando afuera. Pa' que se hagan una idea, Estados Unidos está poniendo sus chinches por todos lados, pero nosotros le damos, vamos sorteando la jugada.
Federico Quesada, el jefe de la ECA, explica que estamos aprovechando las nuevas facilidades que tenemos, especialmente para mandar pa’ fuera esos aparatitos médicos que tanto nos dan morrocotudo. Aunque claro, ahí viene el gran ‘pero’: si Estados Unidos decide echarnos piedritas al camino, todo esto se va al traste rapidito. ¡Qué sal!
A pesar de todo, la cosa pinta decente. El dólar sigue jugando cerca de los ¢500 –eso siempre nos da un respiro– y parece que el Banco Central piensa bajar un tantito la tasa de interés para darle más impulso a la cosa. Un pequeño empujoncito, diay.
Y hablando de dinero, la inflación está bajísima, casi imperceptible, alrededor del 0,2%. Suena chévere, pero también puede significar que la producción anda lenta y que algunos maes andan buscando chamba. Necesitamos reactivar la máquina, ¿me entienden?
Además, el panorama mundial se ve un poco más tranquilo. Las guerras allá lejos parecen estar calmándose y el precio del petróleo no nos está matando. Eso ayuda, porque nos quita un peso de encima, y en tiempos de crisis, hasta la brisa se agradece.
Pero no nos pongamos a bailar marimba todavía. Según los expertos, tenemos que ponernos las pilas con varias cosas urgentes. La infraestructura está hecha jeje, los caminos son puro hueco y eso frena todo. La seguridad tampoco anda muy bien, los turistas andan con el corazón en la boca y eso nadie quiere. Y la educación, ¡ay la educación!, necesita una inyección de realidad y tecnología para que nuestros jóvenes puedan competir en el mundo.
En resumen, cerramos el año con buenas notas, sí, pero con una lista larga de pendientes que no podemos seguir ignorando. Tenemos que invertir en infraestructura, mejorar la seguridad y darle una mano más grande a la educación para que Costa Rica pueda crecer de verdad, no solo en números, sino en calidad de vida para todos. Ahora dime tú, ¿crees que el Gobierno está haciendo lo suficiente para resolver estos problemas o qué? ¿Se van a espesar con las soluciones o realmente harán algo concreto para sacar adelante al país?
