¡Ay, mi gente! Aquí les va la nota caliente. Resulta que varios presidentes exprés de Costa Rica, ¡de todas las corrientes políticas!, se pusieron las pilas y dieron un golpe de timón a toda la discusión internacional que hay alrededor del tema del Presidente Chaves y el TSE. Dicen que nos quieren ver mal, pero tranquilos que la democracia tica sigue como piña.
El revuelo empezó porque varios políticos importantes de otros países comenzaron a cuestionar lo que está pasando aquí con el tema de levantarle la inmunidad al Presidente. Algunos estaban diciendo que esto era un ataque político, o peor aún, que ponía en peligro nuestra estabilidad democrática. ¡Imagínense el mamuche que se armó! Pero nuestros antiguos jefes de Estado dijeron: 'Calma, calma, que vamos a aclararles la jugada'.
Y vaya que lo hicieron. Lo primero que dejaron claro es que Costa Rica tiene unas leyes electorales súper particulares, construidas con sudor y lágrimas durante casi un siglo. Estas leyes buscan precisamente evitar que alguien se abuse del poder durante las elecciones, asegurando que todo sea limpio y transparente. Como dicen por ahí, queremos que las cosas estén a cachete, ¿verdad?
Uno de los puntos clave es que la Constitución exige que el Presidente y sus ministros sean totalmente imparciales durante los procesos electorales. Esto significa que no pueden meterse en política activa, excepto para ir a votar en secreto, obviamente. Es decir, que si te estás desempeñando como jerarca del gobierno, tienes que mantener la compostura y dejar que el TSE haga su trabajo. Esto ha sido así desde siempre, aplicándose a todos los gobiernos, sin excepciones. ¡Miren que no es novedad!
Ahora, para entender por qué interviene el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), hay que saber que esta institución es tan poderosa como nuestros poderes de la República –el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial–. Y responden directamente a la Constitución, ¿entienden?, no a nadie más. Ellos son quienes interpretan y dirigen todos los temas relacionados con las elecciones.
Después de recibir varias denuncias por parte de ciudadanos alegando que el Presidente Chaves estaba metiéndose en política cuando no debía, el TSE pidió a la Asamblea Legislativa que estudiara si se le levantaba o no su inmunidad. Este proceso, como explican los expresidentes, es súper riguroso: se analiza todo bajo estándares estrictos, el Presidente tiene derecho a defenderse y a presentar pruebas, y además, se necesita una votación calificada en el Congreso para evitar cualquier manipulación. ¡Más transparencia imposible!
Recordemos, mis queridos foreros, que Costa Rica tiene una democracia de las más antiguas e ininterrumpidas de América Latina. Además, nuestras elecciones son reconocidas por observadores internacionales desde hace más de seis décadas. Eso demuestra que tenemos un sistema electoral sólido y confiable. Pero ahora parece que algunos quieren hacernos creer otra cosa, ¡y eso no se lo vamos a permitir!
Así que, entre tanto ruido y tanta especulación, los expresidentes hacen un llamado a la prudencia a la comunidad internacional. Nos piden que no saquen conclusiones apresuradas basadas en información sesgada o rumores. Que esperen a ver cómo termina el proceso y que confíen en las instituciones de Costa Rica. Porque al final del día, somos nosotros los que debemos decidir nuestro futuro. Ahora dime, ¿crees que estas críticas internacionales son justificadas o simplemente un intento de influir en el proceso electoral?
El revuelo empezó porque varios políticos importantes de otros países comenzaron a cuestionar lo que está pasando aquí con el tema de levantarle la inmunidad al Presidente. Algunos estaban diciendo que esto era un ataque político, o peor aún, que ponía en peligro nuestra estabilidad democrática. ¡Imagínense el mamuche que se armó! Pero nuestros antiguos jefes de Estado dijeron: 'Calma, calma, que vamos a aclararles la jugada'.
Y vaya que lo hicieron. Lo primero que dejaron claro es que Costa Rica tiene unas leyes electorales súper particulares, construidas con sudor y lágrimas durante casi un siglo. Estas leyes buscan precisamente evitar que alguien se abuse del poder durante las elecciones, asegurando que todo sea limpio y transparente. Como dicen por ahí, queremos que las cosas estén a cachete, ¿verdad?
Uno de los puntos clave es que la Constitución exige que el Presidente y sus ministros sean totalmente imparciales durante los procesos electorales. Esto significa que no pueden meterse en política activa, excepto para ir a votar en secreto, obviamente. Es decir, que si te estás desempeñando como jerarca del gobierno, tienes que mantener la compostura y dejar que el TSE haga su trabajo. Esto ha sido así desde siempre, aplicándose a todos los gobiernos, sin excepciones. ¡Miren que no es novedad!
Ahora, para entender por qué interviene el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), hay que saber que esta institución es tan poderosa como nuestros poderes de la República –el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial–. Y responden directamente a la Constitución, ¿entienden?, no a nadie más. Ellos son quienes interpretan y dirigen todos los temas relacionados con las elecciones.
Después de recibir varias denuncias por parte de ciudadanos alegando que el Presidente Chaves estaba metiéndose en política cuando no debía, el TSE pidió a la Asamblea Legislativa que estudiara si se le levantaba o no su inmunidad. Este proceso, como explican los expresidentes, es súper riguroso: se analiza todo bajo estándares estrictos, el Presidente tiene derecho a defenderse y a presentar pruebas, y además, se necesita una votación calificada en el Congreso para evitar cualquier manipulación. ¡Más transparencia imposible!
Recordemos, mis queridos foreros, que Costa Rica tiene una democracia de las más antiguas e ininterrumpidas de América Latina. Además, nuestras elecciones son reconocidas por observadores internacionales desde hace más de seis décadas. Eso demuestra que tenemos un sistema electoral sólido y confiable. Pero ahora parece que algunos quieren hacernos creer otra cosa, ¡y eso no se lo vamos a permitir!
Así que, entre tanto ruido y tanta especulación, los expresidentes hacen un llamado a la prudencia a la comunidad internacional. Nos piden que no saquen conclusiones apresuradas basadas en información sesgada o rumores. Que esperen a ver cómo termina el proceso y que confíen en las instituciones de Costa Rica. Porque al final del día, somos nosotros los que debemos decidir nuestro futuro. Ahora dime, ¿crees que estas críticas internacionales son justificadas o simplemente un intento de influir en el proceso electoral?
