Diay, maes, a veces uno lee las noticias y siente que la cosa está color de hormiga, ¿verdad? Pero de vez en cuando, el OIJ se apunta un golaso que le devuelve a uno la fe en el sistema. Y la última movida que se jalaron en Alajuela es de esas que uno cuenta con gusto: una especie de "pague uno, lleve dos" pero en versión judicial, donde los que pagaron fueron los que andaban en malos pasos.
Vamos al meollo del asunto. Resulta que los agentes judiciales le andaban siguiendo la pista a un mae de apellido Mora, de 25 años. A este muchacho, al parecer, le gustaba lo ajeno, pero no cualquier chunche: lo de él eran los contenedores. Específicamente, se le achaca el robo de uno el pasado 28 de junio en Río Segundo de Alajuela. Imagínense la escena, 5 de la mañana y el tipo se manda con un contenedor completo, que para colmo iba cargado con mercadería para un supermercado. ¿Qué llevaría? ¿Salsita Lizano, birras, galletas Chiky? Quién sabe, pero la vara es que el contenedor desapareció y Mora, supuestamente, lo llevó a esconder a un predio en Heredia.
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante y demuestra que el brete policial es de paciencia. El OIJ no se quedó de brazos cruzados. Se pusieron a investigar, a atar cabos, y el 18 de julio cayeron al predio ese en Heredia. ¡Y bingo! Ahí estaba el contenedor. Con la evidencia recolectada, ya tenían todo para vincular a Mora con el robo. No fue de la noche a la mañana, pero el trabajo de hormiga dio frutos. ¡Qué carga el brete del OIJ cuando se ponen las pilas! Porque no es solo encontrar el chereque robado, es armar un caso sólido para que el sospechoso no se les vaya de las manos en dos días.
Flash forward a este martes por la noche en Montecillos de Alajuela. El OIJ, ya con la orden de captura en mano, le cae a Mora. Fin de la historia, ¿no? ¡Pues no! Resulta que Mora no andaba solo. Estaba con un compa de apellido Bolaños, de 40 años. Por puro protocolo, los agentes le pidieron los papeles y, ¡sorpresa! Bolaños también tenía su propia orden de captura pendiente por simulación de delito, girada desde Cartago. O sea, ¡qué sal para los dos maes! Uno por fin cae por su fechoría y el otro, por andar con quien no debía, terminó en la misma patrulla. Me imagino la cara de Bolaños pensando en la torta que se jaló al salir a pasear con su amigo el buscado.
Al final del día, los dos terminaron a las órdenes del Ministerio Público, que ahora tiene la pelota en su cancha para definir qué pasa con ellos. Esta captura es un pequeño gane en la lucha contra el robo de carga, un delito que nos afecta a todos porque encarece los productos. Es una buena noticia que nos recuerda que, aunque a veces no lo parezca, sí se está haciendo el trabajo para sacar a esta gente de las calles.
Ahora, la pregunta para el foro es inevitable, maes: ¿Creen que estos golpes del OIJ son suficientes para desmotivar a las bandas organizadas, o esto es apenas una gotita en un mar de crimen? ¿Qué tan efectiva ven la justicia una vez que los casos llegan al Ministerio Público?
Vamos al meollo del asunto. Resulta que los agentes judiciales le andaban siguiendo la pista a un mae de apellido Mora, de 25 años. A este muchacho, al parecer, le gustaba lo ajeno, pero no cualquier chunche: lo de él eran los contenedores. Específicamente, se le achaca el robo de uno el pasado 28 de junio en Río Segundo de Alajuela. Imagínense la escena, 5 de la mañana y el tipo se manda con un contenedor completo, que para colmo iba cargado con mercadería para un supermercado. ¿Qué llevaría? ¿Salsita Lizano, birras, galletas Chiky? Quién sabe, pero la vara es que el contenedor desapareció y Mora, supuestamente, lo llevó a esconder a un predio en Heredia.
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante y demuestra que el brete policial es de paciencia. El OIJ no se quedó de brazos cruzados. Se pusieron a investigar, a atar cabos, y el 18 de julio cayeron al predio ese en Heredia. ¡Y bingo! Ahí estaba el contenedor. Con la evidencia recolectada, ya tenían todo para vincular a Mora con el robo. No fue de la noche a la mañana, pero el trabajo de hormiga dio frutos. ¡Qué carga el brete del OIJ cuando se ponen las pilas! Porque no es solo encontrar el chereque robado, es armar un caso sólido para que el sospechoso no se les vaya de las manos en dos días.
Flash forward a este martes por la noche en Montecillos de Alajuela. El OIJ, ya con la orden de captura en mano, le cae a Mora. Fin de la historia, ¿no? ¡Pues no! Resulta que Mora no andaba solo. Estaba con un compa de apellido Bolaños, de 40 años. Por puro protocolo, los agentes le pidieron los papeles y, ¡sorpresa! Bolaños también tenía su propia orden de captura pendiente por simulación de delito, girada desde Cartago. O sea, ¡qué sal para los dos maes! Uno por fin cae por su fechoría y el otro, por andar con quien no debía, terminó en la misma patrulla. Me imagino la cara de Bolaños pensando en la torta que se jaló al salir a pasear con su amigo el buscado.
Al final del día, los dos terminaron a las órdenes del Ministerio Público, que ahora tiene la pelota en su cancha para definir qué pasa con ellos. Esta captura es un pequeño gane en la lucha contra el robo de carga, un delito que nos afecta a todos porque encarece los productos. Es una buena noticia que nos recuerda que, aunque a veces no lo parezca, sí se está haciendo el trabajo para sacar a esta gente de las calles.
Ahora, la pregunta para el foro es inevitable, maes: ¿Creen que estos golpes del OIJ son suficientes para desmotivar a las bandas organizadas, o esto es apenas una gotita en un mar de crimen? ¿Qué tan efectiva ven la justicia una vez que los casos llegan al Ministerio Público?