Maes, hablemos en serio un toque sobre esa línea delgadita, casi invisible, entre un acto de gobierno y el banderazo de salida de una campaña electoral. Porque lo que vimos este fin de semana en Limón, con Laura Fernández y toda la plana mayor del partido de gobierno paseándose en un Consejo de Gobierno, huele a proselitismo pagado con nuestros impuestos desde aquí hasta la China. Diay, no sé si somos nosotros los malpensados o si es que ya la vara es tan descarada que se puede ver desde el espacio. Es que una cosa es gobernar y otra muy distinta es usar la plataforma del Estado como si fuera la tarima privada del partido. Y lo de Limón, francamente, fue un espectáculo de manual.
Porque vamos a ver, no era solo Laura Fernández la que "casualmente" andaba por allá. ¡Qué va! Era el combo completo del Pueblo Soberano. El secretario general y exministro Francisco Gamboa; Esmeralda Britton, la expresidenta de la JPS que ahora busca curul; y Osvaldo Artavia, el expresidente del Inder que va por la diputación limonense. Todos en primera fila, sonrientes para la foto, en un evento oficial del Ejecutivo. Y por si quedaba alguna duda del mensaje, no podía faltar la fotito de rigor de la candidata con el presidente Chaves. Un encuentro "breve", dicen, pero que en política grita más que mil palabras. Parece más un traspaso de mando simbólico que una gira para atender los problemas de la provincia.
Pero la cereza del pastel, el verdadero momento donde uno dice "¡qué despiche!", fue el video que la misma candidata subió a sus redes. Sin pena ni gloria, en medio de la gira "oficial", se mandó con un discurso de campaña en toda regla. ¡Pum! Promesas sobre la Marina de Limón, la terminal de cruceros y la seguridad. Mae, es el guion exacto que uno escucharía en cualquier mitin político, solo que esta vez el escenario, el sonido, la logística y hasta el cafecito lo pagamos usted y yo con nuestros impuestos. Ya ni siquiera se molestan en disimular. Es aprovecharse del puesto y de los recursos de todos para sacar una ventaja que a otros candidatos les cuesta un mundo conseguir. Es una falta de respeto al electorado y a la inteligencia de la gente.
Y para los que creen que esto fue un simple error, una torta de principiante, ¡nanai! Esta no es la primera vez que la candidata aparece como por arte de magia en actividades del Ejecutivo. Ya lo había hecho en una feria del IMAS en agosto. Es un patrón, un modus operandi que deja clarísimo que hay una estrategia para usar la maquinaria estatal como trampolín electoral. Y lo más irónico de todo este asunto es que mientras montan este show mediático, el partido es un zafarrancho por dentro. Tienen al menos tres recursos de amparo en el Tribunal Supremo de Elecciones por supuestas irregularidades en su Asamblea Nacional y hasta las candidaturas de Alajuela y Heredia suspendidas. O sea, la casa está en llamas, pero para la foto y la campaña con plata ajena, siempre hay campo. La coherencia, parece, se fue al traste hace rato.
Entonces, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. ¿Hasta qué punto vamos a seguir permitiendo esto? ¿Dónde están los límites entre la función de un gobierno y la promoción de sus herederos políticos? Pareciera que la ley electoral y la ética se han vuelto una simple sugerencia para algunos. La línea no solo se ha vuelto borrosa, sino que la borraron con ganas y hasta le pasaron el borrador por encima para que no quede rastro. Así que les pregunto a ustedes, gente pensante del foro: ¿Se está normalizando el "todo se vale" en la política tica o ya es hora de pegar un grito al cielo y exigir reglas claras y respeto por los fondos públicos?
Porque vamos a ver, no era solo Laura Fernández la que "casualmente" andaba por allá. ¡Qué va! Era el combo completo del Pueblo Soberano. El secretario general y exministro Francisco Gamboa; Esmeralda Britton, la expresidenta de la JPS que ahora busca curul; y Osvaldo Artavia, el expresidente del Inder que va por la diputación limonense. Todos en primera fila, sonrientes para la foto, en un evento oficial del Ejecutivo. Y por si quedaba alguna duda del mensaje, no podía faltar la fotito de rigor de la candidata con el presidente Chaves. Un encuentro "breve", dicen, pero que en política grita más que mil palabras. Parece más un traspaso de mando simbólico que una gira para atender los problemas de la provincia.
Pero la cereza del pastel, el verdadero momento donde uno dice "¡qué despiche!", fue el video que la misma candidata subió a sus redes. Sin pena ni gloria, en medio de la gira "oficial", se mandó con un discurso de campaña en toda regla. ¡Pum! Promesas sobre la Marina de Limón, la terminal de cruceros y la seguridad. Mae, es el guion exacto que uno escucharía en cualquier mitin político, solo que esta vez el escenario, el sonido, la logística y hasta el cafecito lo pagamos usted y yo con nuestros impuestos. Ya ni siquiera se molestan en disimular. Es aprovecharse del puesto y de los recursos de todos para sacar una ventaja que a otros candidatos les cuesta un mundo conseguir. Es una falta de respeto al electorado y a la inteligencia de la gente.
Y para los que creen que esto fue un simple error, una torta de principiante, ¡nanai! Esta no es la primera vez que la candidata aparece como por arte de magia en actividades del Ejecutivo. Ya lo había hecho en una feria del IMAS en agosto. Es un patrón, un modus operandi que deja clarísimo que hay una estrategia para usar la maquinaria estatal como trampolín electoral. Y lo más irónico de todo este asunto es que mientras montan este show mediático, el partido es un zafarrancho por dentro. Tienen al menos tres recursos de amparo en el Tribunal Supremo de Elecciones por supuestas irregularidades en su Asamblea Nacional y hasta las candidaturas de Alajuela y Heredia suspendidas. O sea, la casa está en llamas, pero para la foto y la campaña con plata ajena, siempre hay campo. La coherencia, parece, se fue al traste hace rato.
Entonces, aquí es donde la puerca tuerce el rabo. ¿Hasta qué punto vamos a seguir permitiendo esto? ¿Dónde están los límites entre la función de un gobierno y la promoción de sus herederos políticos? Pareciera que la ley electoral y la ética se han vuelto una simple sugerencia para algunos. La línea no solo se ha vuelto borrosa, sino que la borraron con ganas y hasta le pasaron el borrador por encima para que no quede rastro. Así que les pregunto a ustedes, gente pensante del foro: ¿Se está normalizando el "todo se vale" en la política tica o ya es hora de pegar un grito al cielo y exigir reglas claras y respeto por los fondos públicos?
