¡Ay, Dios mío! Aquí vamos de nuevo, con la Asamblea Legislativa mandándonos a freír churros. Resulta que el intento de trasladar esos eurobonos por mil millones de dólares se fue al traste, ¡de manera definitiva! Ya saben, la movida para aliviar un poco el brete económico, pero parece que algunos diputados prefirieron hacerle competencia al sol en calentamiento.
Para ponerles un poquito de contexto a los que andan desconectados, el gobierno necesitaba mover esas obligaciones financieras – la de 2024 para diciembre de 2025 y la de este año para el 2026– porque todavía faltan unos cuantos trámites para colocar los escáneres en el puerto. Todo esto era para cumplir con los requisitos internacionales, pero claro, la burocracia nuestra es pa’ morderse las uñas, y vaya que los diputados aprovecharon la oportunidad para meterle más leña al fuego.
El martes, la propuesta ya había quedado varada por falta de los votos necesarios – 38, para ser exactos. Pero en la sesión de este miércoles hubo una revuelta de proporciones… bueno, casi. Cuatro diputadas cambiaron su voto, entre ellas Vanessa Castro del PUSC, la independiente Gloria Navas, y las liberacionistas Carolina Delgado y Rosaura Méndez. Parecía que quizás, solo quizás, podríamos respirar tranquilos, pero el PLN, con su muralla de rechazo, lo impidió.
Y ahí salió el Presidente Chaves, con toda la artillería pesada. En la conferencia de prensa desde Casa Presidencial, apuntó directamente a los 18 legisladores que se opusieron. Incluso comentó, con evidente frustración, que sentía lástima por el voto de Delgado, a quien dice tener “en alta estima”. Uno se queda pensando, ¿será que estos señores realmente entienden el impacto que sus decisiones tienen en la vida del tico promedio?
Pero la cosa no terminó ahí. Delegados y Méndez, junto a Luis Fernando Mendoza y Paulina Ramírez – quienes estaban ausentes el martes– sí dieron luz verde al proyecto, desafiando la línea de bancada del PLN. Ramírez, con toda la razón del mundo, explicó que siempre estuvo a favor de los eurobonos y que les comunicó su postura a la fracción, la cual, inexplicablemente, decidió seguir jugando a ser aguafiestas. Dijo que conseguir financiamiento externo facilita el acceso a mejores condiciones en el financiamiento local, sino, “especularían y podrían aumentar las tasas de interés y cobrar un monto más alto”.
Y ahora llegamos a la parte más divertida – o frustrante, dependiendo cómo lo vea uno. Según fuentes, la mayoría de los legisladores verdiblancos se opusieron una vez más, sumados a varias diputadas independientes y Gilberto Campos del PLP. El ambiente debió estar cargadísimo, ¡una torta! Un verdadero champán de desacuerdos.
Y lo más ácido de todo fue la reacción del Presidente Chaves. No se guardó nada. Dijo textualmente que tener que recurrir al mercado local para pagar la deuda hará que suban las tasas de interés para todos, incluyendo a los que tienen créditos hipotecarios y prestamos prendarios. Incluso lanzó la frase: “Hasta los gota a gota se van a beneficiar de eso. Ni que fueran tontos, son delincuentes, pero tontos no son.” ¡Uy, qué puntillada! Cerró su discurso diciendo que los diputados “se cabrearon con Chaves y fueron a patear al bebé del vecino”.
En fin, la historia sigue sin final feliz. Parece que el país tendrá que apretarse el cinturón aún más. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que la oposición política está priorizando sus intereses personales sobre el bienestar general de Costa Rica, o simplemente tienen objeciones legítimas a la forma en que el gobierno maneja la economía? Dejenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan!
Para ponerles un poquito de contexto a los que andan desconectados, el gobierno necesitaba mover esas obligaciones financieras – la de 2024 para diciembre de 2025 y la de este año para el 2026– porque todavía faltan unos cuantos trámites para colocar los escáneres en el puerto. Todo esto era para cumplir con los requisitos internacionales, pero claro, la burocracia nuestra es pa’ morderse las uñas, y vaya que los diputados aprovecharon la oportunidad para meterle más leña al fuego.
El martes, la propuesta ya había quedado varada por falta de los votos necesarios – 38, para ser exactos. Pero en la sesión de este miércoles hubo una revuelta de proporciones… bueno, casi. Cuatro diputadas cambiaron su voto, entre ellas Vanessa Castro del PUSC, la independiente Gloria Navas, y las liberacionistas Carolina Delgado y Rosaura Méndez. Parecía que quizás, solo quizás, podríamos respirar tranquilos, pero el PLN, con su muralla de rechazo, lo impidió.
Y ahí salió el Presidente Chaves, con toda la artillería pesada. En la conferencia de prensa desde Casa Presidencial, apuntó directamente a los 18 legisladores que se opusieron. Incluso comentó, con evidente frustración, que sentía lástima por el voto de Delgado, a quien dice tener “en alta estima”. Uno se queda pensando, ¿será que estos señores realmente entienden el impacto que sus decisiones tienen en la vida del tico promedio?
Pero la cosa no terminó ahí. Delegados y Méndez, junto a Luis Fernando Mendoza y Paulina Ramírez – quienes estaban ausentes el martes– sí dieron luz verde al proyecto, desafiando la línea de bancada del PLN. Ramírez, con toda la razón del mundo, explicó que siempre estuvo a favor de los eurobonos y que les comunicó su postura a la fracción, la cual, inexplicablemente, decidió seguir jugando a ser aguafiestas. Dijo que conseguir financiamiento externo facilita el acceso a mejores condiciones en el financiamiento local, sino, “especularían y podrían aumentar las tasas de interés y cobrar un monto más alto”.
Y ahora llegamos a la parte más divertida – o frustrante, dependiendo cómo lo vea uno. Según fuentes, la mayoría de los legisladores verdiblancos se opusieron una vez más, sumados a varias diputadas independientes y Gilberto Campos del PLP. El ambiente debió estar cargadísimo, ¡una torta! Un verdadero champán de desacuerdos.
Y lo más ácido de todo fue la reacción del Presidente Chaves. No se guardó nada. Dijo textualmente que tener que recurrir al mercado local para pagar la deuda hará que suban las tasas de interés para todos, incluyendo a los que tienen créditos hipotecarios y prestamos prendarios. Incluso lanzó la frase: “Hasta los gota a gota se van a beneficiar de eso. Ni que fueran tontos, son delincuentes, pero tontos no son.” ¡Uy, qué puntillada! Cerró su discurso diciendo que los diputados “se cabrearon con Chaves y fueron a patear al bebé del vecino”.
En fin, la historia sigue sin final feliz. Parece que el país tendrá que apretarse el cinturón aún más. Ahora me pregunto, ¿creen ustedes que la oposición política está priorizando sus intereses personales sobre el bienestar general de Costa Rica, o simplemente tienen objeciones legítimas a la forma en que el gobierno maneja la economía? Dejenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensan!