No hay duda alguna que todas las denominaciones Religiosas enseñan sobre un anhelo que alberga la mayoría de personas y este es una vida mejor o vida Eterna. Una gran mayoría de cristianos tienen una esperanza de vivir en los cielos otros tienen la esperanza de vivir aquí en la tierra. Que enseña la biblia al respecto?
Desde un principio, la Tierra estuvo estrechamente ligada al propósito de Dios para la humanidad. “En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos —escribió el salmista—, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres.” (Salmo 115:16.) Como vemos, el propósito de Dios para los seres humanos estaba vinculado a la Tierra y no al cielo. La comisión que Jehová dio a nuestros primeros padres fue que extendieran el jardín de Edén a todo el planeta (Génesis 1:2 8. Y sabemos que ese propósito no era temporal, pues Jehová afirma en su Palabra que la Tierra nunca dejará de existir. “Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido.” (Eclesiastés 1:4; 1 Crónicas 16:30; Isaías 45:1 8.)
La salvación que Dios ofrece abre el camino a dos destinos: el cielo y la Tierra. Este hecho se refleja en una visión del apóstol Juan en la que contempló reyes que estaban sentados en tronos celestiales y que habían sido elegidos de entre los discípulos fieles de Jesús. La Biblia especifica que estos “han de reinar sobre la tierra” junto con Cristo (Revelación 5:9, 10). Observe que el cumplimiento del propósito de Dios tiene dos facetas: un Reino celestial en manos de Jesucristo y los reyes que lo acompañan, y una Tierra restaurada sobre la que ellos gobernarán. Como vemos, Jehová ha hecho todos estos preparativos para que la Tierra se convierta finalmente en el Paraíso que se había propuesto.
En la oración del padrenuestro, Jesús instó a sus discípulos a pedir que la voluntad de Dios se hiciera “como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10). ¿Tendrían sentido estas palabras si la Tierra desapareciera o fuera solo una representación simbólica del cielo? ¿Serían lógicas si todas las personas justas fueran a ir al cielo? La voluntad de Dios para la Tierra se expone claramente en las Escrituras, desde el relato de la creación hasta las visiones del libro de Apocalipsis. En efecto, este planeta se convertirá en lo que su Creador se había propuesto: en un paraíso. Esa es la voluntad que él promete llevar a cabo, y todos sus siervos fieles en la Tierra oran para que se cumpla.
¿A cuántos les ofrece la Biblia la esperanza de vida celestial?
Luc. 12:32: “No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.”
Rev. 14:1-3: “Vi, y, ¡miren! el Cordero [Jesucristo] de pie sobre el monte Sión [en el cielo; véase Hebreos 12:22-24], y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escrito en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. [...] Y están cantando como si fuera una canción nueva [...] y nadie pudo aprender esa canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra.”
Qué harán en el cielo los que vayan allí?
Rev. 20:6: “Serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.” (También Daniel 7:27.)
1 Cor. 6:2: “¿[...] no saben ustedes que los santos juzgarán al mundo?”
¿Pero los que pasara con los que quedan en la tierra? la biblia promete un SIN FIN DE BENDICONES:
(Revelación 21:4) Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
(Isaías 35:6) En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica.
(Isaías 35:5) En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados.
(Juan 5:28, 29) Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán[…]
(Isaías 33:24) Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”.
(Salmo 72:16) Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia. El fruto de él será como en el Líbano, y los que son de la ciudad florecerán como la vegetación de la tierra.
Entre muchas Otras…
(Isaías 45:18 ) Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios [verdadero], el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.
Desde un principio, la Tierra estuvo estrechamente ligada al propósito de Dios para la humanidad. “En cuanto a los cielos, a Jehová pertenecen los cielos —escribió el salmista—, pero la tierra la ha dado a los hijos de los hombres.” (Salmo 115:16.) Como vemos, el propósito de Dios para los seres humanos estaba vinculado a la Tierra y no al cielo. La comisión que Jehová dio a nuestros primeros padres fue que extendieran el jardín de Edén a todo el planeta (Génesis 1:2 8. Y sabemos que ese propósito no era temporal, pues Jehová afirma en su Palabra que la Tierra nunca dejará de existir. “Una generación se va, y una generación viene; pero la tierra subsiste aun hasta tiempo indefinido.” (Eclesiastés 1:4; 1 Crónicas 16:30; Isaías 45:1 8.)
La salvación que Dios ofrece abre el camino a dos destinos: el cielo y la Tierra. Este hecho se refleja en una visión del apóstol Juan en la que contempló reyes que estaban sentados en tronos celestiales y que habían sido elegidos de entre los discípulos fieles de Jesús. La Biblia especifica que estos “han de reinar sobre la tierra” junto con Cristo (Revelación 5:9, 10). Observe que el cumplimiento del propósito de Dios tiene dos facetas: un Reino celestial en manos de Jesucristo y los reyes que lo acompañan, y una Tierra restaurada sobre la que ellos gobernarán. Como vemos, Jehová ha hecho todos estos preparativos para que la Tierra se convierta finalmente en el Paraíso que se había propuesto.
En la oración del padrenuestro, Jesús instó a sus discípulos a pedir que la voluntad de Dios se hiciera “como en el cielo, también sobre la tierra” (Mateo 6:9, 10). ¿Tendrían sentido estas palabras si la Tierra desapareciera o fuera solo una representación simbólica del cielo? ¿Serían lógicas si todas las personas justas fueran a ir al cielo? La voluntad de Dios para la Tierra se expone claramente en las Escrituras, desde el relato de la creación hasta las visiones del libro de Apocalipsis. En efecto, este planeta se convertirá en lo que su Creador se había propuesto: en un paraíso. Esa es la voluntad que él promete llevar a cabo, y todos sus siervos fieles en la Tierra oran para que se cumpla.
¿A cuántos les ofrece la Biblia la esperanza de vida celestial?
Luc. 12:32: “No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.”
Rev. 14:1-3: “Vi, y, ¡miren! el Cordero [Jesucristo] de pie sobre el monte Sión [en el cielo; véase Hebreos 12:22-24], y con él ciento cuarenta y cuatro mil que tienen escrito en sus frentes el nombre de él y el nombre de su Padre. [...] Y están cantando como si fuera una canción nueva [...] y nadie pudo aprender esa canción sino los ciento cuarenta y cuatro mil, que han sido comprados de la tierra.”
Qué harán en el cielo los que vayan allí?
Rev. 20:6: “Serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.” (También Daniel 7:27.)
1 Cor. 6:2: “¿[...] no saben ustedes que los santos juzgarán al mundo?”
¿Pero los que pasara con los que quedan en la tierra? la biblia promete un SIN FIN DE BENDICONES:
(Revelación 21:4) Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”.
(Isaías 35:6) En aquel tiempo el cojo trepará justamente como lo hace el ciervo, y la lengua del mudo clamará con alegría. Pues en el desierto habrán brotado aguas, y torrentes en la llanura desértica.
(Isaías 35:5) En aquel tiempo los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos mismos de los sordos serán destapados.
(Juan 5:28, 29) Todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán[…]
(Isaías 33:24) Y ningún residente dirá: “Estoy enfermo”.
(Salmo 72:16) Llegará a haber abundancia de grano en la tierra; en la cima de las montañas habrá sobreabundancia. El fruto de él será como en el Líbano, y los que son de la ciudad florecerán como la vegetación de la tierra.
Entre muchas Otras…
(Isaías 45:18 ) Porque esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios [verdadero], el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: “Yo soy Jehová, y no hay ningún otro.
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