¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos con las cositas en la UCR. Resulta que el Consejo Universitario tuvo que meterle mano al presupuesto, un verdadero lío pa' poder ponerse al día con los aguinaldos atrasados. Desde el 2020, los empleados andaban esperando este reconocimiento, y parece que por fin le van a dar, aunque sea a medias.
La movida es así: la universidad ha estado pagando estos incentivos salariales basados en la Ley de Finanzas Públicas, que fija unas cantidades nominales bastante bajas – 1,94% para profesionales y 2,54% para otros. Pero, ¡ojo!, la Convención Colectiva de Trabajo de la UCR dice otra cosa: un 3,75% anual. Esa diferencia, acumulada durante años, ha generado una deuda considerable.
Ahora, pa’ solucionar esto, la UCR va a hacer una reasignación interna de recursos, unos 22 millones de colones. De esos, casi 8 millones se destinarán al pago parcial de esta deuda acumulada. Según el Semanario Universidad, este ajuste se aplicará en diciembre y contempla el pago retroactivo desde el 2020. ¡Imagínate el alivio que sentirán algunos!
Pero claro, no todo es miel sobre hojuelas. El rector Carlos Araya ya había mencionado antes que todavía queda pendiente el tema del pago de la deuda relacionada con el escalafón administrativo. Eso sí que es un brete, porque esa vara es aún más complicada y podría dar más dolores de cabeza. Ojalá puedan resolverlo pronto, porque la moral de los trabajadores anda baja.
Lo interesante de todo esto es cómo se han manejado las cosas hasta ahora. Parece que hubo una falla en la comunicación entre las distintas instancias de la universidad, o quizás simplemente se dejó pasar el tiempo y la deuda fue creciendo sin control. Uno se pregunta qué tan seguido revisan estas convenciones colectivas y si realmente hay conciencia de las obligaciones laborales.
Y hablando de obligaciones, algunos analistas señalan que esta reasignación interna podría haber sido evitada si la UCR hubiera administrado mejor sus recursos desde el principio. ¡Qué carga tener que recurrir a estas medidas correctivas! Es como ir al médico cuando ya estás grave, en lugar de prevenir la enfermedad.
No obstante, hay que darle crédito a la administración actual por intentar solucionar el problema. Al final del día, lo importante es que los empleados reciban lo que les corresponde y se recupere la confianza en la institución. Después de todo, ellos son quienes hacen funcionar la UCR y merecen un trato justo.
Esta jugada de la UCR nos hace reflexionar sobre la importancia de cumplir con las obligaciones laborales y financieras. ¿Creen ustedes que esta reasignación será suficiente para solucionar todos los problemas pendientes relacionados con las anualidades y el escalafón administrativo, o deberemos esperar nuevas sorpresas en el futuro?
La movida es así: la universidad ha estado pagando estos incentivos salariales basados en la Ley de Finanzas Públicas, que fija unas cantidades nominales bastante bajas – 1,94% para profesionales y 2,54% para otros. Pero, ¡ojo!, la Convención Colectiva de Trabajo de la UCR dice otra cosa: un 3,75% anual. Esa diferencia, acumulada durante años, ha generado una deuda considerable.
Ahora, pa’ solucionar esto, la UCR va a hacer una reasignación interna de recursos, unos 22 millones de colones. De esos, casi 8 millones se destinarán al pago parcial de esta deuda acumulada. Según el Semanario Universidad, este ajuste se aplicará en diciembre y contempla el pago retroactivo desde el 2020. ¡Imagínate el alivio que sentirán algunos!
Pero claro, no todo es miel sobre hojuelas. El rector Carlos Araya ya había mencionado antes que todavía queda pendiente el tema del pago de la deuda relacionada con el escalafón administrativo. Eso sí que es un brete, porque esa vara es aún más complicada y podría dar más dolores de cabeza. Ojalá puedan resolverlo pronto, porque la moral de los trabajadores anda baja.
Lo interesante de todo esto es cómo se han manejado las cosas hasta ahora. Parece que hubo una falla en la comunicación entre las distintas instancias de la universidad, o quizás simplemente se dejó pasar el tiempo y la deuda fue creciendo sin control. Uno se pregunta qué tan seguido revisan estas convenciones colectivas y si realmente hay conciencia de las obligaciones laborales.
Y hablando de obligaciones, algunos analistas señalan que esta reasignación interna podría haber sido evitada si la UCR hubiera administrado mejor sus recursos desde el principio. ¡Qué carga tener que recurrir a estas medidas correctivas! Es como ir al médico cuando ya estás grave, en lugar de prevenir la enfermedad.
No obstante, hay que darle crédito a la administración actual por intentar solucionar el problema. Al final del día, lo importante es que los empleados reciban lo que les corresponde y se recupere la confianza en la institución. Después de todo, ellos son quienes hacen funcionar la UCR y merecen un trato justo.
Esta jugada de la UCR nos hace reflexionar sobre la importancia de cumplir con las obligaciones laborales y financieras. ¿Creen ustedes que esta reasignación será suficiente para solucionar todos los problemas pendientes relacionados con las anualidades y el escalafón administrativo, o deberemos esperar nuevas sorpresas en el futuro?