¡Echa pues! Parece que la cosa se nos está poniendo un poquito diferente en el brete económico del país. El Banco Central soltó la bomba ayer: el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) le dio una bajadita al ritmo, quedando en 4,6%. No es drama, pero sí una señal de que estamos ajustando el cinturón, ¿me entienden?
Lo que pasa es que los llamados 'regímenes especiales' – esos que siempre dan tela porque tienen deditos – después de haber andado a toda marcha en septiembre creciendo casi un 15%, ahora se relajaron un poquito y llegaron al 15%. Nada alarmante, vamos, pero ya no son los únicos que están jalando del carro.
Estos regímenes, con manufactura a la cabeza, aparte de los servicios informáticos y de consultoría empresarial, siguen siendo importantísimos, representan casi la mitad del crecimiento total del IMAE. Pero ojo, hace un mes eran más del 55%. Imagínate, la diferencia es bastante, chavón. Eso demuestra que la dependencia que tenemos en ellos puede ser un dolor de cabeza si no cuidamos la vara.
Pero ni todo es ‘qué sal’. El famoso régimen definitivo, el que afecta a la mayoría de nosotros, se puso pilas y creció un 2,6% en octubre, un poquito más que en septiembre. Esto significa que sectores como los servicios profesionales, la educación, la salud, el transporte, hasta las finanzas, están tirando pa’ arriba. Aunque, la verdad, todavía anda buscando su ritmo normal, porque la construcción privada no residencial y la agricultura están dando batalla por las inclemencias del clima.
Para ponerle pausa al asunto, los expertos explican que esto es parte del juego. Como dicen por ahí, “todo cambia menos el cambio”. La economía se mantiene estable, sí, pero ahora la fuerza viene más de adentro del país, más de nosotros, que del vaivén de la economía global. Ahora tenemos que ver cómo aprovechar esta oportunidad para fortalecer lo nuestro, ¿no creen?
Y hablando de oportunidades, uno se pregunta qué tan preparado estamos para este nuevo panorama. Porque vamos, si dependemos tanto de los regímenes especiales, cualquier sacudida externa nos puede afectar bastante. Tenemos que apostar por diversificar nuestra economía, crear más empleos dignos y fortalecer los sectores internos.
Además, no podemos ignorar la importancia de la inversión en innovación y tecnología. El mundo está cambiando rapidísimo y si nos quedamos rezagados, vamos a perder terreno. Hay que apoyar a las pequeñas y medianas empresas, facilitarles el acceso a créditos y capacitarlos para que puedan competir en el mercado global. ¡A darle con ganas, mae!
Con este panorama, queda claro que la economía tica está en un momento crucial. Se ha visto un cambio importante en los factores que impulsan el crecimiento, y ahora toca analizar si estas nuevas dinámicas son sostenibles a largo plazo. Considerando todas estas variables, ¿cree usted que el gobierno está tomando las medidas correctas para asegurar un crecimiento económico sólido y equitativo en Costa Rica, o deberíamos estar preocupados por un posible estancamiento en el futuro?
Lo que pasa es que los llamados 'regímenes especiales' – esos que siempre dan tela porque tienen deditos – después de haber andado a toda marcha en septiembre creciendo casi un 15%, ahora se relajaron un poquito y llegaron al 15%. Nada alarmante, vamos, pero ya no son los únicos que están jalando del carro.
Estos regímenes, con manufactura a la cabeza, aparte de los servicios informáticos y de consultoría empresarial, siguen siendo importantísimos, representan casi la mitad del crecimiento total del IMAE. Pero ojo, hace un mes eran más del 55%. Imagínate, la diferencia es bastante, chavón. Eso demuestra que la dependencia que tenemos en ellos puede ser un dolor de cabeza si no cuidamos la vara.
Pero ni todo es ‘qué sal’. El famoso régimen definitivo, el que afecta a la mayoría de nosotros, se puso pilas y creció un 2,6% en octubre, un poquito más que en septiembre. Esto significa que sectores como los servicios profesionales, la educación, la salud, el transporte, hasta las finanzas, están tirando pa’ arriba. Aunque, la verdad, todavía anda buscando su ritmo normal, porque la construcción privada no residencial y la agricultura están dando batalla por las inclemencias del clima.
Para ponerle pausa al asunto, los expertos explican que esto es parte del juego. Como dicen por ahí, “todo cambia menos el cambio”. La economía se mantiene estable, sí, pero ahora la fuerza viene más de adentro del país, más de nosotros, que del vaivén de la economía global. Ahora tenemos que ver cómo aprovechar esta oportunidad para fortalecer lo nuestro, ¿no creen?
Y hablando de oportunidades, uno se pregunta qué tan preparado estamos para este nuevo panorama. Porque vamos, si dependemos tanto de los regímenes especiales, cualquier sacudida externa nos puede afectar bastante. Tenemos que apostar por diversificar nuestra economía, crear más empleos dignos y fortalecer los sectores internos.
Además, no podemos ignorar la importancia de la inversión en innovación y tecnología. El mundo está cambiando rapidísimo y si nos quedamos rezagados, vamos a perder terreno. Hay que apoyar a las pequeñas y medianas empresas, facilitarles el acceso a créditos y capacitarlos para que puedan competir en el mercado global. ¡A darle con ganas, mae!
Con este panorama, queda claro que la economía tica está en un momento crucial. Se ha visto un cambio importante en los factores que impulsan el crecimiento, y ahora toca analizar si estas nuevas dinámicas son sostenibles a largo plazo. Considerando todas estas variables, ¿cree usted que el gobierno está tomando las medidas correctas para asegurar un crecimiento económico sólido y equitativo en Costa Rica, o deberíamos estar preocupados por un posible estancamiento en el futuro?
