El compromiso serio...
Autor: Silomon Tolomeo Alpizar
Un compa me envió este email, me dijo que era de un profesor ques e gano el cariño de cierta parte de la población universitaria de la U Latina, si la del compromiso serio... Me vi en la obligación de publicarlo... y uds estimados lectores, etsán al igualq ue yo en la obligación de spamearlo, hacerlo llegar a China, denunciar los atropellos que se sufre en estos lugares, donde se jactan de tener los mejores profesores del planeta, y para nadie es un secreto que les pagan salarios miserables! Y tras de eso los hechan como si fueran caca de perro.
_____________________________________
A quienes me han enseñado tanto:
Desde que recibí mi notificación de despido ilegal de la empresa Universidad Latina, S.A. he recibido muestras de afecto y solidaridad que me han conmovido muchísimo y me han permitido poner en perspectiva los hechos.
Más allá del dolor que siento frente al abuso del que he sido objeto, los mensajes permanentes de apoyo que he recibido de ustedes de forma directa o indirecta me llenan de tranquilidad y me dan la certeza de que he obrado bien.
Quiero contarles porqué creo que no podré continuar como su profesor.
Después de las manifestaciones y cartas que entregaron a las autoridades universitarias fui citado a conversar con el vicerrector de la Universidad. En dicha reunión, frente a mi abogada, el funcionario que firmó mi carta de despido, hizo alusiones directas a la forma en que ustedes se manifestaron sobre el caso y de cómo los argumentos que se usaron para mi cese eran en realidad elementos que estaban fuera de contexto. Incluso se disculpó en reiteradas ocasiones y me pidió que siguiera en la Universidad.
Le quedó claro que en mis clases se defiende a la mujer como ser humano y no se la reivindica como objeto. Gracias a sus intervenciones se hizo evidente que, además de la disciplina, me preocupo porque las clases sean amenas y que de la misma forma que se hacen bromas para un lado, se hacen para el otro sin faltarnos el respeto con el fin de crear un
ambiente de trabajo sano.
En dicha reunión el Sr. Walter Bolaños y yo llegamos a un pacto de caballeros. Dicho pacto consistía en que, a partir de una propuesta de reinstalación y resarcimiento, la Universidad me reinstalaría como profesor luego de haber cumplido con una serie de formalidades que limpiarían mi nombre ensuciado por la forma burda y calumniosa en la que fui despedido. El resultado sería que yo me reincorporaría a dar clases, al menos para terminar el cuatrimestre. La respuesta, que nunca llegó, me sería comunicada entre el jueves y el viernes de la semana pasada.
Sin embargo, recién el lunes 12 de noviembre a las 4:48 PM cuando la posibilidad de que me reincorporara a dar clases de Teoría de la Comunicación era casi imposible recibí la llamada de un abogado que dice representar a la Universidad (digo esto porque la forma indica que primero se llama al profesor y se le comunica como será el diálogo en adelante). El hace casi una semana dicho letrado le presentó a mi abogada una contrapropuesta que lesiona mi honor y hace más bizarro este episodio.
De hecho, desde ese lunes ya había profesores substitutos lo que claramente demuestra que la Universidad no tiene la más mínima intención de permitir que continúe como su profesor, porque de lo contrario habría negociado conmigo desde el jueves.
He querido contarles todo lo anterior porque es lo menos que se merecen por la forma tan digna en que se han manifestado respecto de lo sucedido.
Ustedes, con su actitud, han demostrado que quieren aprender, más allá del título o la simple aprobación de un curso. Sinceramente deseo que los profesores que están a cargo ahora de los cursos, puedan cumplir con esas expectativas y principios que defendieron tan dignamente frente a las autoridades universitarias. De la misma manera, tengan la mente abierta y denle la oportunidad de que les enseñen nuevas cosas. Un profesor es lo que enseña y, a veces, se necesita tiempo para asimilarlo.
En medio de las conversaciones y de la incertidumbre siempre hubo una certeza importante para mí que fue el aprecio que recibí en sus correos electrónicos o en los recados que me llegaron a través de terceros.
Creo haber respondido todos los mensajes que me mandaron y, si por ahí se me quedó alguno sin contestar, les pido mis más sinceras disculpas porque cada correo que recibí fue maravilloso (a pesar de las faltas de ortografía).
Tengo algunos trabajos de ustedes pendientes de ser calificados. Evidentemente, eso de ponerles una nota ya no es posible, pero me gustaría devolvérselos personalmente y decirles qué pienso (para no perder la costumbre), además de poder despedirme viéndoles a los ojos como corresponde. Escríbanme para ponernos de acuerdo.
Finalmente, (y no por eso menos importante) quiero agradecerles la gran lección de vida que me han dado. La forma espontánea, honesta y desinteresada en la que reaccionaron me ha hecho ver la vida con esperanza. Decía el filósofo Jean Paul Sartre que "la esperanza es la certeza de que algo va a suceder", hoy tengo la certeza de que no estoy solo en la defensa de ciertos principios y que gente como ustedes construirá un mundo más justo y digno, un lugar en el que valga la pena vivir.
Por favor, no se olviden de lo que han hecho, no por mí, sino por ustedes mismos y mismas. Recuerden como, sin tener miedo, se enfrentaron a la arbitrariedad y le demostraron que ustedes son mejor que eso.
Les deseo lo mejor y nos vemos en la vida. Besos, abrazos y otras muestras de afecto.
S.B.Y ud que putas opina?
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Fuente: [ Silomón Tolomeo Alpizar ]
Autor: Silomon Tolomeo Alpizar
Un compa me envió este email, me dijo que era de un profesor ques e gano el cariño de cierta parte de la población universitaria de la U Latina, si la del compromiso serio... Me vi en la obligación de publicarlo... y uds estimados lectores, etsán al igualq ue yo en la obligación de spamearlo, hacerlo llegar a China, denunciar los atropellos que se sufre en estos lugares, donde se jactan de tener los mejores profesores del planeta, y para nadie es un secreto que les pagan salarios miserables! Y tras de eso los hechan como si fueran caca de perro.
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A quienes me han enseñado tanto:
Desde que recibí mi notificación de despido ilegal de la empresa Universidad Latina, S.A. he recibido muestras de afecto y solidaridad que me han conmovido muchísimo y me han permitido poner en perspectiva los hechos.
Más allá del dolor que siento frente al abuso del que he sido objeto, los mensajes permanentes de apoyo que he recibido de ustedes de forma directa o indirecta me llenan de tranquilidad y me dan la certeza de que he obrado bien.
Quiero contarles porqué creo que no podré continuar como su profesor.
Después de las manifestaciones y cartas que entregaron a las autoridades universitarias fui citado a conversar con el vicerrector de la Universidad. En dicha reunión, frente a mi abogada, el funcionario que firmó mi carta de despido, hizo alusiones directas a la forma en que ustedes se manifestaron sobre el caso y de cómo los argumentos que se usaron para mi cese eran en realidad elementos que estaban fuera de contexto. Incluso se disculpó en reiteradas ocasiones y me pidió que siguiera en la Universidad.
Le quedó claro que en mis clases se defiende a la mujer como ser humano y no se la reivindica como objeto. Gracias a sus intervenciones se hizo evidente que, además de la disciplina, me preocupo porque las clases sean amenas y que de la misma forma que se hacen bromas para un lado, se hacen para el otro sin faltarnos el respeto con el fin de crear un
ambiente de trabajo sano.
En dicha reunión el Sr. Walter Bolaños y yo llegamos a un pacto de caballeros. Dicho pacto consistía en que, a partir de una propuesta de reinstalación y resarcimiento, la Universidad me reinstalaría como profesor luego de haber cumplido con una serie de formalidades que limpiarían mi nombre ensuciado por la forma burda y calumniosa en la que fui despedido. El resultado sería que yo me reincorporaría a dar clases, al menos para terminar el cuatrimestre. La respuesta, que nunca llegó, me sería comunicada entre el jueves y el viernes de la semana pasada.
Sin embargo, recién el lunes 12 de noviembre a las 4:48 PM cuando la posibilidad de que me reincorporara a dar clases de Teoría de la Comunicación era casi imposible recibí la llamada de un abogado que dice representar a la Universidad (digo esto porque la forma indica que primero se llama al profesor y se le comunica como será el diálogo en adelante). El hace casi una semana dicho letrado le presentó a mi abogada una contrapropuesta que lesiona mi honor y hace más bizarro este episodio.
De hecho, desde ese lunes ya había profesores substitutos lo que claramente demuestra que la Universidad no tiene la más mínima intención de permitir que continúe como su profesor, porque de lo contrario habría negociado conmigo desde el jueves.
He querido contarles todo lo anterior porque es lo menos que se merecen por la forma tan digna en que se han manifestado respecto de lo sucedido.
Ustedes, con su actitud, han demostrado que quieren aprender, más allá del título o la simple aprobación de un curso. Sinceramente deseo que los profesores que están a cargo ahora de los cursos, puedan cumplir con esas expectativas y principios que defendieron tan dignamente frente a las autoridades universitarias. De la misma manera, tengan la mente abierta y denle la oportunidad de que les enseñen nuevas cosas. Un profesor es lo que enseña y, a veces, se necesita tiempo para asimilarlo.
En medio de las conversaciones y de la incertidumbre siempre hubo una certeza importante para mí que fue el aprecio que recibí en sus correos electrónicos o en los recados que me llegaron a través de terceros.
Creo haber respondido todos los mensajes que me mandaron y, si por ahí se me quedó alguno sin contestar, les pido mis más sinceras disculpas porque cada correo que recibí fue maravilloso (a pesar de las faltas de ortografía).
Tengo algunos trabajos de ustedes pendientes de ser calificados. Evidentemente, eso de ponerles una nota ya no es posible, pero me gustaría devolvérselos personalmente y decirles qué pienso (para no perder la costumbre), además de poder despedirme viéndoles a los ojos como corresponde. Escríbanme para ponernos de acuerdo.
Finalmente, (y no por eso menos importante) quiero agradecerles la gran lección de vida que me han dado. La forma espontánea, honesta y desinteresada en la que reaccionaron me ha hecho ver la vida con esperanza. Decía el filósofo Jean Paul Sartre que "la esperanza es la certeza de que algo va a suceder", hoy tengo la certeza de que no estoy solo en la defensa de ciertos principios y que gente como ustedes construirá un mundo más justo y digno, un lugar en el que valga la pena vivir.
Por favor, no se olviden de lo que han hecho, no por mí, sino por ustedes mismos y mismas. Recuerden como, sin tener miedo, se enfrentaron a la arbitrariedad y le demostraron que ustedes son mejor que eso.
Les deseo lo mejor y nos vemos en la vida. Besos, abrazos y otras muestras de afecto.
S.B.Y ud que putas opina?
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Fuente: [ Silomón Tolomeo Alpizar ]
