¡Ay, Dios mío! Resulta que el famoso plan de sectorización de buses en San José, ese que llevamos dando vueltas desde hace más de veinte años, sigue siendo un chunche que nadie sabe cómo manejar. Ya parece broma, pero seguimos buscando soluciones para un problema que debería haber tenido arreglo hace tiempo. La verdad, qué pena ajena, porque uno piensa, ‘¿hasta cuándo vamos a estar así?’”
Parece que estamos impulsando un sistema de transporte público a ciegas, sin tener claro si realmente va a funcionar. Las autoridades, tanto del Consejo de Transporte Público (CTP) como de la Aresep, tienen más preguntas que respuestas. Más que otra cosa, da la impresión de que estamos remendando el techo mientras la casa se hunde.
Paolo Varela, el intendente de Transportes de la Aresep, lo dijo clarito: “Seguimos anclados a una conceptualización que, a ciencia cierta y técnicamente, no tenemos los elementos suficientes para saber si es la solución”. ¡Boom! Golazo directo al corazón del asunto. Parece que nos aferramos a ideas viejas sin querer admitir que ya no sirven para nada.”
Si nos remontamos a los inicios, la idea era cambiar la forma en que circulan los buses. Ahora, el sistema es radial, todos van al centro y luego regresan. Un verdadero despilfarro de tiempo y recursos. La propuesta era que solo algunas rutas entraran al centro con buses más grandes y frecuentes, mientras que en cada sector habría rutas locales conectando barrios y llevando a las personas a terminales principales. Suena bien en teoría, ¿verdad?
Pero Rafael Herrera, el director ejecutivo del CTP, también echó balones fuera. Según él, el plan “tenía fuertes fundamentos técnicos” en su momento, pero ahora “hay que revisarla con cuidado a ver si esta responde a los planes actuales”. O sea, que básicamente están diciendo que quizás se equivocaron desde el principio. ¡Qué sal! Uno esperaría un poco más de seguridad en las decisiones, pero bueno, ¿qué le vamos a hacer?”
Ahora quieren tirar planes piloto en algunos sectores, empezando por Tibás-Santo Domingo. Pero ahí vienen los líos: la Aresep tiene que modificar la metodología de tarifas y el CTP tiene que resolver quién se hará cargo de las rutas en esa área. ¡Una maraña burocrática digna de verse en cualquier comedia!” Además, Lanamme, las cámaras del sector y la Aresep están de acuerdo en que la velocidad es crucial. Si los buses siguen atorados en la Presa, el plan se irá al traste, ni modo.
Y hablando de dinero, la sostenibilidad económica es otro tema importante. El CTP quiere asegurarse de que las empresas no se quiebren con este nuevo sistema. Como dice el funcionario, “Lo menos que queremos es mandar a empresas a quebrar. Tenemos que evaluar muy bien la sostenibilidad económica en un nuevo sistema”. Eso sí es pensar en el futuro, aunque lleguemos tarde a la fiesta, diay.
En fin, la historia del plan de buses es un brete que parece no tener final. Entre dudas, trámites y preocupaciones económicas, el futuro del transporte público en San José sigue siendo una gran incógnita. ¿Creen que alguna vez lograremos tener un sistema de transporte eficiente y confiable, o este plan seguirá dando vueltas como un trapo viejo? ¡Díganme qué piensan!
Parece que estamos impulsando un sistema de transporte público a ciegas, sin tener claro si realmente va a funcionar. Las autoridades, tanto del Consejo de Transporte Público (CTP) como de la Aresep, tienen más preguntas que respuestas. Más que otra cosa, da la impresión de que estamos remendando el techo mientras la casa se hunde.
Paolo Varela, el intendente de Transportes de la Aresep, lo dijo clarito: “Seguimos anclados a una conceptualización que, a ciencia cierta y técnicamente, no tenemos los elementos suficientes para saber si es la solución”. ¡Boom! Golazo directo al corazón del asunto. Parece que nos aferramos a ideas viejas sin querer admitir que ya no sirven para nada.”
Si nos remontamos a los inicios, la idea era cambiar la forma en que circulan los buses. Ahora, el sistema es radial, todos van al centro y luego regresan. Un verdadero despilfarro de tiempo y recursos. La propuesta era que solo algunas rutas entraran al centro con buses más grandes y frecuentes, mientras que en cada sector habría rutas locales conectando barrios y llevando a las personas a terminales principales. Suena bien en teoría, ¿verdad?
Pero Rafael Herrera, el director ejecutivo del CTP, también echó balones fuera. Según él, el plan “tenía fuertes fundamentos técnicos” en su momento, pero ahora “hay que revisarla con cuidado a ver si esta responde a los planes actuales”. O sea, que básicamente están diciendo que quizás se equivocaron desde el principio. ¡Qué sal! Uno esperaría un poco más de seguridad en las decisiones, pero bueno, ¿qué le vamos a hacer?”
Ahora quieren tirar planes piloto en algunos sectores, empezando por Tibás-Santo Domingo. Pero ahí vienen los líos: la Aresep tiene que modificar la metodología de tarifas y el CTP tiene que resolver quién se hará cargo de las rutas en esa área. ¡Una maraña burocrática digna de verse en cualquier comedia!” Además, Lanamme, las cámaras del sector y la Aresep están de acuerdo en que la velocidad es crucial. Si los buses siguen atorados en la Presa, el plan se irá al traste, ni modo.
Y hablando de dinero, la sostenibilidad económica es otro tema importante. El CTP quiere asegurarse de que las empresas no se quiebren con este nuevo sistema. Como dice el funcionario, “Lo menos que queremos es mandar a empresas a quebrar. Tenemos que evaluar muy bien la sostenibilidad económica en un nuevo sistema”. Eso sí es pensar en el futuro, aunque lleguemos tarde a la fiesta, diay.
En fin, la historia del plan de buses es un brete que parece no tener final. Entre dudas, trámites y preocupaciones económicas, el futuro del transporte público en San José sigue siendo una gran incógnita. ¿Creen que alguna vez lograremos tener un sistema de transporte eficiente y confiable, o este plan seguirá dando vueltas como un trapo viejo? ¡Díganme qué piensan!